Generación 2029

María Ramos Payán: Dispositivos contra el reloj de la ciencia

Diseña sistemas para reducir las limitaciones analíticas en campos como el farmacéutico

Especial 90 años de ABC de Sevilla: «1929-2019. Impulso de futuro»

La profesora e investigadora, en el laboratorio de la US donde trabaja a diario Vanessa Gómez

Jesús Díaz

Poder desempeñar tu trabajo el resto de tu vida es el impulso para hacer lo que haga falta por conseguirlo. Con estas palabras resume la investigadora sevillana María Ramos Payán lo que mueve su día a día, una vocación al servicio de la ciencia . Con 33 años, esta profesora de Química Analítica en la Universidad de Sevilla , en la que transmite a los estudiantes las ganas de ponerse al servicio de la investigación , ha ido moldeando su formación en Estados Unidos, Suecia, Dinamarca, Huelva y Barcelona.

Dos años trabajando en la Facultad Biomédica del Cáncer de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill le valió para enriquecerse de nuevas disciplinas, pero también para conocer otros sistemas de formación y metodología en el campo de la ciencia. Allí participó en un grupo de 40 especialistas en el desarrollo de un proyecto para el diagnóstico rápido de la diabetes. Ella era la única mujer en el momento de su incorporación. Aunque nunca ha sentido un trato distinto por serlo.

Cree en la capacitación de las personas por encima de cuotas por sexo y apunta a una cuestión de interés por ciertas disciplinas y no a una desigualdad el hecho de que haya más hombres o más mujeres en ciertos ámbitos profesionales de la ciencia. Estudió Química porque buscaba una carrera que le hiciera pensar y entender más las cosas. «No olvidemos que la ciencia es la respuesta a todas nuestras preguntas», afirma, al tiempo que reivindica una ciencia multidisciplinar , «clave en la innovación científica».

Una beca en Estados Unidos durante dos años transformó su formación y le abrió puertas a nuevas disciplinas. Hoy disfrutan de aquella huella sus alumnos

Tras terminar sus estudios, se decantó por la investigación y la docencia más que por el mundo empresarial de las patentes, anteponiendo otra vez su vocación. Volvió a España con una beca Marie Curie para trabajar en el Centro Nacional de Microelectrónica de Barcelona. Y de ahí a Sevilla, donde su labrado currículum investigador le valió su contratación en la Hispalense .

Premio Joven a la Cultura Científica en Ciencias Experimentales por el Ayuntamiento de Sevilla en 2016 y reconocida por la Real Maestranza de Caballería, María Ramos se encuentra involucrada en el desarrollo de dispositivos microfluídicos más rápidos y versátiles que reduzcan las limitaciones analíticas que hay hoy día en diferentes campos como el farmacéutico, el control de contaminantes o biomédico, por ejemplo. En un lenguaje común: obtener más información de las muestras biológicas y medioambientales de nuestro entorno. «Antes de ir cubriendo objetivos siempre tenía planteado el siguiente».

No se arrepiente de haber dado prioridad a su carrera. La biomedicina y la inteligencia artificial marcarán la próxima década en la ciencia, donde Sevilla podría tener un papel destacado si apuesta por el retorno de los jóvenes talentos que tuvieron que partir y que volverían con mentes más abiertas, mejor formación, capacidad para mayores desafíos e implantar nuevas metodologías de trabajo.

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