Sorteos municipales con menos azar y más lógica

La trascendental influencia de la fortuna en el devenir de los acontecimientos tuvo ayer el nombre de una letra: la K. Esa grafía, y orden alfabético ascendente, fue la escogida por el azar del programa informático como corte para el sorteo que el Ayuntamiento de Sevilla realizó a media mañana para conceder 88 becas de idiomas a jóvenes en varios países europeos este verano. Tres semanas con viaje, seguro, alojamiento, manutención, clases y certificado oficial cubiertos en uno de los tres destinos ofrecidos: Berlín, París y Londres. No es de extrañar, por tanto, que las solicitudes llegaran a 465, 115 de ellas de menores de edad -entre 15 y 18 años- y el resto para jóvenes hasta 25 años.

Ante ese habitual desfase, los responsables municipales han empezado a andar un camino complicado y hasta ahora no transitado, el de establecer más baremos e ir abandonando paulatinamente los sorteos puros por el grado de injusticia que conllevan.

El ideal de establecer criterios de adjudicación que acabe definitivamente con el componente de la suerte está aún lejos, pero ayer se dio un primer paso en esa dirección. De esta forma, el gabinete de Juan Espadas incorporó por vez primera a este sorteo de becas de idiomas una división del sorteo en dos partes, definidas en función de unas condiciones económicas.

Este año, así, la mitad de las plazas estaban reservadas para jóvenes de hogares que no rebasen unos límites máximos de ingresos establecidos en función del número de miembros de la unidad familiar. Para esas 44 plazas se recibieron 160 solicitudes, un 34% de las peticiones. En estos casos, para los que se habían establecido criterios equivalentes a los regulados para el bonobús joven con un incremento del 20%, sólo se abonará el 10% del coste del programa. Para la otra mitad de las plazas, sin límite de ingresos y que abonarán el 30% del coste del curso, se recibieron 305 solicitudes.

El programa de estancia en Dublín para el que existen 62 plazas distribuidas entre mayores y menores de edad, fue sin duda el más demandado de la convocatoria con un total de 420 solicitudes. Mejorar el inglés sigue siendo prioritario para los jóvenes, muy por delante de otros idiomas. Mientras, para París se registraron 28 solicitudes para las 16 plazas existentes y para Berlín un total de 17 para 10 plazas que se habían ofertado. Al haberse dividido en dos el sorteo, esta vez se presentaron bastantes más candidatos, buscando casi todos el destino irlandés. En previsión del aumento de demanda, se amplió casi al doble también la oferta de becas.

Como los pisos de VPO

Pero no fue el de renta el único criterio incorporado al sorteo para reducir la incidencia del azar. Con la idea de abarcar a más población juvenil, también se ha modificado el nivel de idiomas necesario para optar a las becas: como mínimo, un nivel equivalente al A2 en el idioma de destino. Además, no podrán aspirar a esta convocatoria quienes ya lo hubieran hecho con anterioridad. Sorteo, sí, pero menos.

La idea, por tanto, es ir suavizando este tipo de procedimientos incluyendo en ellos más criterios de acceso. Pero sigue siendo muy complejo acabar con los sorteos por una cuestión estrictamente burocrática. Fuentes municipales apuntaban a este periódico que se requiere mucho más tiempo para que concesiones como éstas queden culminadas, ya que necesitaría un margen para exposición pública, otro para posibles recursos... Un complejo proceso administrativo que en el caso de la adjudicación de viviendas de protección oficial (VPO) sería muchísimo más enmarañado y extenso aún. Esa es la otra gran vertiente de los sorteos en Sevilla, los pisos de Emvisesa, para los que sólo este año ya se han celebrado dos convocatorias. Con el azar, aún, como único criterio.