Día de la Constitución

Así era la Sevilla que aprobó la Constitución

«Los ángeles de Charlie» en la tele, películas «S» en los cines, homenaje a «El Pali» y mucha inexperiencia a la hora de depositar el voto

Un momento de la votación del referéndum del 6 de diciembre de 1978 ABC
Manuel Contreras

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El día en el que comenzó la mayor etapa de paz y desarrollo en la historia de España fue frío y desapacible en Sevilla. La pertinaz lluvia no impidió que los sevillanos acudieran a las urnas para refrendar masivamente la Constitución , la clave de bóveda que ha dado cohesión a España durante las últimas cuatro décadas. Votaron 695.661 personas, el 69,8 por ciento del censo electoral, y el 93,2 por ciento de las papeletas dio su conformidad con la Carta Magna. En toda España sólo dos capitales de provincia registraron un apoyo superior a la nueva Constitución: Santa Cruz de Tenerife (93,6 por ciento) y Cádiz (93,5 por ciento).

Pero ¿cómo era aquella Sevilla que el 6 de diciembre de 1978 acudió a las urnas? Era una ciudad que comenzaba un tímido despegue económico y cultural. Proliferaban las promociones inmobiliarias en la ciudad -duplex llave en mano en Torre Greco, en La Motilla, a 18.667 pesetas (112,20 euros) el metro cuadrado, «algo nuevo para gente nueva»- y la televisión en color era el electrodoméstico más deseado: 82.600 pesetas (496 euros) costaba una de 22 pulgadas en Cash-Sevilla , cuatro veces más que una en blanco y negro. Llegaba la navidad y un kilo de mantecados «El Mesías» costaba 122 pesetas (0,73 euros). El periódico costaba 20 pesetas (0,12 euros) y Turavia ofertaba un fin de semana en Londres, hotel incluido, por 11.750 pesetas (70,62 euros). El dólar estaba a 71,4 pesetas (0,43 euros).

Había solo dos cadenas de televisión : la primera cadena, que empezaba a emitir a las 13,45 horas, y la UHF, que lo hacía a las 19,00 horas... si el repetirdor de Guadalcanal lo permitía. Ambas concluían la programación sobre la medianoche con la despedida y cierre, y los programas más llamativos de aquel 6 de diciembre fueron la telenovela «Padre e hijos» en la sobremesa, el infantil «Un globo, dos globos, tres globos» , «Los ángeles de Charlie» y «Vacaciones en el mar» . Aquel día la emisión se prolongó excepcionalmente hasta las 2.30 de la madrugada porque se intercalaron especiales informativos para dar cuenta de la jornada electoral y el recuento de votos.

En Sevilla había por entonces 34 salas de cine con una oferta ciertamente variada: de la segunda parte de «Novecento» en el cine Alkazar a «Las perversiones sexuales de una chica llamada Julio» en el Azul. Compartían cartel con «Grease» , en el Apolo, y «La escopeta nacional» , en el Regina. Había dos salas de arte y ensayo, el Bécquer y San Vicente. La primera proyectaba «Salón Kitty» y la segunda «Sweet movie» , ambas calificadas «S». El teatro Alvarez Quintero estrenó ese día «Salomé», de la prestigiosa compañía de Lindsay Kemp , y Alameda y Veneno tocaban en el Lope de Vega . Pero los gustos de la época tiraban más por la copla: Marifé de Triana acababa de actuar en la discoteca Holiday y el supermercado Ecolar, S.A. contrató una página completa en la prensa de aquel 6 de diciembre para anunciar que Isabel Pantoja firmaría discos al día siguiente en su establecimiento, en la calle Morera 13. Esos días se preparaba una cena homenaje de la hermandad del Baratillo a Francisco Palacios «El Pali» que reunió en los salones de Ochoa a artistas y conjuntos rocieros.

El Sevilla tenía como entrenador a Luis Cid «Carriega» y negociaba en esos días la renovación de Héctor Horacio Scotta , su más preciado delantero. El Betis estaba en segunda división, donde había caido tras ganar la Copa del Rey el año anterior. Su entrenador era García Traid . La jornada electoral de aquel 6 de diciembre tuvo un curioso guiño futbolístico acorde a la concordia que simboliza la Carta Magna: la casualidad quiso que el presidente del Betis, José Núñez Naranjo , votase en Nervión y el del Sevilla, Eugenio Montes Cabeza , lo hiciera en Heliópolis.

El alcalde de Sevilla era José Ramón Pérez de Lama , que había accedido al cargo tras la dimisión a comienzos del año de Fernando de Parias Merry . Al último alcalde que no fue elegido en las urnas le cupo el honor de inaugurar las primeras estaciones de metro, unas estaciones por las que nunca pasaría el suburbano, ya que este proyecto lo abandonaría Manuel del Valle en los noventa. Los políticos sevillanos estaban de moda: Felipe González, Alfonso Guerra, Manuel Clavero, Alejandro Rojas Marcos, Pina López Gay ...

La jornada electoral constató la absoluta falta de experiencia para las cuestiones organizativas de estas lides democráticas. Los problemas con el censo fueron continuos, sobre todo con el voto joven. lo que motivó que en muchos colegios tuvieran que improvisar soluciones. Juan Manuel Sánchez Gordillo envió un telegrama al Gobernador Civil amenazando con boicotear la votación -en Marinaleda, por cierto, la abstención fue del 57 por ciento- y en Jerez se detuvo a ocho personas por cantar el «Cara al sol» ante la sede del PCE. Las anécdotas provocadas por al falta de práctica fueron innumerables: desde el votante que con los nervios introdujo en la urna un recibo en lugar de la papeleta hasta una señora que regresó al colegio electoral y argumentó que había decidido cambiar su voto tras hablar con su marido . Sevilla, como España, amanecia en una nueva y desconocida etapa llamada democracia.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación