Sucesos

Tiroteo en Sevilla: «Se cortó el cuello como si fuera una rebanada de pan»

Los agentes relatan al juez el miedo que pasaron al ver la agresividad que mostraba la víctima consigo misma y que se vieron forzados a disparar cuando les amenazó con un cuchillo

La víctima, tendida en el exterior de la comisaría de Nervión donde se produjo el enfrentamiento ABC

Silvia Tubio

La investigación abierta por la muerte de un hombre en la puerta de la comisaría de Nervión tras ser tiroteado por dos agentes de la Policía Nacional está pendiente de la principal prueba: el informe forense que determine de qué murió esta persona. Antes de que se enfrentara a la Policía, se cortó el cuello. La principal hipótesi s que maneja el Grupo de Homicidios es que murió de las lesiones que se autoinfligió. Al menos ésa fue la primera valoración que hicieron los forenses cuando se procedió a levantar el cadáver.

Los dos agentes que se enfrentaron al finado prestaron declaración esta pasada madrugada en calidad de investigados por un presunto delito de homicidio. Fue a las tres de la mañana cuando comparecieron ante el juez de guardia, del Instrucción 7 de Sevilla. Los dos funcionarios policiales detallaron que el individuo había accedido muy nervioso a la comisaría, gritando que le habían echado un spray de gas en la cara. Le ofrecieron asistencia sanitaria, pero la rechazó. Era medianoche y según fuentes policiales, ese tipo de incidentes son habituales en las guardias nocturnas.

La situación se desbordó en el exterior. Los agentes, que se encontraba de servicio en la oficina de denuncia , señalan que ya en la calle, el fallecido sacó un cuchillo de cocina y la descripción que ha hecho uno de ellos de cómo empezó a autolesionarse es terrorífica: «Se cogió el cuello y se lo fue cortando como si fuera una rebanada de pan». Ante la agresividad que mostraba, los agentes dicen que intentaron que depusiera su actitud. Cuando el finado les amenazó y se enfrentó a ellos, sacaron las armas reglamentarias y dispararon. «Si era capaz de hacerse una cosa así qué no nos podía hacer a nosotros», ha explicado uno de los funcionarios en su declaración. El miedo que pasaron es clave a la hora de determinar jurídicamente su actuación.

Un disparo en el abdomen

Los dos agentes no han sido capaces de responder a la pregunta de cuántos disparos habían efectuado. Los testigos escucharon al menos cinco detonaciones. Sin embargo, el número exacto no ha trascendido todavía. Sí ha podido saber ABC que no todos los disparos alcanzaron a la víctima. El cuerpo presenta al menos dos orificios, uno de ellos en la zona del abdomen . Pero el dato exacto lo ofrecerá el informe forense.

Tras prestar declaración, los dos agentes se marcharon a sus casas. Han recibido la asistencia del sindicato Jupol, que les ha ofrecido la asistencia letrada. El juez no ha decretado ninguna medida cautelar sobre ellos. De confirmarse que la causa de la muerte fue la herida que se autoinfligió la víctima en el cuello, el caso se cerraría como un suicidio. De la víctima se sabe que es extranjera y que podría sufrir algún trastorno mental.

El juzgado está pendiente del atestado que está elaborando el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. El arma que usó el fallecido es un cuchillo de cocina tipo porcelánico muy afilado.

La Policía Nacional ha enviado un breve comunicado en el que justifica la actuación policial porque la víctima, «lejos de deponer su actitud, acometió a los policías por lo que se vieron obligados a disparar para repeler su acometimiento hasta detener su avance, cayendo al suelo con un importante corte en el cuello».

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