Libros

Murillo, visto bajo «La mirada compasiva» de Javier Rubio

El redactor Jefe de ABC reflexiona en su libro sobre la misericordia a través de los cuadros de la iglesia de San Jorge

Eduardo Ybarra, Adrián Ríos, Javier Rubio y José Luis García-Palacios Raúl Doblado

Pedro Ybarra Bores

El centro cultural José Luis García Palacios de la Fundación Caja Rural del Sur acogió ayer la presentación del libro «La mirada compasiva: Itinerario espiritual con Murillo por la iglesia de la Santa Caridad de Sevilla» del que es autor el periodista sevillano Javier Rubio.

La obra recoge en sus 132 páginas —a las que se le añaden un anexo gráfico— un itinerario espiritual por los cuadros que Bartolomé Esteban Murillo pintó para la iglesia de San Jorge de la hermandad de la Santa Caridad y en el que realiza una «peregrinación de palabra por sus lienzos y lo que significa, como una catequesis itinerante en torno a las siete obras corporales de misericordia que la hermandad quiso que vistieran las paredes del templo como las páginas de un catecismo abierto a todo el mundo». 

El libro cuenta con un prólogo del presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez , quien destacó «la visión global» que realiza en el mismo el autor «de la excelsa y exclusiva obra de Murillo que la Santa Caridad ha custodiado y mantenido para la humanidad, para el engrandecimiento artístico y para mayor orgullo de Sevilla». García Palacios destacó la «magnífica oportunidad» de acompañar en este viaje a una persona «tan comprometida en una obra que nos parece excepcional», dijo.

Para el hermano mayor de la Santa Caridad, Eduardo Ybarra Mencos , se trata de «un libro lleno de espiritualidad en el que el autor aprecia detalles en estas obras que pasan desapercibidos para muchos de nosotros. Además llega patrocinado por la Fundación Caja Rural del Sur, entidad que ha colaborado con la institución que represento en numerosas ocasiones», recordó antes de comentar algunos de los textos de las obras de misericordia recogidas en el libro, «que además de ilustrativo, cultiva el espíritu».

Imagen de la presentación de ayer Raúl Doblado

A continuación tomó la palabra el delegado diocesano de Medios de Comunicación y párroco de San Juan Pablo II, Adrián Ríos , encargado de presentar a «a un amigo y hermano en la fe». El sacerdote narró que estos textos no nacieron para ser reflejados en un libro, sino para que el Año Murillo tuviera una prolongación pastoral. «Me alegra haber estado hace dos días celebrando una boda en la iglesia de San Jorge junto a las obras que nos han inspirado en nuestra parroquia. Ademas de ser artista, Murillo es un pintor cristiano. A través de su arte esta ayudando a transmitir el Amor de Dios», añadió para afirmar que se trata de una «nueva evangelización a través del patrimonio artístico de la iglesia», comentó.

Del autor, a quien agradeció «atreverse» con los textos, dijo ser «un laico dentro de la comunidad parroquial al que acompaña una autoridad profesional y espiritual, de ahí el éxito de estas meditaciones» , añadió el sacerdote cuya parroquia en obras tiene prevista su inauguración en mayo del próximo año. Rubio, emocionado, rodeado de familiares, amigos y compañeros de profesión, quiso ajustar su presentación a las tres palabras que para el Papa Francisco encierran el secreto de la felicidad familiar: «Por favor, perdón y gracias» .

Comenzó por los agradecimientos, empezando por Dios por «hacerme instrumento de su mirada compasiva», y, tras una larga enumeración, concluyó con sus familiares más cercanos presentes en la sala. Asimismo, recordó que las meditaciones empezaron el 28 de febrero de 2018, «un día que llovía» (una fotografía de aquel día aparece en la solapa del libro) en el que el auditorio, como los lectores, «dieron sentido a la obra artística». Pidió también perdón a quienes pensaron que la presentación iba a ir por otros derroteros: «se trata de un libro raro porque no es usual la contemplación del arte religioso con la finalidad para la que fueron pintados. Hoy estamos acostumbrados a que nos diseccionen las obras de arte con la misma frialdad con la que imaginamos una sala de autopsia», dijo, y abogó por la mirada compasiva de Murillo, «fin al que está orientado toda la iconografía de la iglesia de San Jorge», añadió.

Rubio señaló igualmente la importancia que tuvo la lectura de «El regreso del hijo pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt» , de Henri J. M. Nouwen , a la hora de escribir este libro. «Esa obra me abrió un mundo que empecé a explorar con los caravaggios en Roma, que me ayudaron a mirar la obra artística con otros ojos: los ojos de la fe», añadió. El periodista reconoció también tener muy presente el encargo de Pablo VI «sobre la urgencia de evangelizar el mundo de la cultura», y afirmó que en el libro ofrece «una visión muy personal sobre el mensaje subyacente de los cuadros».

Para cerrar el acto pidió a los asistentes como favor «poner en práctica la mirada compasiva. Murillo pintó como nadie la Sevilla de su época. A pesar de la miseria y fealdad, el pintor fue indulgente con sus personajes. No se regodeaba en lo más degradado de la sociedad, salvaba a la imagen que pintaba. En el siglo XXI estamos tan necesitados de esta mirada compasiva », añadió la voz que admitió que «la mirada compasiva de los cuadros de Murillo me atraen como un imán». El autor pidió a los presentes «que sean compasivos, que reserven una mirada compasiva hacia el prójimo —un arma magnífica para intentar mejorar este mundo—. Atrévanse a ser buenos y misericordiosos », concluyó.

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