Tribunales

Teresa Rodríguez acusa de abuso sexual al empresario que simuló besarla, que apunta a una broma

La líder Podemos declara que se sintió «humillada y agredida» por Manuel Muñoz, que niega haberla besado ni arrinconado

Teresa Rodríguez entra en la sala para declarar ante el empresario acusado EFE

Jesús Díaz

La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha acogido este jueves el juicio contra el empresario Manuel Muñoz Medina , que se ha sentado en el banquillo de los acusados por presuntamente abordar a la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez , en la sede de la Cámara de Comercio y simular darle un beso . Cuando el encausado ha entrado a la vista oral estaba acusado de un delito contra la integridad moral y otro de atentado contra la autoridad y cuando ha salido lo ha hecho también por un delito de abuso sexual , por lo que podría ser condenado en total a dos años de prisión.

La vista oral ha estado marcada por la decisión del tribunal, presidido por el magistrado José Manuel de Paúl y compuesto por Carmen Barrero (ponente) y Margarita Barros, de abrir «el pestillo», en palabras del abogado de la defensa José Manuel García-Quílez , a la Fiscalía y al abogado de Teresa Rodríguez de elevar los cargos contra el empresario, acusándolo de un delito de abuso sexual.

La prueba estrella de esta causa era el vídeo de minuto y medio aproximadamente que captaron las cámaras de seguridad de la Cámara de Comercio de Sevilla , en el que se recoge el episodio denunciado por la dirigente de la formación morada. Tras el visionado en la vista oral, la Sala ha planteado a las partes la posibilidad de considerar los hechos juzgados como constitutivos de un delito de abuso sexual, sustituyendo al delito contra la integridad moral. Así, el tribunal ha hecho uso del artículo 733 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , la «primera vez» en muchos años, ante lo que pudiera considera un «manifiesto error» en la calificación de los hechos.

Esta tesis del tribunal ha motivado el cambio en la acusación del letrado de Teresa Rodríguez , tras hablar con ella por teléfono, en sus conclusiones definitivas. Así, ahora pide nueve meses de prisión por un delito contra la integridad moral y un año de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad. Y alternativamente, un año de cárcel por un delito de abuso sexual ( artículo 181.1 del Código Penal ) y una multa de 18 meses a razón de 30 euros diarios . Lo que elevaría la pena inicial solicitada de un año y nueve meses de cárcel a dos años, como máximo.

La Fiscalía no ve el abuso sexual

La Fiscalía, por su parte, ha mantenido, su petición de condena de un año y nueve meses por atentado contra integridad y contra la autoridad. Para la fiscal, no ha quedado acreditado el ánimo libidinoso en la prueba practicada que es necesario para el delito de abuso sexual.

Más bien, existe una intención de «vejar y humillar» a una persona pública por su condición política. «No era una broma», como alega el acusado, sino «un acto machista y sexista, que produce un quebranto en la salud psíquica» de la víctima. «No es un mero delito leve de vejaciones», ha insistido la fiscal.

La acusación, en su informe final, ha explicado que Manuel Muñoz «abordó» a Rodríguez, «la agarró por el cuello» , simuló besarla y terminó «dándose un beso en su mano». La voluntad, según el abogado Luis de los Santos, era «denigrar» a la dirigente de Podemos para desterrarle su papel de autoridad.

Para este letrado, es más importante el delito contra la integridad moral que de atentado contra la autoridad. «Más importante que el arrepentimiento del acusado es que un acto de violencia sobre la mujer no se puede repetir, ni en la Cámara de Comercio, ni en un mercado de abastos ni a las tres de la madrugada cuando vuelva a casa».

La actitud fue «errónea, inoportuna o equivocada, pero no es un delincuente»

El abogado ha afirmado que se atacó a Teresa Rodríguez por ser mujer , más que por ser política, rechazando la idea de que fue una broma, porque existe « un claro contenido sexual ». El acusado actuó con «un ánimo libidinoso para atacar la libertad sexual de Teresa Rodríguez sin su consentimiento».

Después ha llegado el turno del abogado del empresario sevillano , quien ante el giro brusco que había dado el juicio por el cambio de delito, ha defendido con vehemencia y con abundante jurisprudencia que en los hechos juzgados no se dan los elementos necesarios para la condena de Manuel Muñoz Medina como autor de un delito de atentado contra la autoridad, contra la integridad moral y, por supuesto, menos aún por abuso sexual , pues es requisito imprescindible el ánimo libidinoso en la actuación que, a su juicio, no existe.

Sobre el delito de abuso sexual, el abogado ha expuesto una sentencia dictada en su día por la magistrada Carmen Barrero, que tiene que escribir la sentencia contra Muñoz Medina, en la que se juzgó a un profesor por darle dos besos a una menor y entonces lo consideró dos vejaciones y no delitos contra la libertad sexual.

José Manuel García-Quílez, frente al argumento de la acusación de que no se ha demostrado con informes que Manuel Muñoz pudiera tener afectada su voluntad por la mezcla de alcohol y medicamentos en este episodio, ha afirmado que existen los mismos informes que para certificar el daño moral causado a Teresa Rodríguez por estos hechos.

Por último, el abogado de la defensa ha criticado que Teresa Rodríguez usa la justicia para fines políticos . Y antes de que su cliente hiciera uso de su derecho a la última palabra para volver a reiterar sus disculpas a la parlamentaria andaluza, el letrado ha manifestado que la acción de Muñoz Medina fue «inoportuna, equivocada, errónea o el adjetivo que quisiéramos usar, pero no es un delincuente », que «ni besó, ni tocó ni arrinconó» a la denunciante, como señalan los testigos que han declarado este jueves como el presidente de la Cámara de Comercio o el vocal que estaba presente en la escena.

«Me sentí como un objeto»

La portavoz del grupo parlamentario Adelante Andalucía y coordinadora regional de Podemos, Teresa Rodríguez , se sintió «humillada» y «agredida» física y moralmente cuando el empresario sevillano le puso la mano en la boca y simuló darle un beso el 20 de diciembre 2016 en el marco de una visita a un acto institucional a la Cámara de Comercio de Sevilla y tras el cual fue invitada a conocer el despacho del presidente de este organismo.

Así lo ha manifestado Rodríguez este jueves durante su declaración como afectada en el juicio. El acusado, durante su interrogatorio, ha insistido en que se trató de una broma , que suele hacer indistintamente a hombres y mujeres, y ha reiterado sus disculpas públicas a la dirigente de la formación morada si ella no lo entendió así y se sintió mal.

No obstante, el empresario sevillano, que en la fecha de los hechos era vocal de la Cámara de Comercio , ha recalcado que no la tocó, ni agredió, ni arrinconó, ni la empujó, ni la besó, ni llegó a ponerle una mano en su cuerpo. «Simuló dar un beso en mi mano y a distancia suya», ha explicado.

En este sentido, Teresa Rodríguez ha afirmado que entendió que quizás él lo hiciera como una broma, pero ella sintió una «humillación» y una « agresión» física y moral . «Me sentí una cosa y objeto», ha dicho.

«Arrinconada y con tres hombres que no conocía de nada y que parecía que estaban contentos»

La diputada acudió aquel 20 de diciembre de 2016 a la sede de la Cámara de Comercio a un acto institucional, con la presencia de la expresidenta de la Junta Susana Díaz , organizado por una agencia de noticias. La jefa de protocolo de la Cámara, sobre las tres de la tarde, la invitó a subir a petición del presidente, Francisco Herrero , para conocer las instalaciones. Tras rehusar inicialmente la invitación, accedió a subir a saludarlo.

A la salida del despacho de Herrero, el empresario acusado, según Teresa Rodríguez: « Me puso su mano en mi boca, me arrinconó, y me puso la otra mano en la nunca y me empujó hacia el rincón . Se besó en su mano».

Tras este relato, la parlamentaria andaluza ha dicho que se sintió «bloqueada». « Si me pasa en la calle, reacciono de otra manera ». Y todo ello en presencia de la jefa de protocolo, del presidente y de otro vocal de la institución.

Aunque Teresa Rodríguez ha dicho haber sentido «miedo» por estar arrinconada en un lugar que no conocía y con tres hombres que no conocía de nada y que parecía que estaban contentos y consentían la situación». « Nunca me he sentido así , ni he vivido situaciones como ésta con connotaciones sexuales», ha asegurado, a pesar de los ataques que ha podido vivir como política. « Su mano fue una mordaza . Todo lo que ocurrió allí fue contra mi voluntad», ha añadido durante su interrogatorio.

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