¿Sabes cuánto contamina tu coche? Mira el color de la pegatina de la DGT

Ya circulan por Sevilla los primeros vehículos con pegatinas ecológicas. Los conductores lucen con orgullo este distintivo que los identifica como «verdes» a la espera de que tarde o temprano las administraciones empiecen a plantear alguna medida que agradezca el esfuerzo. Pero mientras tanto, es simplemente un premio que exhibir en la luna delantera.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha enviado alrededor de 200.000 etiquetas a los usuarios de la capital andaluza y en las próximas semanas habrán llegado a los coches de toda la provincia que cumplan los requisitos para poseerlas. Que los muestren o no ya es otra cosa, el objetivo es que comiencen a familiarizarse con ellas.

Esta será la primera fase de un nuevos sistema de clasificación que ya tiene utilidad en algunas ciudades españolas. «A Sevilla aún le queda camino por recorrer», admite la jefa provincial de Tráfico, Ana Luz Jiménez. La división que se ha llevado a cabo es exactamente la misma que en el resto de países europeos, con la intención de que haya un único criterio para que no se produzcan diferencias entre territorios vecinos.

«Hasta tener este sistema se venían usando otro tipo de criterios para limitar el acceso de vehículos que son menos objetivos», señala. El mejor ejemplo lo hemos tenido hace apenas unos meses en Madrid cuando se permitió la entrada en el centro de la ciudad según la matrícula. Aclara la jefa provincial que «París también ha utilizado esa misma pauta a falta de otra para reducir los niveles de contaminación, pero lo ideal sería que cuando hay un episodio de este tipo se propongan medidas que tengan que ver más con el problema».

Cómo son las etiquetaws

Esta minuciosa labor que han llevado a cabo los técnicos de la DGT confirma algunas evidencias, pero también desvela más sorpresas de las que cabía esperar. La primera es que en toda la provincia no llegan ni a 2.000 los vehículos considerados puramente ecológicos. También que algo más de la mitad del parque móvil no recibirá acreditación ambiental alguna por no cumplir los requisitos para ello. Lo mínimo que se pide es que el turismo en cuestión sea de tipo ligero y haya sido matriculado a partir del 2000 o si se trata de un diesel, a partir de enero de 2006.

Estos últimos han sido catalogados con el distintivo B, de color amarillo, y suman un total de 414.160 en toda la provincia (un 32,7%), según los datos aportados por Tráfico. El siguiente escalafón se identifica con el C, de color verde, bajo el que se agrupan coches y furgonetas ligeras, ambos de gasolina, de 2006 y diésel a partir de 2014, además de vehículos de ocho plazas y pesados, matriculados desde 2014. De este tipo se han detectado 147.129, que suponen el 11,6%.

El «top» son las tarjetas ECO y Cero que, como cabía esperar, son las minoritarias. En toda la provincia apenas se han enviado 403 de estas últimas (un 0,031% del total). La tienen los conductores de vehículos que no producen ninguna emisión nociva como los eléctricos de batería o híbridos enchufables. El resto de los coches verdes se identifican con la pegatina bicolor que ya pueden lucir 5.152 conductores. Son los propietarios de híbridos con autonomía, los que no se enchufan y los propulsados por gas natural o gas licuado.

La utilidad real

El 55% restante, de haber una etiqueta que los agrupe, tendría un color rojo o incluso negro. Cuenta la jefa de la DGT en Sevilla que «no se han emitido porque el objetivo no es castigar sino todo lo contrario, premiar a los que menos contaminan. Es una medida en positivo que poco a poco ha de ir generalizándose».

«En vista de los datos que disponemos, podemos comprobar que esa renovación esperada se está produciendo y ya en 2016 había más vehículos del tipo C que del B», aclara, tras recordar que «eso nos acerca a nuestra visión cero, que significa cero congestión, cero lesionados y cero contaminación».

Este nuevo sistema de distintivos ya se ha presentado a los ayuntamientos que los tienen a su disposición si se ven obligados a plantear cualquier medida restrictiva. Ana Luz Jiménez destaca que el Consistorio sevillano las conoce, aunque no ha tomado ninguna decisión para darle uso. «Es cierto que la ciudad no ha vivido episodios de contaminación como Madrid o Barcelona, pero sería posible limitar el acceso al centro si subieran los niveles de emisiones nocivas o simplemente si se tomara esa decisión», indica. Igualmente destaca la importancia de contar con una herramienta de este tiempo también de cara al conductor, que toma conciencia de lo que tiene a su alrededor.