A orillas del canal del río Deule se levanta uno de los territorios que durante algo más de 100 años perteneció al Flandes español. Una zona que, mucho tiempo antes, la Dinastía Merovingia fortificó hasta llegar a convertirla en una zona completamente segura e impenetrable. Poco queda ya de aquella Fortaleza que logró construir esta estirpe germánica que gobernó Francia con puño de hierro entre los siglos V y VIII.

Asentada sobre una zona de tradición eminentemente minera, sus tierras se vieron afectadas de manera terrible por las dos guerras mundiales que se sucedieron durante el pasado siglo. La situación se agravó de forma especial en el año 1990, cuando el cierre de la última mina de carbón obligó a la ciudad a forjarse una nueva identidad. Tiempos complicados en los que la inauguración del museo de arte Louvre-Lens en 2012 fue un revulsivo para la economía local. Construido, como no podía ser de otra forma, en una mina, posee un diseño espectacular con fachadas de aluminio y cristal. También es uno de los motivos principales por los que, desde hace tiempo, esta región situada a 28 kilómetros de Lille es Patrimonio Mundial de la Unesco.

El único factor que se ha conseguido mantener inalterable durante todo este tiempo ha sido el amor por el fútbol de todos los seguidores del club local, que aún hoy están considerados como una de las aficiones más importantes del país galo. El Stade Bollaert-Delelis es desde más de 80 años el hogar del RC Lens, uno de los referentes del fútbol francés, aunque de cara a la cita de este verano se ha remodelado.

Fueron mineros desempleados los que, en su día, construyeron un estadio que recibe enormes influencias procedentes de ese sector. No hay más que fijarse en su nombre. Y es que Félix Bollaert fue un antiguo director comercial de la Compañía Minera de la ciudad. Anecdótico resulta que la capacidad del recinto sea superior a la población de Lens. Durante la Eurocopa, la coqueta ciudad de Lens multiplicará este verano el número de turistas que se acercan hasta ella. Dentro del campo la diversión está asegurada con la disputa de tres partidos de la fase de grupos y unos octavos de final que ya se afrontarán de manera apasionante. Un deporte que se vive en una zona con poco más de 30.000 habitantes.