Ana Pastor: «España tiene una deuda con las víctimas de ETA»

La presidenta del Congreso recoge el Premio Jiménez-Becerril, concedido a la Constitución española

Ana Pastor junto al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y Teresa Jiménez-Becerril JUAN FLORES

Alberto García Reyes

Con la bandera que cubrió el féretro de Ascensión García y de Alberto Jiménez-Becerril , su hermana Teresa lanzó tres vivas estremecedores en el Salón Colón del Ayuntamiento, donde tantas veces estuvo sentado el concejal asesinado. «¡Viva la libertad, viva el Rey y viva España!». Estaba emocionada. Y para defender la memoria de las víctimas, alzó un ejemplar de la Constitución Española que le regaló Pablo Casado y gimió un lamento: «Por este libro mataron a mi hermano». Así comenzó la eurodiputada del PP su alegato en defensa de la Carta Magna como merecedora del premio que otorga cada año la Fundación Jiménez-Becerril y que recogió en el Ayuntamiento de Sevilla la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor . «Estos 40 años de democracia, progreso y concordia que representan la Constitución tienen un gran protagonista al que representa la presidenta del Congreso hoy aquí, que es el pueblo español, que por su generosidad y su firmeza logró hacer de España una gran nación», exclamó Teresa antes de acordarse de los suyos: «quiero agradecer a mi madre por haber sido el pilar de mi familia, por haber vivido con fuerza y no haberse derrumbado, como es lo natural, cuando te matan un hijo y por haber educado y ayudado a crecer a Ascen, Alberto y Clara, mis sobrinos, porque ellos han salido adelante y ETA habrá hecho mucho daño, pero ese daño no lo ha podido hacer».

Para los Jiménez-Becerril, este premio era obligatorio este año por «los valores que representa la Constitución , que son la unidad de España, la libertad y la igualdad de todos los españoles, por eso siempre es un buen momento para recordarla, pero esta vez era especial porque eran los 40 años de su nacimiento, esos 40 años de convivencia en paz y de justicia».

« Víctimas de ETA fuimos todos los españoles y la Constitución es la herramienta con la que hemos vencido», sentenció la eurodiputada antes de dar la palabra a Ana Pastor, quien continuó ahondando en ese mismo mensaje. «Hace 21 años Alberto y Ascen fueron brutalmente asesinados por el terrorismo sanguinario de ETA, pero también estoy hoy aquí para que nos felicitemos todos porque el Estado de Derecho y esa democracia y esa libertad que defendieron ellos con su vida han ganado la batalla de la justicia y están ganando una muy importante, la batalla del recuerdo, de la memoria de la justicia y sobre todo de la verdad». La presidenta del Congreso rememoró aquel 30 de enero en el que Alberto y Ascen «regresaban a su casa para reunirse con su familia y unos terroristas decidieron separar sus manos, siempre juntas, y descargar sus pistolas y asesinarlos, por eso hoy estamos aquí, porque le arrebataron la vida pero no le arrebataron nunca, ni lo harán, la dignidad». La Constitución la ha salvaguardado porque «los terroristas decían que nos enviaban un mensaje nítido a quienes trabajábamos por la libertad para que desistiéramos y calláramos, pero no tuvieron en cuenta que el ejemplo de Alberto y Ascen, de cada víctima de los asesinatos y tantas miles de víctimas». Ese mensaje fue mucho más nítido que el de los etarras porque «muchos españoles vencieron el miedo a hablar y por eso la sociedad española tiene una deuda con las víctimas del terrorismo y tiene una deuda con sus familias». En ese momento la presidenta del Congreso se dirigió a los hijos de las dos víctimas: «Es vuestro testimonio el que mantiene vivo el fuego de la vigencia de la Constitución. El oficio de la democracia nos hace referentes en la profesión de la libertad. Y gracias a la Transición y a la Carta Magna, con sus valores de la concordia y del pluralismo, hemos logrado el periodo más largo de estabilidad, lleno de logros en todos los ámbitos, para vencer a ese pulso a la legalidad desde la intolerancia, la coacción y la convivencia».

El alcalde, Juan Espadas, levantó la sesión y todas las autoridades civiles y militares presentes se marcharon del Ayuntamiento con un suave eco martilleando sus cabezas. "Por este libro mataron a mi hermano"...

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