Tocón de uno de los árboles que han talado en la avenida de La Palmera
Tocón de uno de los árboles que han talado en la avenida de La Palmera - RAÚL DOBLADO
CAMBIO CLIMÁTICO

Más árboles y menos coches contra el calor en Sevilla

Alcorques tapados, tocones y calles sin vegetación no son difíciles de encontrar en la ciudad

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Uno por cada habitante, o sea, 700.000 árboles más, como mínimo, necesita Sevilla para mitigar los efectos del cambio climático y las cada año más elevadas temperaturas, según la organización Ecologistas en Acción, que ha comprobado cómo la limitación del uso del coche también ayuda a mitigar el efecto invernadero.

Señala que en Sevilla hay en la actualidad unos 200.000 árboles. Solo uno puede producir oxígeno para 10 personas pero resulta que un coche consume en una hora el que emiten 200 árboles durante todo un día.

«Luego, si en Sevilla hay 330.000 coches, basta con que funcionen media hora al día para consumir el oxígeno de 33 millones de árboles y en la ciudad solo contamos con 200.000», argumenta la entidad.

Ecologistas en Acción opina que en Sevilla no basta con reponer los árboles talados sino que hay que ir más allá con medidas entre las que estarían aumentar su número de árboles y disminuir sensiblemente el de coches circulando.

Los árboles neutralizan las emisiones de CO2, clave para mitigar el efecto invernadero de los gases de coches y otras fuentes contaminantes; favorecen una mayor y beneficiosa biodiversidad; regulan y suavizan las condiciones ambientales de su entorno cercano, aportando humedad, fijando polvo y otras partículas y disminuyendo la insolación, algo de especial importancia en ciudades como Sevilla; aportan belleza, mitigan impactos visuales e incrementan la habitabilidad en la ciudad, generando bienestar y mayor calidad de vida.

«Con una mayor profusión de arbolado, en definitiva, no sólo se mitiga nuestro impacto en el medio ambiente planetario pues lo más importante es el más inmediato y máximo beneficio directo para habitantes y visitantes de la ciudad», dice el colectivo.

Por otra parte, y dados los importantes «impactos ambientales y sociales del abuso del coche en la ciudad», en paralelo a la reforestación urbana proponen que desde el Ayuntamiento se apueste decididamente por la reducción en todo lo posible del uso del automóvil privado para los desplazamientos por la ciudad, para lo que habría de adoptar, entre otras medidas, el fomento de los desplazamientos peatonales y en bicicleta, con un tratamiento del espacio público mucho mas «amable» y sin barreras, la recuperación de la Oficina de la Bicicleta; y, el del uso del transporte público, para lo que, entre otras medidas, hay que incrementar la velocidad comercial y la fiabilidad de horarios de los autobuses, lo que exige extender sustancialmente la red de carriles bus.

Otra actuación sería la implantación de «medidas de calmado del tráfico, con revisión de velocidades máximas a la baja, demarcación de «Zonas 30», regulación semafórica y diseños viarios apropiados».

Recuerda que en toda Sevilla podemos ver un gran número de calles en la que los coches dominan el espacio urbano sin dejarle sitio a los árboles y que «calculamos que se puede triplicar su número si se intercala entre la zona reservada al aparcamiento un árbol cada tres coches». En este sentido apuntan que se puede hacer un plan por barrios, no sólo un plan centro, en el que relacionar la necesidad de incrementar el número de árboles con la de racionalizar el uso del espacio público por el coche.

Ecologistas en Acción aconseja una reforestación masiva de todas las zonas públicas del municipio con especial hincapié en Tablada, «la gran bolsa de suelo disponible y que se debe convertir en una selva mediterránea con la participación de la población en el diseño y la ejecución de la reforestación para conseguir un pulmón verde que reduzca nuestra gran deuda de oxígeno».

«La generación de oxígeno es el más preciado pero también el atemperamiento de la temperatura por la capacidad de evapotranspiración y su sombra, la reducción de la contaminación por absorción directa de contaminantes tan presentes en la ciudad y muy importante, son refugio y hábitat de buena parte de la fauna urbana, fundamental para acercar la naturaleza a los áridos entornos urbanos lo que presenta una fuente intangible de bienestar ciudadano por efectos psicológicos y estéticos», concreta.

En opinión de esta organización la cuestión sería «la rentabilidad electoral que se le confiera porque, ¿considerará rentable electoralmente el partido de turno anteponer los evidentes beneficios públicos de incrementar el arbolado urbano si tiene que modificar el indiscutido pero discutible, derecho de uso del espacio por los coches?».

El árbol disminuye la temperatura ambiente de dos formas: la sombra que genera el dosel de ramas y hojas y la evapotranspiración del agua extraida desde las raices en forma líquida a la atmósfera en forma de vapor. Ambos procesos reducen la temperatura en su entorno de unos 5 grados, lo que sin duda es uno de los mayores beneficios que se obtendrían de una forestación masiva de la ciudad en el caso de Sevilla donde se alcanzan temperaturas extremas en verano que se palian con aire acondicionado que a su vez aumentan la temperatura en las calles que se vuelven inhabitables.

El árbol idóneo a plantar va a depender de muchos factores, como espacio disponible, infraestructuras subterráneas, tamaño del alcorque, cercanía a vivienda o tendidos,..

A la hora de repoblar calles son ideales árboles autóctonos como almeces, acebuches, algarrobos, fresnos, olmos, álamos o tarajes que están perfectamente adaptados a nuestro clima.

En cuanto a los costes de mantenimiento, afirma que los árboles son una buena inversión que siempre genera beneficios que difícilmente se pueden conseguir por otros medios.

El Ayuntamiento de Sevilla anunció a primeros de octubre que replantará árboles en los 9.180 alcorques vacíos existentes en la ciudad durante ese mandato y que está realizando un estudio de las zonas de la periferia hispalense, al igual que el centro, donde se necesita más ejemplares de los existentes como Amate, San Jerónimo, la calle Santa Clara de Cuba o la propia avenida de la Constitución.

«No se puede permanecer impasible ante la ausencia de sombras en las calles, los alcorques vacíos o los árboles en peligro», dijo entonces el delegado de Habitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Miñóz. Tamnbién aseguró que hay 2.400mejemplares que pueden ser un riesgo para la seguridad y que, si la situación es irreversible, «donde se tale uno se plantará otro».

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