Navidad Sevilla 2019

Navidad en Sevilla, una fiesta permanente en la calle

La iluminación navideña impulsa más el consumo que las campañas de ofertas importadas como el Black Friday

Afluencia de público en la calle Sierpes con el alumbrado navideño Juan Flores

Elena Martos

Como si de una tarde de Feria se tratara, los sevillanos se concentraron en la calle para contemplar el encendido de la iluminación navideña. Fue el delegado de Urbanismo y Cultura, Antonio Muñoz , quien el viernes hacía esa misma comparación durante la inauguración del montaje eléctrico que cada año reserva una sorpresa distinta y gigantesca. Esta vez muchas de las fotos se las lleva el paseo de ángeles con trompetas de diez metros de altura que se instalarán en la Plaza de San Francisco. ¿Y quién se resiste a compararse con estas enormes figuras que se encienden al ritmo de la música? Desde luego José Luis Fernández no está dispuesto. Con su nieto sobre los hombros le explica que van a ser más altos todavía. «Decía el otro día Antonio Burgos que serán como jugadores de baloncesto y creo que no se equivoca», consideró este sevillano, que descubría ayer por primera vez el encendido y está expectante por las nuevas atracciones que faltan.

El pequeño, que cumplió los cinco años el pasado verano, andaba resfriado el día de la inauguración y sus padres no se atrevieron a sacarlo de casa. «Pero hoy es como si fuera el primer día, mira cómo está la calle», señaló el orgulloso abuelo, camino de la Campana para la merienda.

Y efectivamente la confluencia de la Avenida de la Constitución con la Plaza Nueva volvía a ser un hervidero. El humo que desprenden los puestos de castañas asadas servían como punto de referencia para ubicarse. Uno de estos vendedores admitió a ABC que «cada año lo ponen todo más bonito». Dijo echar de menos el mapping sobre la fachada del Ayuntamiento «que dejaba a la gente con la boca abierta, pero lo que se arma cada día es digno de ver», señaló.

Alumbrado navideño en la calle Imagen Juan Flores

La combinación de luces en azul y dorado sirve de transición para la decoración que lucen las calles más comerciales. Todo es un ir y venir de bolsas y paquetes. En el interior de las tiendas ya se empiezan a crear las primeras colas de clientes para pagar en la caja. El reclamo del «Black Friday» que sigue todavía vigente durante el fin de semana incentiva las primeras compras, pero el auténtico empuje lo da la iluminación y la programación de la calle. Lo admitía ayer Lola Suárez , mientras atendía a una clienta en la zapatería Nuria Cobo. «Desde que llega el fin de semana de las luces de Navidad, las ventas crecen mucho y se mantienen así hasta la víspera de Reyes », indicó. El primer tirón llega justo a final de noviembre y el segundo, antes de la Nochebuena.

El certamen de villacincos trajo sonidos de la Navidad tradicional que compiten con éxitos extranjeros

Además del Black Friday también se ha importado el regalo de Papá Noel, que, de momento, se suele quedar en un pequeño detalle. «Todavía no se ha impuesto a los Reyes Magos . Nuestra fiesta es imbatible», reconocía otra de las dependientas que atiende en el centro de El Corte Inglés, situado en la acera contraria.

De vuelta al corazón de la fiesta en la calle, el certamen de coros navideños que se celebró ayer junto al Arquillo del Ayuntamiento recordó los sonidos de la Navidad de otras épocas. Los villancicos tradicionales para alabar al Niño y celebrar su nacimiento, compitieron con los grandes éxitos norteamericanos que se reproducen en bucle en los comercios. «¿Y dónde está el Niño Jesús?», se preguntaba el nieto de José Luis, que no lo veía por ningún lado. Su abuelo le muestra la sede de la Fundación Cajasol. Esa será la cita de hoy domingo, cuando abre el espectacular belén . Allí sí está ya el Niño. San José lo sostiene en brazos bajo un coro de ángeles. Las más de trescientas figuras que componen este monumental montaje atrae a decenas de ciudadanos que se agolpan para verlo. Es ya una de las visitas tradicionales de las fiestas, como también lo es la caña de cerveza en la Plaza del Salvador . Animados por la buena temperatura, los habituales permanecieron hasta bien entrada la noche, haciendo tiempo antes de ir a cenar.

Estos días coger mesa en cualquiera de los establecimientos hosteleros del Casco Histórico es una auténtica proeza. Entre las cenas y almuerzos de empresa y la afluencia de público, muchos han optado por evitar las reservas, como admitía un camarero en una de las terrazas de la Alfalfa. «Yo creo que cada año hay más gente. Y dicen que ahora nos viene otra crisis, pero aquí no la estamos notando, no hay ni un minuto de respiro», dijo, consciente de que las fiestas ya han comenzado, sin esperar al puente de la Inmaculada , ni al sorteo de la Lotería . Llegaron con la primera hilera de luces que se encendió en la calle.

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