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El sueño americano de los cien mil nogales en el Guadalquivir

Un grupo de inversores de Miami controla en Sevilla la empresa Almaco, que posee una finca de más de 300 hectáreas; el objetivo es triplicar la superficie en los próximos años

Borja Murube, director de Nueces de Calonge ABC

Luis Montoto

En el camino entre Lora y Palma, junto al curso ondulado del Guadalquivir, no abundan las grandes fincas. Este enclave está dominado por pequeños y medianos propietarios y el Instituto Nacional de Colonización actuó además con especial intensidad (allí se fundaron en la posguerra pueblos de minifundistas como El Priorato, Setefilla o Vegas de Almenara). Una de las excepciones es Cortijo Calonge , reminiscencia de una vasta heredad que se dividía en Calonge Viejo, Medio y Alto. Esta extensión agrícola quedó finalmente limitada a 315 hectáreas que tradicionalmente han estado dedicadas a cultivos industriales como el algodón. Su penúltimo propietario era el empresario Fernando Mora-Figueroa, hasta que en 2015 estas tierras fueron adquiridas por un grupo de inversores asentados en Miami que iniciaron su particular «sueño americano»: plantar 100.000 nogales para forjar la mayor explotación de nueces de España.

«Calonge era una magnífica oportunidad, no hay muchas fincas iguales en el mercado», recuerda Borja Murube , director general de Almaco del Guadalquivir, la sociedad que gestiona este proyecto agronómico. Ahora bien: ¿Por qué plantar nogales en vez de otros cultivos más extendidos como el olivar o el almendro? « La nuez es un producto cuyo consumo crece a un ritmo del 4% anual y Sevilla nos permitía entrar cada año en el mercado después de la cosecha en Chile y antes de la de California», afirma.

La mayoría de las variedades de nogal requieren semanas de frío intenso para su desarrollo , de ahí que existiera cierto excepticismo inicial con los pioneros de este cultivo. «La Junta de Andalucía había realizando plantaciones experimentales de nogal, aunque el proyecto no tuvo continuidad; nosotros analizamos bien las características de nuestro suelo y el clima para elegir las variedades adecuadas... Y aquí están», apunta Murube, señalando con su dedo el arbolado. La reconversión de Calonge se inicia en 2015 y lograr las plantas idóneas en cantidad y calidad ha obligado a sembrar de manera paulatina; pero las 315 hectáreas ya están cubiertas. « Este año recogeremos 200.000 kilos de nueces e iremos creciendo exponencialmente hasta lograr un millón de kilos de nueces y 300.000 de pecana, una variedad poco extendida aún en Europa». En 2023 estará a pleno rendimiento tras invertir 20 millones de euros.

Uno de los caminos que bordea la finca ofrece la imagen del extenso horizonte verde que conforman las copas de los frutales. El objetivo es triplicar el tamaño y alcanzar las 900 hectáreas (que albergarían 300.000 nogales). Murube señala que «el núcleo esencial del proyecto ya está constituido y ahora se están estudiando vías para crecer de manera más flexible». Almaco del Guadalquivir baraja comprar nuevas tierras, pero también está sellando alianzas con otros agricultores que quieran poner sus fincas bajo su dirección técnica. «Han entrado socios con los que hemos incorporado otras sesenta hectáreas y quizá cerremos una operación relevante en estos meses».

Inversión industrial

La otra clave de esta empresa es la vertiente industrial. Junto al cortijo se ha levantado un secadero y una planta de envasado para poner directamente sus frutos en las estanterías del supermercado. «En California las fincas tienen entre 100 y 200 hectáreas, y todos los escalones siguientes de la cadena lo hacen empresas muy especializadas y eficientes, desde el calibrado al partido y el envasado».

En el caso de esta finca, al no contar con esa infraestructura, han promovido su propia planta. « Nuestra instalación industrial está diseñada para procesar la producción de las 900 hectáreas que hemos marcado como objetivo, tendríamos así un tamaño adecuado que nos permitiría ser muy eficientes». Aún así, llegar a esa extensión de terreno no será fácil. «No hay demasiadas fincas grandes alrededor que nos aporten ese volumen y las que salen a la venta están a nuestro juicio en precios muy elevados», remarca Murube. Y es que una finca como Calonge entre Lora y Palma es tan singular como una nuez pecana a orillas del Guadalquivir.

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