HOSPITAL DE VALME

Vacunas contra el Parkinson en Sevilla

El ejercicio físico ayuda a enlentecer esta enfermedad que sigue aumentando

La enfermera Laura Font, en el centro, flanqueada por las neurólogas María Fernández, a su derecha, y Carmen Fernández ABC

Amalia F. Lérida

La unidad de gestión clínica de Neurología del Hospital Universitario de Valme de Sevilla está llevando a cabo un proyecto, paralelo al ámbito asistencial y terapéutico, orientado a incrementar la calidad de vida de los pacientes con Parkinson que consiste en un ciclo de talleres dirigidos a afectados y cuidadores con el aporte de una completa información sobre la segunda enfermedad neurodegenerativa que más afecta a la población, después del Alzheimer, y que, además, va en aumento con el envejecimiento progesivo.

Actualmente, lo padecen más de 25.000 personas en Andalucía y en el área sur de la provincia de Sevilla, a la que da cobertura el Valme, dos de cada cien, según la neuróloga de este centro Carmen Fernández , quien añade que, a pesar de su incidencia, frecuente a los 60 años, hay afectados por debajo de los 40.

Afirma que se prevé un incremento general de su prevalencia en relación con el envejecimiento progresivo de la población y que, si bien hoy por hoy no podemos prevenir la enfermedad, sí hay estudios que demuestran que realizar ejercicio físico de forma periódica ayuda a enlentecer el deterioro funcional.

«Aunque cada vez se van entendiendo mejor los mecanismos implicados en el desarrollo de esta enfermedad —sigue la experta— , no disponemos de terapias capaces de detener el proceso neurodegenerativo. Sin embargo, existe un amplio arsenal terapéutico para mejorar los síntomas y, por consiguiente, la calidad de vida. Inicialmente, tratamos con fármacos orales o en parches . Y, en ocasiones, se necesitan terapias más sofisticadas que llamamos de segunda línea, las cuales incluyen sistemas de perfusión o cirugía»

En la actualidad, señala que se está intentando actuar en procesos que intervienen en la neurodegeneración. «Están en investigación —explica— vacunas y anticuerpos monoclonales dirigidos contra proteínas que se almacenan de forma anómala en los pacientes que padecen esta enfermedad».

Dado que es un trastorno crónico que conduce con el tiempo a una invalidez progresiva — afecta a la capacidad de caminar, hablar, escribir y tragar—, la unidad de gestión clínica de Neurología del hospital sevillano ha potenciado con el recurso de la información el mejor manejo de esta enfermedad por parte de sus afectados y familias con esos talleres en los que las neurólogas especializadas exponen el origen y sintomatología de la enfermedad junto a una actualización del tratamiento farmacológico; la Enfermería se encarga de consejos prácticos y recomendaciones; y, la neuropsicóloga del manejo de los síntomas psiquiátricos y cognitivos, así como en los aspectos emocionales tras tener conocimiento del diagnóstico de la enfermedad.

Además de la atención médica los enfermos de Parkinson precisan una serie de ayudas sociales adecuadas al grado de discapacidad de cada pacientes que «son esenciales», apostilla la doctora Fernández la cual no pasa por alto el asociacionismo como terapia no farmacológica.

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