500 aniversario

Primera vuelta al mundo: La San Antonio regresa a Sevilla

Primera vuelta al mundo es una serie de artículos en la que el marino Ignacio Fernández Vial recrea cada sábado el viaje de Magallanes y Elcano

Este fue el itinerario que siguió la nao San Antonio para regresar a Sevilla Ignacio Fernández Vial

Ignacio Fernández Vial

Ya vimos que la nao San Antonio , cuando recibe la orden de iniciar el reconocimiento del canal del SE del Estrecho de Magallanes , parte inmediatamente con todas sus velas al viento, sin esperar a la Concepción, que según la orden de Magallanes debía de acompañarla. Esto hace que cuando este barco consigue navegar ya libre de anclas, haya perdido de vista a su compañera de exploración. A partir de este momento, se suceden una serie de actuaciones oscuras que marcan el incidente más lamentable de todo lo ocurrido a lo largo de la expedición: una nave abandona al resto de la armada para, cobardemente, regresar al puerto de origen, traicionando la confianza del capitán general y lo que es aún más grave, desobedeciendo tácitamente las instrucciones reales.

Fue su piloto, Esteban Gómez , el que decidió abandonar e hizo preso al capitán de la nao, Álvaro de la Mezquita , para navegar en demanda de las aguas libres, haciendo caso omiso a las banderas dejadas por Magallanes como señal de punto de de encuentro, alguna de las cuales tuvieron que estar a la vista de la nave prófuga. Conocía perfectamente que las instrucciones reales obligaban al capitán general a dejar una serie de señales en lugares bien visibles para el caso en que alguna de sus naves se perdiera, y se indicaba en qué lugar y durante cuántas jornadas se le esperaría, e incluso se señalaba para el caso de no encontrarlos, cuál iba a ser el rumbo a seguir y el punto de destino del grueso de la flota. Herrera añade que durante quince días estuvo la nao perdida, cifra algo exagerada pero sí indicativa sin lugar a dudas, ya que era tiempo más que suficiente como para que Gómez localizara a Magallanes , si así lo hubiera querido.

Después de abandonar el estrecho rumbo a España, la San Antonio navega unas millas con la proa a un E1/4 N E obligada por los vientos del N al NO, que son los dominantes en la época que navegaron por estas aguas, aunque por las proas que tuvieron que llevar, en las tres primeras etapas del largo viaje que les espera, el viento les debió de soplar por el N, hasta que tienen a la vista las islas Malvinas, a las que le dan el nombre de islas de San Antón, en honor a su barco.

Sin poner el pie en ellas, rumbean al NO1/4 O para dirigirse al puerto de San Julián a recoger a Cartagena y al clérigo abonados allí por Magallanes meses antes, pero al llegar a este lugar no los encuentran, por lo que los dan por muertos. Cuando abandona San Julián, Esteban Gómez pone proa hacia el golfo de Guinea para al llegar al 15º O. y 20º S., coger los vientos que soplan del S.O., incorporándose así a la ruta seguida habitualmente por las naves portuguesas que regresan de Malaca , ruta que él conocía sobradamente. «Y aportando a la costa de la Ethiopia , proveyéronse allí de agua». Continúa subiendo hasta llegar a las Azores . En estas islas, como iban faltos de víveres, se atreven a fondear para procurarse algo de comer, «en las Açores a falta de mantenimientos que traían tomaron seis mil quinientos y tantos… de provisiones y después de aquí llegados en obra de diez días».

Al desembarcar en el muelle hispalense de la Muelas , el 8 de mayo de 1521, los hombres que iban a bordo son obligados a presentarse ante los oficiales de la Casa de la Contratación para declarar sobre los sucesos ocurridos durante la travesía y especialmente sobre el motín de San Julián, obligándoseles también a que justifiquen el porqué de su regreso. Como consecuencia de las declaraciones de Esteban Gómez y de sus hombres, Álvaro de la Mezquita fue declarado reo de la justicia, acusado de haber colaborado con Magallanes en la realización de una serie de actos que pudieron ir en contra de los intereses de la corona y de haber tenido un comportamiento cruel con súbditos del rey castellano, y por ello fue encerrado en la cárcel del Almirante y todos sus bienes fueron embargados. Al mismo tiempo, a la mujer y a los hijos del capitán general se les prohíbe salir de la ciudad de Sevilla, a pesar de las airadas protestas del alcaide Diego Barbosa , que pide reiteradas veces el apresamiento de los amotinados, la libre absolución de Mezquita y suprimir por supuesto la vigilancia puesta a la familia del capitán general.

El hallazgo de las islas Malvinas por la nao San Antonio en su regreso, a las que nombran San Antón, no tiene dudas, ya que en varias cartas del siglo XVI ya se encuentran dibujadas y representadas estas islas: en la de Pedro Reinel , 1522-1523, en la de Diego Ribero de 1529, en la de Bautista Agnese , trazada en 1536-1545, y por último el cartógrafo francés André Tehevet en la obra Le Gran Insulaire de 1586, incluye un mapa donde se dibujan unas islas que coinciden con una sorprendente realidad con las Malvinas . La segunda nave que alcanzó las Malvinas, en 1540, también fue española, iba al mando Alonso Gonzalo de Alvarado , el cual señala que están situadas «al oriente del puerto de San Julián... a cincuenta y un grados de altura». Los historiadores británicos, como en otras muchas más ocasiones, falsean la realidad para mayor gloria de sus marinos, cuando afirman que el descubridor de las Malvinas fue el inglés John Davis en el año 1592.

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