El telegrama perdura aún en la provincia de Sevilla en envíos institucionales y en el ámbito jurídico

Correos registró cerca de 60.000 servicios telegráficos, incluidos burofax, durante el año pasado

Las oficinas de telégrafos permitió la incorporación de más mujeres al mercado laboral ABC

ROCÍO MONTERO

A pesar de las actuales formas de mensajería instantánea como WhatsApp o el correo electrónico , el telegrama sobrevive a duras penas al avance tecnológico. El uso del servicio telegráfico ha quedado reducido a las instituciones públicas, como la Casa Real , y al ámbito judicial, en el que jueces, abogados y notarios lo siguen utilizando por su valor legal o como prueba ante un tribunal .

El año pasado, Correos registró en sus oficinas de la provincia de Sevilla un total de 58.779 servicios telegráficos (incluidos telegramas, burofax, fax y sus certificaciones), mientras que el número de envíos ascendió a 243.390 en Andalucía .

En España , durante varias décadas, entre 1940 y 1970 el número de telegramas expedidos rondaba los 15 millones anuale s, alcanzándose el número más elevado en 1966, que se transmitieron 16,6 millones .

Ahora sólo es un servicio residual . Sin embargo, según aseguran fuentes de Correos , todavía todavía se sigue contratando este servicio por sus garantías : El telegrama posibilita el envío urgente de mensajes con entrega registrada -bajo firma del destinatario- con posibilidad de certificar tanto dicha entrega al destinatario como su contenido.

El telegrama es, además, una transmisión segura e inmediata , que tiene valor de prueba ante jueces y tribunales, y del que se puede solicitar una copia certificada como prueba legal frente a terceros.

Servicio online

Correos , en su adaptación constante a las necesidades de la sociedad, ha puesto en marcha el servicio de telegramas online : a través de la propia página web www.correos.es , en la que los propios usuarios pueden realizar y contratar por internet el envío de un telegrama, sin tener que acudir a una oficina postal .

De esta manera, los interesados pueden enviar desde cualquier sitio, en todo momento y al lugar que quiera, sus mensajes urgentes con constancia firmada de su entrega y plena validez legal. Esta modalidad también supone la entrega registrada bajo firma del destinatario y que se certifique tanto la entrega como el contenido.

El burofax es a día de hoy el servicio elegido por la mayoría de los ciudadanos que pretenden realizar el envío, de manera urgente y segura , de documentos relevantes que puedan requerir una prueba frente a terceros. Su entrega también se realiza bajo firma y puede contratarse tanto en las oficinas postales como en www.correos.es.

En el Museo Postal y Telegráfico de Madrid se hace un recorrido por la historia del Correo, de la Telegrafía y de la Telefonía a través de la exposición de los fondos de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX .

Garantía de veracidad

Desde sus orígenes, el telegrama llevaba implícita una garantía de veracidad en su contenido. Eran habituales los telegramas entre autoridades , dentro y fuera del país. Para la mayoría de la población los telegramas eran muy importantes porque siempre contenían noticias urgentes , muchas veces malas noticias , y además, porque eran muy caros . Cuando en 1885 se inauguró el servicio, el precio medio de los telegramas era de 313,51 reales .

Un siglo después se convirtió en un servicio de uso habitual, hasta el punto de que se utilizaba para felicitar las onomásticas o las Navidades . En 1945 un telegrama tipo, de 20 palabras, costaba 3,15 pesetas y si era urgente 9,15. En 1978 un telegrama urgente costaba 110 pesetas costaba un telegrama urgente. El precio actual es 21,06 euros con la tarifa básica (9,73), menos de 50 palabras, acuse de recibo y prueba de entrega electrónica.

«Huevos de gallinas»

Juan Sebastián López Sánchez trabajó durante 41 años en el servicio de Telégrafos, primero como telegrafista y cuando terminó sus estudios de Enfermería como médico en Correos . Resalta «el gran compañerismo que había entre los trabajadores. Al tratarse de un servicio permanente las 24 horas del día los 365 años del año, formábamos una gran hermandad».

Entre sus vivencias recuerda «los envíos urgentes que se hacían a la Guardia Civil , quienes eran los que notificaban un fallecimiento a un vecino de un pueblo o personas borrachas que felicitaban a sus primas por telegrama a las cinco de la mañana».

«A todos los usuarios se les atendía con educación -indica-. Había una norma que prohibía el lenguaje obsceno en los telegramas. Un día llegó un hombre y puso un telegrama con el texto: 'Si tienes huevos sal a la estación a esperarme'. El jefe le pidió explicaciones y resulta que se refería a huevos de gallinas ».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación