Muere Juan Manuel García-Junco, ex párroco de San Lorenzo

Canónigo emérito de la Catedral de Sevilla ha fallecido a los 89 años de edad. La exequias serán el jueves día 19 a las 10 horas en la parroquia de San Lorenzo

Juan Manuel García-Junco Hermandad del Gran Poder

P. Y. B.

Juan Manuel García-Junco Caballero , canónigo emérito de la Catedral, ex párroco de San Lorenzo y primer rector de la basílica del Gran Poder ha fallecido en Sevilla a los 89 años de edad.

García-Junco, que nació el 6 de noviembre de 1929 y fue ordenado sacerdote en 1959. Cómo afirmaba en una entrevista en 2015, con motivo de sus primeros cincuenta de hermano del Gran Poder y publicada a través de la página web oficial de la hermandad del Gran Poder , «Al poco de ser ordenado sacerdote yo fui coadjutor de San Lorenzo con Don Diego Guzmán como párroco, entonces aún estaba en San Lorenzo, en su capilla, la hermandad del Gran Poder, y conocí allí al que yo creo fue el mejor hermano mayor que yo haya conocido en mis tiempos, a D. Miguel Lasso de la Vega, el Vizconde, que es como nosotros lo llamábamos. Y fue él, mediante su amistad, quien cuando yo estuve por primera vez en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando de Dos Hermanas, me visitó y la Hermandad estaba a punto de trasladarse al nuevo Templo. Se presentaron allí él y otros miembros de su junta de gobierno y me dijeron que venían a por mi. Que iban a inaugurar el nuevo Templo y querían que yo fuera el sacerdote que se encargara del mismo. Y cuando se lo comenté a mi familia le encantó, más que a mí incluso, aquello de que fuera yo a ser, tan joven aún, el primer rector del Templo del Gran Poder».

Conoció a tres cardenales: Segura, Bueno Monreal y Amigo . García-Junco era licenciado en Derecho y se especializó posteriormente en Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca. Contaba también con el honor de ser el hermano número uno de la hermandad de Montserrat.

«Mi abuelo, el padre de mi madre, vivía en una manzana de casas que ya no existe, exactamente en el compás cuando éste estaba ante la actual parroquia de la Magdalena. Mis tíos todos eran de la hermandad de Montserrat , que estaba en esa misma manzana, antes de que se derribara y pasara a su ubicación actual. La hermandad de Montserrat ganó mucho con el cambio de capilla, porque la anterior valía poco y ahora tienen más espacio. Recuerdo que en ese sitio, antes que la Capilla de Montserrat, estaba el Archivo Provincial de Hacienda. Como mi familia vivía allí y en los libros de la hermandad de Montserrat se habla claramente que cando hubo de rehacerse la hermandad, que como todas las hermanadades tienen su historia con sus altos y bajos, uno de los muchachos que tiraron para arriba de la hermandad de nuevo era un Caballero, uno de mis tíos. Y es tradicional por la parte de mi madre que todos seamos hermanos», narraba.

Ostentó el cargo de coadjutor de San Lorenzo durante los últimos años de estancia de la corporación en la Parroquia de San Lorenzo y vivió en primera persona todos los avatares y decisiones para la edificación y traslado final de la corporación al nuevo templo anejo a la parroquia. Con el traslado de la hermandad del Gran Poder, García-Junco se convirtió por designio de Bueno Monreal, Arzobispo de Sevilla, en el primer rector del Templo de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder , cargo que ostentaría desde el 2 de junio de 1965 hasta 1972. Años después volvería a la collación como párroco de San Lorenzo, en cuyo cargo presidió el 300 aniversario de la llegada de la hermandad a la Parroquia

Como comentaba en la entrevista anteriormente mencionada, su familia paterna era descendiente de Asturianos, «aunque mi bisabuelo llegó a Sevilla hace más de ciento cincuenta años , así que mis padres son una familia ya sevillana. Muy asentada en la collación de la Magdalena, en la calle del Marqués de Paradas. Yo nací escuchando pitar el tren , en una familia de cinco hijos de los que sobreviven tres, en la que yo era el segundo, y mis hermanas, la que vive conmigo es la penúltima y también queda la pequeña».

Recibió la primera formación y la primera Comunión en las Esclavas del Divino Corazón , las de Marcelo Spínola. «Ellas me enseñaron a leer. Y cuando en esa época se hacía la primera comunión ya éramos muy mayores, por lo que en un colegio de niñas no podíamos estar, y mi madre me llevó al Colegio de los Padres Maristas, en la calle Jesús del Gran Poder».

«Los profesores me explicaron muy bien la religión y tengo que decir que mi Fe se la debo a los Hermanos Maristas , también a las Esclavas porque fue donde empecé, pero determinante fueron los Maristas. El Bachillerato lo terminé en el Colegio de la calle San Pablo y entré en la universidad, al inicio de los cincuenta, haciendo la carrera de Derecho y después me fui con el abogado Sánchez Apellániz a su Bufete», con el que trabajó dos años.

Su madre quedó viuda muy joven porque «mi padre murió cuando sólo tenía 51 años. Y fue en ese momento en el que el hombre, el hijo, necesita más del padre que de la madre, porque yo tenía entonces 19 años».

La llamada a la vocación la recibió trabajando. «Fueron 5 años hasta la ordenación por el Cardenal Bueno Monreal, cinco años de formación teológica, que lo pasé muy bien, con muy buenos compañeros»

Con los años acabó siendo director del Centro de Vocaciones , y por ello tuvo que lidiar mucho con aquellos que han terminado siendo sacerdotes. Y después, la mejor parte de mi vida como párroco que la he vivido en Dos Hermanas, en las parroquias de Santa María Magdalena, el Rocío y en la Parroquia del Amparo y San Fernando.

También lo llamaron para el Tribunal Eclesiástico , porque se acumulaban las causas de separación y le llamaron porque «como yo tenía la carrera de Derecho».

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