¿Y después del graduado universitario qué?
Trabajar, un máster o buscarse la vida en el extranjero son algunos de los caminos que siguen los jóvenes una vez acaban sus estudios universitarios
Paula caballero Doble grado Derecho y ADE en la UPO
Trabaja en un despacho de abogados
A sus 25 años, Paula Caballero, que es doble grado de Derecho y ADE e hizo una competición de arbitraje en Derecho Internacional y un máster en ICADE, trabaja en el área mercantil del bufete Cuatrecasas, una gran oportunidad para aprender. «No me puedo quejar porque en Sevilla se vive muy bien», dice reconociendo que a la mayoría de sus compañeros los sueldos no les permiten independizarse. Está contenta pero no descarta la experiencia en el extranjero, que le podría abrir más puertas.
Noelia Marroco Graduada en historia en la US
Vende lencería para pagarse el máster
En abril terminó Historia en la Universidad de Sevilla y ha tenido dos empleos que nada tienen que ver con su formación. Primero en una fábrica de melocotones y, desde julio, como refuerzo en una cadena de lencería. Con los 640 euros que cobra está reuniendo para la matrícula del máster ya que, a su juicio, los cuatro años de carrera no les capacitan casi nada. «En la carrera no hay prácticas y salimos sin información de nuestro futuro laboral», dice Noelia que sueña con trabajar en un museo.
Rafa pedraza Ingeniero en diseño industrial y desarrollo de producto
En paro y se irá al extranjero
En septiembre terminó Ingeniería en la Escuela Politécnica Superior y aún no trabaja. Se fue cuatro meses a Inglaterra a perfeccionar su inglés y trabajó en hostelería. Ahora manda currículos y busca empleo en sostenibilidad, una especialidad en la que lo tiene difícil. «Las empresas piden experiencia.¿Cómo conseguirla si no me dan la oportunidad?», se queja. Se irá a Alemania, Bélgica u Holanda y luego intentará volver.
Pablo Uribe Finanzas y Contabilidad en la UPO
Trabajo temporal en Irlanda
Tiene 27 años. En noviembre acabó Finanzas y Contabilidad y fue becario en Michael Page. Se fue a Cork (Irlanda) sin trabajo ni amigos. Tras varios empleos en restaurantes se colocó en Go Worky, una Empresa de Trabajo Temporal (ETT), con un sueldo que le da para vivir y pagarse el vuelo de vuelta cada cierto tiempo. «Un empleo en España es difícil. Los 400 euros que pagan a los becarios, aquí se ganan en una semana», dice admitiendo lo duro que lo tiene su generación.
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