Patrimonio

Restaurar las fachadas de la parroquia de San Bartolomé en Sevilla cuesta 300.000 euros

Tras la intervención en la torre, ya concluida, el templo busca recaudar fondos para el exterior con una tómbola benéfica

La torre de San Bartolomé, ya restaurada, junto ala fachada, que se encuentra en un pésimo estado RAÚL DOBLADO

Javier Macías

La parroquia de San Bartolomé celebra desde este viernes hasta el próximo domingo una tómbola benéfica para recaudar fondos de cara a la restauración de las fachadas del templo, que se encuentran en un pésimo estado de conservación. Una vez que han concluido los trabajos en la torre hace unas semanas, gracias a la aportación de los feligreses y del Arzobispado, la parroquia pretende abordar la obra en el exterior del templo durante el próximo curso -a partir de septiembre-, en una primera fase, para la cual es necesario un desembolso de 300.000 euros , aunque el proyecto está aún por definir.

Se trata de unos trabajos que necesitan una labor minuciosa de restauración para recuperar, en parte, los esgrafiados y la policromía de las fachadas en sus varias estapas en la historia. La arquitecta responsable del proyecto, y que ya acometió la intervención del campanario, Lola Robador , pretende dejar testigos de las distintas etapas históricas por las que ha pasado San Bartolomé.

Un templo ubicado en plena Judería sevillana, en cuyos cimientos está la antigua Híspalis, una iglesia visigoda, una mezquita y una sinagoga hebrea, pero que sufrió una desafortunada restauración hace veinte años , acometida por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Entonces, el resultado estético fue radical y controvertido y la obra llegó a ser considerada como un «atentado patrimonial» por los conservacionistas además de que no solucionó el problema de las humedades, que volvió a surgir pocos años después.

Por ello, la congregación a la que la diócesis encomendó el cuidado pastoral de San Bartolomé, la Obra de la Iglesia , junto con el Arzobispado , encargó el proyecto a una profesional de primer nivel, ejemplo de restauración patrimonial, en monumentos como los Reales Alcázares o la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla.

La restauración de la torre

Desde hace algunas semanas, ha quedado a la vista el resultado de la restauración del campanario de San Bartolomé, un «rascacielos» del siglo XVIII que es el mejor mirador del laberinto de callejuelas del que fue gueto judío tras la Reconquista de la ciudad. La torre había perdido su policromía y se tambaleaba por la desidia de las administraciones, pero que ya luce en todo su esplendor gracias al esfuerzo de los pocos feligreses que habitan la collación de San Bartolomé, del párroco y el vicario del templo, y del Arzobispado que ha financiado parte de los trabajos.

El campanario ha recuperado los esgrafiados y el cromatismo original , con los colores de la ciudad: el albero y el almagra , algo que sorprende a la vista ya que ninguna generación viva lo recuerda de esta guisa. Pero, sobre todo, lo importante ha sido la parte oculta, lo que no se ve, como la sustitución de las vigas de hierro, que estaban oxidadas y que habían producido el resquebrajado del mortero. Ahora, estas columnas de cinco metros de altura, que van desde la cornisa a la cima de la torre, llevan por dentro una columna vertebral de acero inoxidable recubierto de un material que absorbe la dilatación. Para la reconstrucción de estos elementos, se han utilizado materiales originales. Por otro lado, se han utilizado modernas técnicas de pintura que evitan la degradación de la misma.

Algo similar a lo realizado en la torre se pretende hacer ahora con las fachadas barrocas de San Bartolomé. Para ello, la parroquia, que carece por sí misma de los recursos económicos necesarios, hace un llamamiento a los donantes particulares para que aporten donativos de cara a rehabilitar este Bien de Interés Cultural, ubicado justo al lado en la Casa de los Mañara. La primera cita que convoca el párroco, Juan José Sauco , y el vicario, Miguel Silvestre , es la velá que comienza este viernes, a partir de las 18 horas, y que continuará el sábado (a la misma hora) y el domingo (al mediodía), en los que habrá una barra de bar en el callejón de Virgen de la Alegría. El domingo se celebrará una misa rociera a las doce del mediodía, con motivo del la festividad de Pentecostés y, posteriormente, se elaborará una paella y postres artesanos, para terminar con una rifa.

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