Sevilla

Las Tres Mil Viviendas: Cuatro voces desafiantes que rompen con el estereotipo impuesto

Tras la falta de mejoría en el barrio, los residentes opinan sobre la situación

Lola en su bar, «El Vaquero», en las Tres Mil Viviendas Luis de Pablo

Ana Carrasco González

«Siempre que se hace un reportaje de las Tres Mil solo se ve lo malo, que si la droga, que si los disparos, que si las peleas ... Pero nunca se ve la gente que nos levantamos a las seis de la mañana y nos vamos a trabajar». El amanecer aún no alumbra la ciudad y Lola ya se dirige a El Vaquero, el bar donde trabaja. Allí le esperan sus fieles clientes o «sus gitanos», como a ella le gusta llamarles.

Lola tiene 53 años y lleva desde los diecisiete viviendo en las Tres Mil Viviendas, el barrio más pobre de España , según el Instituto Nacional de Estadística (INE) . Para ella, quedarse en casa no era una opción, es una mujer luchadora que día tras día trabaja en un pequeño bar, donde es muy popular. No hay persona que pase por delante de la puerta sin saludarla.

Como la mayoría, Lola también quiere un cambio en su barrio. «Aquí cada uno hace lo que le da la gana. Queremos más vigilancia, protección y limpieza. Los niños chicos están en la calle tirados todo el día», comenta colocando los dos brazos en la barra del bar. « Entre los vecinos y los comerciantes vamos mejorando el barrio. Pero tenemos que colaborar todos. A mí me gusta la gente trabajadora», añade.

Lola y «sus gitanos» en su bar El Vaquero en las Tres Mil Viviendas Luis de Pablo

El Polígono Sur sigue siendo, no solo el barrio sevillano más pobre de la ciudad, sino también el más pobre de España. De los quince barrios con menos riqueza del país, seis se concentran en la capital andaluza, finalizando esta lista el barrio de Lola con 4.897 euros de renta media anual por habitante.

Este pasado mes de noviembre se hacía pública la noticia de que el Ayuntamiento de la ciudad quería «dejar de tener» los barrios más pobres de España en un plazo de diez años. «Yo en diez años, a tal como va hoy, en 2030 me veo llevándome a mi familia de allí. No es una situación que se pueda mantener. Mi padre es un trabajador que se levanta temprano, yo soy un estudiante que trabaja a la vez y vivir en un barrio donde hay constantes peleas, que no te dejan estar tranquilo, en el que tienes que estar vigilando que no le hayan hecho nada a tu moto o tu coche... En fin, aquí no vives tranquilo.», explica Sergio Campos (23 años) , estudiante y profesor de Educación Física en el colegio Pío XII, que vive actualmente en las Tres Mil Viviendas.

«En la tele sólo se ven las zonas malas, pero aquí hay muchas zonas buenas y muchas personas buenas. Cuando dices que eres de las Tres Mil ya te ponen una etiqueta de algo malo»

Sergio no ha visto cambio alguno en su barrio y piensa con pesimismo que sea posible una mejoría. « Hace unos años también se lo propusieron y en el barrio no ha habido cambio alguno . Ni más refuerzos policiales... de hecho, cada vez va a peor. Escuchas más fiestas, cada vez son más frecuentes los tiroteos por el tema de las bandas por las drogas», comenta con tono desesperado. «Es muy difícil que cambien las cosas si lo único que hacen es dar dinero a esas personas. El dinero no es lo que importa en el barrio, los coches de alta gama no faltan. El problema viene de la cultura y de la educación. Los menores no van al colegio y entre semana ves a niños de tres o cuatro años en la calle con los padres», sigue explicando.

El tópico de las Tres Mil Viviendas provoca que Sergio no tenga apariencia de pertenecer a este barrio. Asegura que no consume droga ni se mete en peleas . Sin embargo, estudia y trabaja, algo que es más normal de lo que parece. «Hay muchas personas buenas aquí, hay muchos estudiantes y trabajadores que quieren el cambio», resalta. «En la tele sólo se ven las zonas malas pero aquí hay muchas zonas buenas y muchas personas buenas. Cuando dices que eres de las Tres Mil ya te ponen una etiqueta de algo malo», añade.

Sergio Campos y a lo lejos dos personas, un galgo, edificios descuidados y un contenedor calcinado Luis de Pablo

La educación

«La educación que se ofrece en los centros educativos del Polígono Sur es de calidad. Sin embargo, tenemos el hándicap de un alumnado absentista , que muestra desidia hacia el aprendizaje y con un nivel de conflictividad importante». Estas son las palabras de una maestra de un centro educativo de las Tres Mil cuyo nombre y colegio donde trabaja no quiere revelar. «El número de alumnos en mi centro gira en torno a los 200, que ha ido disminuyendo. En nuestro caso concreto e stamos sufriendo una fuga de cerebros . Piensan que estando en otros centros tendrán mejores posibilidades», comenta con preocupación.

«Pensamos que la intervención con las familias es importante pero no puede recaer sólo la responsabilidad sobre ellas, que son consecuencias del sistema. Aquí he recordado una viñeta del gran Francesco Tonucci en la cual un niño le dice a otro: “La maestra dice que la culpa es de mi madre que no me ayuda, pero mi madre no sabe leer, me hizo reflexionar”», explica tras preguntarle acerca de su visión sobre la educación que se recibe en el barrio. « Cada niño viene con una mochila de vivencias y emociones tan grandes y, a veces, traumáticas, que es donde hay que pararse a pensar», aporta.

Un barrio con muchas reformas

Un carril bici recorre la gran mayoría de las calles del barrio , badenes para evitar excesos de velocidad adornan las carreteras, pisos recién reformados lucen en varios rincones, ahora mismo se está colocando un gran árbol de Navidad... Pero todas estas reformas necesitan un poco de mimo para que valgan la pena. Muchos de estos edificios que hace un par de años fueron renovados , a día de hoy se muestran descuidados y destrozados, algunos incluso en ruinas.

Cuando te adentras en las Tres Mil, la basura esparcida por el suelo se establece más como una decoración «autóctona» en este barrio. «Si no reformo ni limpio porque sé que van a ensuciar, al final está todo sucio y eso hace que se tire más basura. Creo que es importante mantener el barrio limpio, porque eso también transmite un mensaje educativo , y al mismo tiempo fomenta mucho la educación para que las personas lo mantengan limpio», destaca el padre Cordera quien fuera salesiano de Don Bosco.«Es cierto que los lavados de cara no solucionan el problema pero ayudan y hacen que la vida sea algo más agradable, al menos a la vista», añade en una reflexión.

Estado de los edificios en la Tres Mil Viviendas Luis de Pablo

El padre Cordera actualmente es salesiano de la Trinidad, pero ha estado «unos años maravillosos» —como él los define— en la parroquia de Jesús Obrero . Es un tipo optimista y quizás es la persona que mayor esperanza tiene para que este barrio mejore. Apuesta con la certeza de ganar por los jóvenes. «Me preocupan muchos los jóvenes, necesitan acompañamiento y motivación», resalta.

Junto a esta parroquia se encuentra el centro social Don Bosco , una organización sin ánimo de lucro donde se trabaja a favor de «la plena inserción en la sociedad de las personas en desventaja social, principalmente los jóvenes en riesgo o situación de exclusión». Esta fundación es, sin duda, uno de los puntos de partida para reformar el barrio. « Habría que fomentar mucho las asociaciones e instituciones que trabajan en el barrio , hay muchísimo potencial y con ayudas reales podrían hacer mucho más de lo que hacen», señala el padre Cordera.

Las Tres Mil Viviendas es el barrio más pobre de Sevilla Luis de Pablo

La fundación Don Bosco presenta un programa de atención residencial con 18 plazas, de las que dos de ellas se encuentran en el Polígono Sur, en el piso Miguel Magone , para jóvenes de 18 años que han pertenecido al sistema de protección de menores, y el piso Gabriel Ramos , donde acceden jóvenes de 19 a 22 años en situación de exclusión social. «Muchas cosas mejoran y muchas situaciones vitales se salvan, pero es verdad que otras no. Me gustaría saber qué es lo que se proponen hacer para que el barrio deje de ser considerado pobre. Si son medidas viables, y que van a realizar, o es parte de una campaña política», denuncia el padre Cordera.

Es verdad que muchas cosas han mejorado en las Tres Mil. Lola se levantará mañana temprano para seguir adelante con su negocio; Sergio se pasará la tarde estudiando después de haber trabajado en el colegio Pío XII ; una profesora seguirá enseñando en una escuela del Polígono Sur a niños con mochilas llenas de experiencias difíciles; y un cura le seguirá pidiendo al futuro por los jóvenes de este barrio sevillano.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación