Museos, lugares singulares y curiosos de Sevilla

Un repaso históricos a los palacios y museos que, abiertos al público, ofrecen una completa visión de la historia de la ciudad

Patio de la Casa de Pilato ABC

José Manuel García Bautista

En este artículo quiero llevarles a lugares de Sevilla donde se encuentra el germen de la leyenda: casas, palacios o conventos que, visitables, esconden múltiples historias del pasado de la ciudad.

Comenzaremos por el Casco Antiguo, donde visitaremos el esplendor del Palacio Museo llamado «Casa de Pilato» . Está en la calle Águilas y fue construido en el siglo XV y es una auténtica belleza.

Aquel que lo visite podrá deleitarse con antiguos mosaicos de la Bética Romana, la mayoría salvados por Doña Regla Manjón , Condesa de Lebrija, para impedir su expolio de Itálica. También veremos bellos muebles, tapices impresionantes, libros curiosos y pinturas exquisitas, entre las que podremos observar a toda una mujer barbuda como aquella Julia Pastrana de la que tan bien nos habla Omar López Mato en sus libros.

Dueñas

Nuestra próxima parada nos lleva a las cercanías de la calle Doña María Coronel. Seguramente si les digo que el Palacio se llama «Casa de las Dueñas» no les diga mucho, pero si les digo que una de sus dueñas se llamaba Doña Cayetana de Alba (por la que guardo un grato recuerdo y tenía especial cariño), seguramente ya la conocen, era la Duquesa.

Parte de esta casa se puede visitar. Está situada en la calle Dueñas y les recomiendo que disfruten de su impresionante colección de obras de arte. Pero a este lugar no les he traído, ni por qué fue su dueña una de las personas con más títulos del mundo, ni por sus joyas, sino porque si tienen la suerte de visitar su jardín y sentarse en algún rincón estarán en el mismo patio donde los hermanos Machado vivieron su más temprana infancia y a cuyo patio dedicó Antonio Machado un bello poema que decía:

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

y un huerto claro donde madura el limonero;

mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;

mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Torre del Oro

En pleno paseo de Colón, cerca del río, del Guadalquivir, encontramos a la otra vieja dama de Sevilla, a la guardiana de la orilla del causante del vergel de vida en Andalucía. Aquí nos detendremos en el Museo Naval , ubicado en la popular Torre del Oro , lugar con mil y una leyendas y casi todas trágicas...

Esta bella construcción almohade fue construida en 1220 como torre extrema de una muralla que bajaba desde el Alcázar y defendía el puerto, que se cerraba con una cadena alargada hasta la torre de la otra orilla hoy en día desaparecida. En su interior, está instalado el que posiblemente sea el museo naval más pequeño del mundo, de ahí su rareza y que lo traigamos a este paseo por la Sevilla misteriosa. Su planta es dodecagonal y la linterna fue añadida en el siglo XVIII. Del mismo lienzo de muralla subsiste otra torre intermedia, llamada de la Plata, de planta octogonal.

Arqueológico

Si bajamos por el paseo de Colón y enlazamos con la avenida de La Palmera que concluye a las puerta del estadio del Real Betis, a media altura y situado en la Plaza de América dentro del recinto del Parque María Luisa, encontraremos el Museo Arqueológico , fue el antiguo Pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929 y su arquitectura es del inconfundible Aníbal González .

Este museo además de albergar en su interior una muy buena colección de piezas prehistóricas, íberas y del arte visigodo, acoge también una importante colección para los amantes de los tesoros. Me refiero a la réplica exacta del famoso Tesoro del Carambolo , el Tesoro de Évora y el de Mairena . Pura historia y puro misterio si como tal entendemos a la enigmática civilización tartésica.

Panteón

Ya conocemos la Facultad de Bellas Artes y conocemos los misterios de sus fantasmas y espectros. Volvemos en esta ocasión para detenernos en un enclave mágico y misterioso, pleno de historia y de hombres que forjaron esa misma Historia a sangre, fuego, espada, con el poder de las letras o la palabra. Permítanme mostrarles el «Panteón de Sevillanos Ilustres» .

Su entrada se encuentra en el claustro, en la calle Laraña. En su interior se encuentran los sepulcros de personalidades con gran relevancia en la vida sevillana, entre los cuales destacan: Benito Arias Montano , aquel que fue bibliotecario de Felipe II en el Escorial y que pasó gran parte de su vida retirado en la Peña de Alájar o la peña que recibe su nombre: la Peña de Arias Montano en la hermana provincia de Huelva y por la que un servidor ya les ha guiado.

También reposan allí los restos mortales del poeta Gustavo Adolfo Bécquer , al que los jóvenes estudiantes, féminas en su mayoría con dulzura y romanticismo tan propio de él, le siguen dejando poemas de amor en papeles enrollados, o la espectral Fernán Caballero , entre otros ilustres cuyas vidas merecería un libro, que era el seudónimo utilizado por la escritora española Cecilia Böhl de Faber y Larrea a la que los testigos aterrados aseguran haber visto vagando por aquella cripta.

Cenobio

El Convento de Santa Inés se encuentra en la cercana y vecina calle de Doña María Coronel, enseguida sabrá por qué. Cuenta la leyenda que este convento lo fundo Doña María Coronel espantada por el enamoramiento que sentía Pedro I «El Cruel» de ella.

Finalmente, y al no poder de ninguna manera resistirse al asedio de Pedro I, se arrojó aceite hirviendo en el rostro, quedando horrorosamente desfigurada, lo que terminó con el acoso del rey. Ella falleció en este convento a la edad de 73 años . Hoy, podemos visitar su cuerpo incorrupto en una sepultura del propio convento, es uno de los cuerpos incorruptos que esta ciudad nuestra tiene junto al de Fernando III «El Santo » y nuestra querida Santa Ángela de la Cruz, a la que puede visitar en la sede de las hermanas de la Cruz en la calle Santa Ángela de la Cruz y ver su cuerpo en su urna de cristal.

Catedral

Nuestra última parada en la Sevilla de más rancio abolengo la haremos en la Biblioteca Colombina y Capitular . Se encuentra en una de las esquinas de la Catedral sevillana, frente al Palacio Arzobispal.

Lo fundó Hernando Colón , hijo del Almirante Cristóbal Colón. En su interior se encuentran libros valiosísimos que pertenecieron al descubridor de las Américas. Uno de ellos, quizás el más misterioso, es el «Libro de las Profecías» . Libro que en su día no llegó a publicarse y de haberse hecho, Cristóbal Colón posiblemente hubiese sido ajusticiado por la Inquisición, todo un documento, un legajo hereje de la Historia digno de ser conocido y visitado.

No pierda la oportunidad de conocer Sevilla, merece la pena.

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