UNIDAD DE SUBSUELO DE LA POLICÍA NACIONAL

Sevilla bajo tierra: de los peces del Alamillo al «fantasma» de San Bernardo

Los policías ha encontrado de todo en las alcantarillas en los últimos veinte años: animales, coches, armas, droga...y hasta un «espectro»

Uno de los agentes se adentra en un colector JUAN FLORES

E. Barba

Veinticinco años bajo la superficie dan para mucho en la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional. Sobre todo para encontrar en las cloacas sevillanas todo tipo de objetos o seres vivos, a cada cual más sorprendente. «Hay de todo, ahí abajo puede encontrarse de todo, como nos ha pasado –explica el jefe del grupo, el subinspector Jesús Monge-. Hemos visto muchas armas blancas, drogas, un feto, un vehículo incrustado en una tubería o por supuesto hasta animales; y no hablo de las ratas, claro, sino de tortugas, como una con la que nos topamos en Camas, o hasta peces, sí. Peces en un colector que hay bajo el parque del Alamillo . Viven allí sin luz ni nada, pero se han filtrado de alguna forma y allí andan…».

Pero además de esos casos más usuales, el equipo ha vivido situaciones extrañas o incluso alguna que muchos vincularían al ámbito de lo paranormal, como la del «fantasma» de San Bernardo . «Una vez —relata Monge— nos avisaron para que actuáramos en los túneles del tren en la zona de San Bernardo porque unos cuantos pasajeros dijeron que habían visto a una persona caminando junto a las vías, bajo tierra. Por supuesto la circulación ferroviaria se detuvo, pero luego no llegamos a encontrar a nadie a pesar de que estuvimos un buen rato peinando el tramo que se había señalado y varios más. Nada. Aunque la gente aseguraba que habían visto claramente a esta persona caminando ». En aquellos túneles se quedó el secreto.

Esos pasadizos también narran, de alguna manera, la propia historia de la ciudad . «El colector siempre le dice a uno algo. Cuando entras y ves la señal de humedad de hasta dónde ha llegado el nivel de agua en una avenida; y si llega a un metro, ya sabes que si viene una corriente de agua no te permitirá poner el pie apoyado y te arrastrará hasta ahogarte. El subsuelo siempre te habla». Pero no todas las señales son alertas sino también vestigios que permiten contemplar, de alguna manera, la historia de la ciudad. De ella hablan los conductos de desagüe más antiguos de Sevilla, los de la zona del Arenal. «Bajo el Hospital de la Caridad y en toda esa zona existen aún conductos hechos de ladrillo por los que ni siquiera pasamos, porque son un peligro. Esa parte que manda el agua desde el Casco Histórico hacia el río es la más antigua de la ciudad, como la de los alrededores de la Catedral. Por todas estas calles, la gente va pisando el suelo sin fijarse, pero para nosotros algunas tapas de registro o arquetas son verdaderas joyas históricas en las que no muchos se fijan. Obras de arte callejeras sobre las que pisamos».

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