Soledad Becerril en su despacho en Madrid
Soledad Becerril en su despacho en Madrid - ABC
ENTREVISTA

Soledad Becerril: «Falta tiempo para que se curen las heridas de la crisis»

La exministra y exalcaldesa se despide del cargo de Defensor del Pueblo reclamando más ajustes en las administraciones públicas para gastar más en sanidad, educación y seguridad «que falta nos hace»

SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Soledad Becerril (Madrid, 1944) fue en 1981 la primera ministra de la democracia española. Catorce años después fue la primera alcaldesa de Sevilla, cargo en el que no pudo continuar tras ganar las elecciones de 1999 y rechazar las exigencias del andalucista Alejandro Rojas Marcos para renovar su pacto de Gobierno. Agota dentro de pocos días su mandato al frente del Defensor del Pueblo, una institución en la que ha conocido los problemas reales de los españoles, entre ellos, los de los desahucios. Con ella trabajan 175 funcionarios en un palacete de 1913 en pleno centro de Madrid.

En la entrevista con ABC reconoce que su despacho le parece «demasiado grande» y «poco funcional» para el trabajo, pero que el precioso edificio, abierto a las visitas, tal vez se habría perdido sin un uso institucional.

Soledad Becerril acaba de llegar del funeral por Ignacio Echeverría, el español muerto en Londres que hizo frente a tres terroristas yihadistas con su monopatín.

¿Le sorprendió su valor y su heroísmo?

Ignacio Echeverría es un ejemplo de un comportamiento extraordinario. Y también destacaría el comportamiento poco común de la familia, que no ha echado en cara nada a nadie y solo ha dado las gracias a todo el mundo. Es un comportamiento muy inhabitual y muy ejemplar.

¿Ha conocido durante estos cinco años como Defensora del Pueblo a alguna otra persona con el valor y la humanidad de Ignacio Echeverría?

Seguramente ha habido algunas personas ejemplares aunque no en casos de terrorismo como éste. Me refiero a personas valientes cuyo nombres no son conocidos pero que ayudan a su familia día a día y son solidarios con la comunidad donde viven y trabajan.

¿Con más personas así España iría mejor?

Mucho mejor.

Se despide en pocos días de su cargo. ¿Será el final de su carrera política?

Es el final de una etapa y ya veremos en el futuro. Son cinco años y seguramente empezaré un etapa distinta.

¿Se plantea volver a Sevilla?

No lo creo. Tengo a mis hijos ya mis nietos aquí y probablemente me quedaré enMadrid.

¿Qué recuerdos tiene de su etapa como alcaldesa?

Fue una etapa de dedicación plena y vocación de servicio.

¿Y la convivencia con Rojas-Marcos?

No fue fácil.

Renunció a pactar con él y perdió la alcaldía en beneficio del PSOE. ¿Se arrepintió alguna vez de esa decisión?

No. Pensé que la alcaldía y las áreas más importantes deberían recaer en nosotros, porque ganamos las elecciones.

¿El partido le presionó para que pactara?

Sí. No le gustó mi decisión, pero procuré ser coherente con lo que pensaba.

¿Cómo ve Sevilla?

—Vivo en Madrid desde hace 5 años y sería banal que emitiera un juicio ahora sobre Sevilla o cualquier cosa de la ciudad.

Si fuera de nuevo alcaldesa, ¿qué es lo primero que haría?

No voy a ser de nuevo alcaldesa.

Desahucios

¿Qué destacaría de su etapa como Defensora del Pueblo?

He intentado prestar un servicio público con la mayor entrega y dedicación. Y también independencia.

La oposición ha valorado su labor.

Si hay un Defensor del Pueblo que es la prolongación de un Gobierno es un cargo que sobraría.

¿Qué ha aprendido en este cargo que no aprendió en otros que tuvo como el de ministra o alcaldesa?

La defensa de derechos con amplitud de miras y horizontes en situaciones muy diversas. Antes me ocupaba del día a día de los vecinos de Sevilla, de sus barrios, servicios públicos. Aquí me he ocupado del derecho a la vivienda, a la educación de personas con discapacidad, o a ayudas públicas de familiares de personas dependientes. También de los derechos de personas que han sufrido violencia o de los refugiados.

¿Este cargo le ha puesto en contacto con la España real?

Como alcaldesa de Sevilla ya conocí la España real. Yo no he caído aquí desde la estratosfera y otros cargos que tuve ya me la hicieron conocer.

¿Y esa España real tiene algo que ver con la España oficial, la que presume de ser la economía que más crece de Europa?

Hay que atender a las dos cosas. Las macrocifras dan una imagen de una nación en un momento determinado. Las cifras de contratación o de crecimiento de la recaudación tributaria son importantes, pero hay determinados colectivos a los que aún no les ha llegado esa mejoría.

¿Cuándo cree que llegará?

Los períodos de largas y agudas crisis como la que hemos pasado, incluso cuando empiezan a superarse, tienen unas repercusiones que pueden durar años y años. Uan familia que se endeudó y perdió su empleo puede arrastrarlo durante mucho tiempo. Falta tiempo para que se note.

Cáritas alerta de que ya no sólo son los parados sino muchos trabajadores los que han caído en la pobreza

Sí, nos han llegado casos de trabajadores con salarios que a duras penas les alcanzan para las necesidades más básicas de ellos y sus familias. Hemos retrocedido muchísimo en este aspecto respecto a las fechas anteriores al inicio de la crisis. Aún no nos hemos curado de una crisis tan intensa, larga y profunda, y tendrá que pasar algún tiempo aún antes de que se curen todas las heridas

¿Hay algún caso concreto que le haya llegado al corazón y que no haya podido resolver en estos cinco años?

Muchos. Intentamos siempre resolver todos los casos que nos llegan y los datos de 2016 hablan de 82 por ciento de respuestas favorables de administraciones públicas a nuestras peticiones. Se ha hecho un esfuerzo muy grande y hemos sido muy insistentes y fundamentado nuestros argumentos en defensa de derechos de los españoles.

¿A dónde no ha podido llegar?

Han sido y siguen siendo aún muy graves para mí los casos de familias desahuciadas por impago de las hipotecas bancarias. Hemos empujado mucho para proteger a las familias que no podían pagar sus deudas pero no todo el mundo ha podido conservar su vivienda. Pero no quiero ser pesimista y hay que volverlo a intentar e insistir y volver a ello cuando no se consigue lo que uno pide.

La Transición y los políticos actuales

Se han cumplido ahora 40 años de las primeras elecciones democráticas en España después de 40 años de dictadura. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?

Las elecciones del 15 de junio de 1977 fueron trascendentales y el resultado de un acuerdo de todas las fuerzas políticas. La Transición fue un gran pacto social y político.

¿Cómo se llevaban entre ustedes?

Hubo muchos pactos, acuerdos, divergencias y desacuerdos pero al final se llegó a un acuerdo inteligente y generoso. Inteligente proque se supo evitar actuaciones o reacciones dramáticas como las que hubo anteriormente en la historia de España. Los políticos de entonces fueron muy generosos y prudentes.

¿Y por qué no lo son ahora?

Como Defensora del Pueblo yo no puedo juzgar a los políticos actuales. No puedo entrar en polémica.

¿Y como ciudadana?

Es que aún soy la Defensora del Pueblo.

¿No cree que la Guerra Civil pesa ahora más que hace cuarenta años, cuando se celebraron esas primeras elecciones democráticas?

La Guerra Civil pesa en la memoria y en la historia y es normal que así sea. Tenemos una democracia que es imperfecta, como todas, y ahora no parece que sea el momento de que se puedan producir grandes acuerdos entre los distintos partidos. Pero debemos estar orgullosos de nuestro país y de nuestro Estado Social de Derecho, de sus derechos y libertades. En el conjunto del mundo creo que España es un país admirado.

¿Cree que la Ley de Memoria Histórica ha ayudado a reconciliar a los descendientes de los dos bandos

No lo sé. Pero es una ley que hay que cumplir y yo como Defensora pido que se cumpla, como el resto de las leyes.

La corrupción se ha convertido en la segunda preocupación de los españoles, solo por detrás del paro. ¿Qué ha pasado para que esto sea así?

Es una preocupación muy bien fundamentada, pero la democracia permite que ese fraude y esa corrupción aflore y sea juzgada.

En la Transición no había tanta corrupción.

Los años de bonanza han traído muchos delitos y mucha corrupción. Ha habido insuficiencia de controles.

¿Y no cree que le han faltado reflejos al Gobierno?

Creo que ha habido más bien falta de controles y una falta de autocontrol y de valores. Y de saber que cuando uno está en un cargo público está administrando unos bienes que pasan por tus manos pero que no son tuyos.

Antes los políticos parecían más honrados. ¿A qué atribuye esa pérdida de honestidad?

Depende de qué etapas hablemos.Creo que en los años 90 y parte de la década del 2000 se crearon muchos bienes públicos y que esto nos ha llevado a esta situación.

Alemania tiene mucho más nivel económico que España y no tiene tantos casos de corrupcion.

Creo que aquí falta educación y pedagogía en los cargos públicos. No se ha hecho y se ha confundido el dinero público con el privado, pero al final la Justicia está actuando.

Pero un poco tarde...

La Administración de Justicia siempre lleva retraso en este y en otros asuntos. Eso lo he sufrido en este cargo.

Muchos pensadores creen que la crisis económica es la consecuencia de una crisis de valores.

No lo sé. Eso lo deberían responder los sociólogos.

La desafección hacia los políticos ha hecho crecer el populismo.

Me preocupa que crezcan movimientos y partidos que no quieren reformar las instituciones democráticas sino que quieren derribarlas. Eso me parece una vuelta atrás. Me preocupa sobre todo que se ponga en cuestión la separación de poderes.

Austeridad

Aunque no presuma de ello, ni de nada, dicen de usted que es tan austera como Merkel.

He tenido mucho cuidado con los bienes públicos que he administrado por mis cargos, porque es el dinero de los contribuyentes. Las administraciones públicas en España tienen que ser austeras y en algunos casos deberían ser mucho más austeras de lo que son. Se ha pecado de duplicidades y se han creado muchas cosas inútiles y poco duraderas. Hemos pecado por exceso. Los españoles tenemos que ser más prudentes.

¿Hay demasiadas administraciones y agencias o empresas públicas?

Sí, hay que ajustarlas. Con la crisis se han reducido organizaciones y administraciones pero podrían reducirse aún más. Con el dinero que se ahorrara, podría mejorar la educación, la sanidad y la seguridad, que falta nos hace.

Ver los comentarios