Vacunación coronavirus
La Policía Local de Sevilla se lleva los coches de varias sanitarias que vacunaban en los Bermejales
La señal que prohibía aparcar junto a una parada de taxis se puso el mismo día y la grúa se llevó los vehículos pocas horas después de su colocación con un coste para cada conductor de 344,50 euros
A varios de los profesionales sanitarios que vacunan contra el coronavirus en el polideportivo de los Bermejales en jornadas de diez horas diarias les salió muy caro trabajar este martes, exactamente 344, 50 euros. Esa es la cantidad que suma la multa los 200 euros por aparcar en una zona prohibida y las tasas de recogida del coche en el depósito municipal del Parque de los Príncipes.
Estos sanitarios, que han participado en el proceso vacunación de todos los policías locales de la capital , además de personas mayores y de miembros de otras fuerzas de seguridad, se llevaron la desagradable sorpresa cuando terminaron su jornada de que su vehículo se lo había llevado la grúa.
Todos admiten que aparcaron en un sitio que estaba prohibido pero denuncian que la señal que autorizó a alguno de esos mismos policías locales que habían vacunado a denunciarlos y a llamar a la grúa ( 354,50 euros por cabeza ) se había colocado ese mismo día. Aseguran que no la vieron, razón por la cual -aseguran- aparcaron sus coches en el sitio habitual, el mismo de los dos meses anteriores. Sin embargo, el resultado fue muy diferente y no pudieron volver a casa sino hacer una parada previa en el depósito municipal.
La versión de estos sanitarios la confirmó ayer el Ayuntamiento de Sevilla. « El pasado 31 de marzo, ante a elevada demanda de personas mayores que acuden al centro de vacunación de Los Bermejales, se instaló una parada provisional de taxis para unos cinco vehículos. Seguía existiendo una alta demanda por la afluencia de personas mayores a vacunarse y se decidió ampliarla, mediante la señal correspondiente, a dos-tres taxis más, evitando además la confluencia de taxis en doble fila y que se obstaculice el tránsito de los conductores de Tussam», aseguraron a ABC fuentes municipales, que añadieron que « si cualquier conductor aparca dentro de la seña l, está cometiendo una infracción y la grúa se lo puede llevar. Si no está de acuerdo, siempre tendrá la posibilidad de alegar».
Preguntado por la razón de que se enviara la grúa a una zona muy alejada del centro de la ciudad y con muchos espacios libres, el portavoz municipal aseguró que «la grúa se envió ante la existencia de doble fila que obstaculizaba el trabajo de los taxistas y el paso de los autobuses de Tussam ante la existencia de coches mal aparcados en la zona reservada a taxis». Y añadió: «Si se pone una señal y está un coche aparcado en la zona ahora prohibida, el conductor tiene 72 horas para retirarlo pero la señal entra en vigor desde el mismo momento en que se coloca, como si fuera un stop, y por tanto se está cometiendo una infracción. El conductor siempre tiene que estar pendiente de las señales».
El punto de vista de los sanitarios no es el mismo y recuerdan que cuando entraron en vigor las normas del Estado de Alarma que restringían los desplazamientos « hubo unos días en los que la Policía y la Guardia Civil informaban a los conductores de las nuevas normas y no los multaban».
Más que la colocación de la nueva placa que prohibía aparcar, ha sido esta prisa por multar y llamar a la grúa sin dejar pasar ni unas horas de cortesía lo que ha provocado malestar en todo el colectivo sanitario que participa en la campaña de vacunación de los Bermejales, que recuerda que durante los días que fueron los policías locales a vacunarse (primera dosis, aún les queda la segunda) allí «hubo coches en doble y triple fila y nadie llamó a la grúa ni puso una sola multa».
