EDUCACIÓN

«No tengo plaza en ninguno de los cinco colegios de Sevilla que pedí»

Dos madres relatan su frustración por no poder escolarizar a sus hijos en el centro que desean

La Delegación de Educación en Sevilla ABC

M.B.

Tras las cifras de los niños que se quedan fuera del colegio elegido se esconden historias que pueden llegar a ser frustrantes para los padres. Al fin y al cabo, está en juego la educación de sus hijos. Entre ellos, está el caso de Esperanza Fuentes, madre de dos niños, una niña de 3 años y un bebé de 18 meses. Ambos están en una guardería y, para el próximo curso, solicitaron plaza en la escuela infantil San Cayetano. No sólo porque les coge cerca de su domicilio sino porque después de terminar el ciclo de Infantil, como el centro está concertado con los Salesianos de la Trinidad, los pequeños pasarían directamente a ese colegio, que además es de la misma congregación en la que estudió su madre.

Sin embargo, pese a que tenía 14 puntos de zona y que la niña ya está en la misma guardería del centro , la pequeña no ha podido entrar para el próximo curso. Tras el sorteo se quedó segunda en la lista de espera. Educación la ha reubicado y la ha mandado a otro centro del barrio, pero no a ninguno de los que solicitó. «No me han dado ninguno de los cinco centros que pedí», explica.

Aunque han ampliado la ratio y ha entrado un niño más en el colegio, su hija no lo ha logrado. Pese a que, al ser alumna de la guardería del centro, ya conocía a los profesores y a los otros alumnos. Por eso, Esperanza Fuentes ha presentado una reclamación en la Delegación de Educación pidiendo que se amplíe la ratio ya que, según cuenta, «hay otras clases en el colegio con 27 niños y creemos que es posible». Ahora está a la espera de una posible solución. «Me han dicho que si tenemos sospechas de irregularidades, las denunciemos, pero no pueden hacer otra cosa», explica.

Hay otros casos similares. Como el de Marta Medina, madre de dos hijos. El mayor cursa 3º de ESO en Altair y el menor 3º de Primaria en un centro publico porque no ha logrado obtener plaza desde el primer año. Lleva, por tanto, tres cursos intentando que el pequeño estudie en el mismo colegio que su hermano. Pero, para el próximo curso, tampoco lo ha logrado. Es uno de esos ejemplos de padres con niños en distintos colegios, algo que también ocurre . Marta lo tiene claro: pese a que el centro público le coge al lado de casa y para ir a Altair tiene que coger el coche, se queda con este último.

«Prefiero un centro que sea acorde con mis valores y en Altair me ofrecen la educación que quiero para mis hijos».Por su experiencia, asegura que el trato que ha recibido en el centro concertado es mucho mejor que en el publico. «Sufrí una embolia y, desde el primer día en el colegio se volcaron con nosotros porque no podíamos recogerlo y nos dejaban que se quedara mas tiempo; sin embargo, en el público me llamaron a los pocos días para decirme que el niño había bajado el rendimiento». Por eso está tan convencida . Y la solución que apunta para acabar con situaciones como la suya, de padres que cada año no pueden entrar en el centro que desean para sus hijos, es la misma que la anterior:ampliar la ratio en los centros más demandados por los padres.

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