Tribunales

El violador del Tamarguillo estranguló a su víctima porque no quiso desnudarse

La Fiscalía pide 21 años de prisión para Miguel Ángel Fernández Delgado por el crimen del Parque Amate

Fernández Delgado se enfrentó a los periodistas que le fotografiaron a la llegada a los juzgados el año pasado EFE

Silvia Tubio

Pilar deambulaba por las terrazas de los bares de la zona de Gran Plaza pidiendo limosna . Cuando no le llegaba para la dosis, recurría a la prostitución , empujada por una fuerte adicción a la droga. Atrás había dejado a una familia normal y a un hijo que vive con su padre. Una vida destrozada por una enfermedad adictiva que acabó por ponerla en el camino de un peligroso depredador sexual . Su último cliente había salido de prisión tras cumplir condena por una agresión sexual que cometió en Badajoz, en 2003.

Por 20 euros y algo de droga tendrían sexo detrás de unos matorrales del Parque Amate. Aquel cliente no aceptaba ninguna negativa y cuando Pilar no quiso quitarse el body, aquel hombre pequeño se volvió agresivo . Ella intentó marcharse, pero su asesino se lo impidió, la agarró con fuerza, la tiró al suelo y sentado encima de ella le apretó fuertemente el cuello hasta que Pilar «dejó de respirar» .

El relato que hace el Ministerio Fiscal de lo que ocurrió el 27 de julio del año pasado también incluye aspectos que se desconocían hasta ahora sobre los últimos instantes de vida de la víctima del violador del Tamarguillo. Miguel Ángel Fernández Delgado quiso mantener relaciones sexuales con ella a pesar de que ya yacía inconsciente. Se detuvo cuando comprobó que Pilar no había perdido el conocimiento sino que estaba muerta.

Su comportamiento en las horas siguiente denotan una frialdad extrema . Según el escrito del Ministerio Público , Miguel Ángel agarró el bolso de la víctima y le quitó los 20 euros que previamente le había entregado por sus servicios sexuales. Se marchó a por droga y regresó al lugar del crimen, en el interior del Parque Amate que ya estaba cerrado al público, y consumió junto al cadáver de Pilar. Cuando acabó le prendió fuego al cuerpo , ayudándose de una manta. El violador del Tamarguillo trató de ponérselo difícil a la Policía, llevándose el bolso con los objetos personales de la fallecida y lo tiró en un contenedor de la basura.

Fernández Delgado, acusado de homicidio, agresión sexual y profanación de cadáveres, se estuvo drogando junto al cadáver durante horas

Para entonces el amanecer se había echado encima y el recinto había abierto sus puertas. Sobre las nueve de la mañana, alguien vio cómo salía humo de detrás de los matorrales y así se descubría el cuerpo . La autopsia confirmó que Pilar llevaba muerta varias horas.

El cuerpo de Pilar estaba calcinado parcialmente y detrás de unos arbustos M. L. López

La Fiscalía solicita para el acusado una pena de 21 años y cinco meses de prisión por los delitos de homicidio, agresión sexual y profanación de cadáver; además del pago de una indemnización de 80.200 euros para el hijo de la fallecida y de 40.100 euros para cada uno de sus progenitores.

Alarmante reincidencia

Miguel Ángel Fernández no fue relacionado con el crimen hasta varios meses después y cuando ya se encontraba en prisión por otro asunto. El 2 de septiembre se había entregado a la Policía empujado por su pareja. Admitió haber sido el responsable de una salvaje violación perpetrada días antes en el parque del Tamarguillo . Una joven había sido atacada cuando practicaba deporte. Ya en prisión y siguiendo con el protocolo establecido de recogida de pruebas biológicas de delincuentes sexuales, la Policía le tomó una muestra de ADN para incorporarlo a la base de datos que utilizan los cuerpos policiales. Y así fue cómo descubrieron que su perfil aparecía también en el escenario del asesinato de Amate. El violador del Tamarguillo tuvo que admitir el asesinato ante el juez.

El acusado se encuentra en prisión preventiva a la espera de juicio. La agresión sexual del Tamarguillo y el crimen de Pilar serán juzgados por separado. La reincidencia de este depredador sexual es alarmante. Tras cumplir nueve años por una violación perpetrada en Zalamea de la Serena, quedó en libertad. Eso ocurría en 2015. Fernández Delgado vivía cerca del lugar donde cometió su primer ataque. No pudo regresar a su tierra y se refugió en Sevilla con su pareja, con quien tiene un hijo. En los ambientes marginales de barrios como Los Pajaritos era conocido como un cliente habitual de camellos y prostitutas.

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