LIBRO

Soledad Becerril presenta unas memorias «sin sangre ni ajustes de cuentas»: «Ya hubo muchos en España»

La exalcaldesa de Sevilla alerta de «un ataque contra la monarquía, que quiere derribar la Constitución y la democracia que trajerono la mayor época de prosperidad, derechos y libertades de la historia de España»

Soledad Becerril e Ignacio Camacho durante la presentación de «Años de soledad» Juan Flores

Jesús Álvarez

A la exalcaldesa de Sevilla se le quedó muy pequeño este lunes el salón de actos de la biblioteca Infanta Elena , donde los escritores presentan habitualmente sus libros, y hubo que habilitar un improvisado auditorio en la planta primera del recinto para que los asistentes pudieran escucharla hablar de «Años de soledad» (Galaxia Gutyenberg).

No hubo sillas suficientes y algunas personas tuvieron que sentarse en los escalones que dan a la segunda planta. Estuvieron muchos representantes de la sociedad civil sevillana, el exalcalde Sevilla, Manuel del Valle , el candidato popular a la Alcaldía, Beltrán Pérez, y la presidenta de la Cruz Roja de Sevilla, Amalia Gómez , además de muchos diputados y dirigentes del PP.

El interés que suscita Soledad Becerril (seis veces diputada, senadora, primera ministra de la democracia, primera alcaldesa de España, primera Defensora del Pueblo) no se correspondería, según ella, con un libro de memorias « en el que no hay pequeñas ni medianas venganzas, ni siquiera ajustes de cuentas, porque ya ha habido muchos en la historia de España », dijo la autora al final del acto.

Sólo en el tiempo de descuento de los cuarenta y cinco minutos largos que duró su presentación se permitió la exdiputada y exalcaldes alguna broma. Fue entonces cuando confesó que temió seriamente que ninguna editorial quisiera publicar sus memorias «porque en ellas no hay sangre».

Tras diez meses de duro trabajo en los que tuvo que ir superando frente al ordenador, sucesiva o simultáneamente, el miedo a no ser capaz de escribir el relato de sus cuarenta años de servicio público, el miedo a no recordar « suficientemente datos, fechas o personas» , y el miedo a no saber si lo que iba a contar en su libro tendría interés para alguien, Soledad Becerril recibió una llamada de la editorial Galaxia Gutenberg garantizándole su publicación. «Le había tenido que pedir al médico que me recetara unas pastillas para levantarme el ánimo , pero en cuanto recibí esa llamada, le dije que me las quitara», aseguró.

La Ilustración Regional

Soledad Becerril repasó los principales capítulos de unas memorias «elegantes y contenidas, pudorosas y educadas, sin rencores ni invectivas, sin puñaladas traperas y sin sacudidas emocionales» , como las definió su presentador, Ignacio Camacho, que la calificó de «viuda de la democracia». El escritor y periodista recordó el atentado de ETA que segó las vidas de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García, y aseguró que «a pesar de las muchas cosas buenas que ha hecho a lo largo de su carrera, pasará a la historia como la dama de negro que simbolizó el dolor de Sevilla y de los sevillanos ».

La exalcaldesa y exdiputada se recreó en sus primeros años en Sevilla, cuando participa en 1974 en la fundación de la revista «La Ilustración Regional» junto a Jaime García Añoveros, Rafael Atienza o Antonio Burgos.

Recordó también que fue una de las 21 diputadas de la primera legislatura democrática e hizo una defensa encendida de la Transición ( «todos los grupos políticos tuvieron que ceder en sus pretensiones» , dijo) y de la Constitución española de 1978. « No es perfecta, pero nos ha traído la mayor etapa de prosperidad, derechos y libertades nunca vistas antes en España », dijo.

En este punto, se mostró beligerante y advirtió del acoso a la monarquía parlamentaria: «Lo que algunos sectores piden no son meras reformas de la Constitución sino el deseo de cambiar el sistema», dijo, y pidió a todos que se comprometieran con la defensa de las instituciones.

«Atacando a la monarquía se quiere derribar a la democracia —denunció— y hay que explicar en los colegios a las generaciones más jóvenes todo lo que nos ha traído a los españoles la monarquía parlamentaria, derechos y libertades de los que no pudieron disfrutar sus abuelos ni sus bisabuelos ».

La autora no quiso detenerse demasiado en el episodio más doloroso de sus memorias y de su vida política, el asesinato de Alberto Jimenez-Becerril y Ascensión García , pero lamentó que en ningún manual de bachillerato se recoja un solo testimonio de una víctima del terrorismo « y que parezca que el terrorismo sucedió durante el franquismo cuando fue en plena democracia », dijo.

Glosó su etapa como Defensora del Pueblo y los miles de desahucios a los que tuvo que hacer frente en lo peor de la crisis económica. Algunos consiguió evitarlos como el de una familia de Alcalá de Guadaira con un hijo discapacitado. «Llamé al presidente del banco al que pertenecía la vivienda y él ordenó detenerlo», recordó.

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