AULA DE CULTURA ABC

Victoria Ash: «Soy una poeta rara porque soy una poeta positiva»

Recital poético de Inociencio Arias y Victoria Ash en la sesión del mes de mayo del Aula de Cultura de ABC

Francisco Robles, Victoria Ash e Inocencio Arias, este miércoles en el Aula de Cultura ABC ROCÍO RUZ

PEDRO YBARRA

La poesía protagonizó ayer en la sala Antonio Machado una nueva sesión del Aula de Cultura ABC , donde reunió al diplomático Inocencio Arias y Victoria Ash para leer poemas, en un acto patrocinado por la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla .

El director del Aula, Francisco Robles , comenzó su intervención compartiendo los tres temas de la poesía (amor, muerte y vida) con las definiciones que de ella hicieron Gabriel Celaya, Miguel Hernández y Gustavo Adolfo Bécquer . «El libro de Victoria Ash metido en un cajón no es poesía, lo es cuando alguien lee el libro», afirmó para presentar el acto que consistió en una lectura en la que se alternaron durante hora y media.

« Inocencio Arias tiene una carrera diplomática envidiable y ha trabajado con todos los presidentes del Gobierno, aunque más de cerca con los cuatro primeros», dijo Robles antes de que Arias compartiese con el centenar de asistentes al acto que de todos ellos «el peor en política exterior había sido Rodríguez Zapatero ».

Robles confesó del libro de Victoria Ash « la imposibilidad de describirlo. Este libro hay que leerlo. Es uno de los libros con los que me he encontrado a lo largo de mi vida que tiene más fuerza. Tiene una fuerza descomunal », dijo refiriéndose a «Besos de nadie». «Muy pocas veces he leído sobre el desamor con tanta fuerza, sobre todo entre la persona que se entrega y a otra persona. La frustración que surge cuando se tiene la sensación de que recibimos migajas».

Definió la poesía de Ash como «desgarrada y descarnada» que va «a lo esencial del mundo del amor y el desamor» y comenzó el recital con un poema sobre Granada titulado «Lejos de ti».

Francisco Robles, Inocencio Arias, Victoria Ash María Varo y Jerónimo de Solís ROCÍO RUZ

Arias declaró que acudía con Ash, porque, aunque a ambos les unen los lazos de Vélez Blanco, «sabía que su poesía era de calidad». El diplomático comenzó su intervención con «El poema», del autor cubano Gastón Barquero , Juan Ramón Jiménez («Novia del campo, amapola...»), F ederico García Lorca («Arbolé, arbolé»), Ibn Hazm («Quisiera rajar mi corazón»), Ángel García López («Quien ama para siempre», Somoza («La durmiente»), Pedro Shimose («Dulcinea»), Miguel Hernández , Francisco Villaespesa y Gustavo Adolfo Bécquer . «Una osadía, aunque siendo andaluz y estando en Sevilla es difícil no leer este poema que es una belleza («Volverán las oscuras golondrinas»).

Ash por su parte confesó ser «una poeta rara porque soy una poeta positiva», antes de dar comienzo a la selección de sus poemas siguiendo el criterio de que «todos ellos me gustan por lo que llevan dentro o por su musicalidad», y comenzó recitando «Llorar es otra forma de sonreir», en el que hablaba de la muerte; «Ella», dedicado a la autoestima; «Por todas las mujeres», sobre la violencia de género; «Mi pequeña bailarina», un poema que habla de sueños, o «Domingos en el alma». A continuación Arias leyó poemas de Alberti («Llora Giraldilla mora»), Gerardo Diego («Río Duero»), Pedro Salinas («El alma tenías tan clara y abierta»), Mario Benedetti («Cuando éramos niños»), Ernesto Cardenal («Como latas de cervezas vacías»), León Felipe («¡Qué pena!»), Romance de la misa de amor, Carvajal , Juana Inés de la Cruz , o Lope de Vega .

Arias mostró su preocupación porque «en las 27 ciudades en las que he estado en los últimos meses en mis charlas no hay menores de treinta años», antes de leer un soneto de Francisco Robles. El director del Aula a cambio recitó un soneto de Miguel Hernández que había visto recitar a Francisco Rabal en la plaza de las Cruces de Sevilla.

Llegó el turno de Victoria Ash, quien leería «Lo imposible» , que responde a la pregunta ¿Qué seriáis capaces de hacer por amor?; «Muerte para piano» , cuando uno no es consciente de que la otra persona no siente lo mismo; «A medias», «Carta a mar abierto» , dirigido a personas que por mucho que pasen nunca dejan la sonrisa, «personas océanos», dijo, para concluir recitando junto a Inocencio «Te reto» , poema de su primer libro que concluye así:

«Te reto a que me quieras

a gritos,

libre,

sin miedo,

Así,

porque en silencio y a escondidas

de ti misma,

sé que ya empezaste a hacerlo».

El acto concluyó con un gran aplauso del público asistente.

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