Tribunales

El principal acusado en el asesinato del gestor de Rochelambert admite que mató a la víctima

El procesado, en una confusa declaración a preguntas de su letrada, cambia la versión dada en la fase de instrucción y afirma que lo ocurrido fue un accidente durante una pelea por una deuda

Sesión del juicio por el crimen del gestor de Rochelambert Rocío Ruz

Silvia Tubio

«Es una pura contradicción cada vez que declara». Ésa ha sido la respuesta del fiscal tras escuchar la nueva versión ofrecida por el principal acusado en el crimen del gestor de Rochelambert . Un caso que está siendo juzgado por un tribunal popular en la Audiencia de Sevilla y que este lunes ha arrancado con las alegaciones iniciales y la declaración de Félix A. P.; el dueño de un taller de motos de la barriada Juan XXIII que según el fiscal torturó, dio muerte y quemó el cuerpo de la víctima por una deuda económica .

Félix A. P., de 31 años, ha ofrecido una declaración muy confusa , guiada por su letrada, lo que le ha valido a la abogada la llamada de atención del presidente del tribunal. Por momentos no se entendía bien lo que decía porque más que hablar balbuceaba. Poco a poco el encausado ha ido componiendo un relato que empieza el 5 de julio de 2016, cuando quedó con la víctima, un gestor que le había llevado varios asuntos, para reclamarle 15.000 euros . «Joaquín era el cabecilla de una banda de nigerianos que estafaba. Él le buscaba víctimas y después ellos atacaban. Yo les había dejado 15.000 euros».

El procesado se refería a un conocido timo en el que el incauto entrega dinero bajo la promesa de que van a multiplicarle la cantidad gracias a un proceso de falsificación único. Un detalle que tuvo que aclararle el presidente del tribunal a los miembros del jurado.

A preguntas de su abogada, la tercera que tiene en este procedimiento, Félix A. P. aseguró que en su casa estalló una discusión a cuenta de esa deuda. «Habíamos comprado, cocaína, bebida y cannabis. Estábamos muy puestos y él comenzó a gritarme, me tiró un cenicero, una torre de música. Yo fui a taparle la boca para que dejara de gritar y Joaquín cayó accidentalmente».

Admitió también que se deshizo del cadáver por miedo , aunque su abogada no ha entrado en detalles sobre ese punto del relato; el más espeluznante de todos porque los restos mortales de Joaquín Gómez aparecieron en el interior del maletero de un coche calcinado en un descampado de Alcalá de Guadaíra. Félix A. P., que tiene antecedentes por delitos menores, no ha negado que fuera quien prendiera fuego al coche junto a otro de los procesados.

Los tres acusados han cambiado sus versiones ofrecidas en instrucción y ahora coinciden en un mismo relato

La Fiscalía le pide 36 años de cárcel y la familia de la víctima 39 y medio por los delitos de asesinato, detención ilegal, robo con violencia, daños y profanación de cadáveres. En esta jornada también han prestado declaración los otros dos acusados, amigos de Félix A. P., para quienes solicitan las mismas penas.

Según la Fiscalía, los tres acusados torturaron a la víctima durante dos días para que les devolviera el dinero que le debía a Félix A. P. Unos hechos que ocurrieron en la casa del acusado. Durante esos días intentaron sacar sin éxito dinero de las cuentas del fallecido, a quien le quitaron las tarjetas y le golpearon para que les dijera las claves. Las cámaras de seguridad de las sucursales grabaron a Félix junto a Manuel B. V., otro de los procesados, haciendo las operaciones en los cajeros. Este último ha asegurado en el juicio que creía que su compañero estaba sacando dinero de sus cuentas y que no estaba usando una tarjeta robada.

Asfixiado con un monedero en la garganta

El gestor acabó muriendo asfixiado con un monedero introducido a la fuerza en la garganta; algo incompatible con la versión ofrecida por el principal imputado quien asegura que sólo le tapó la boca para que se callara. Manuel B. V. también ha admitido que ayudó a su amigo Félix a trasladar el cuerpo para deshacerse de él. Pero al igual que su compañero de banquillo, cambió este lunes de versión, ajustándose a la declaración de Félix A. P. y contradiciendo incluso los mismos escritos de defensa que habían presentado sus letrados minutos antes.

Durante la fase de instrucción estos dos procesados llegaron a acusarse. La justificación que dan a estos giros en sus testimonios es que la Policía los presionó y aceptaron hablar a cambio de salir beneficiados en la investigación. En la sesión de este lunes las acusaciones no han podido interrogarles porque sólo han respondido a las preguntas de sus abogados en una estrategia muy medida.

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