El nuevo general jefe de la Guardia Civil en Andalucía, Manuel Contreras, en el cuartel de Eritaña
El nuevo general jefe de la Guardia Civil en Andalucía, Manuel Contreras, en el cuartel de Eritaña - J. M. SERRANO

General Manuel Contreras«Me preocupa el nivel de sofisticación de la delincuencia organizada que opera en Andalucía»

El nuevo jefe de la Guardia Civil en la región desvela algunas claves de lo que será su mandato

SEVILLA Actualizado: Guardar
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En la toma de posesión del nuevo general jefe de la Benemérita en Andalucía, uno de los discursos que se escucharon evocaba la imagen de un niño que le bajaba la comida a su padre guardia civil al cuarto de puerta de un cuartel de Málaga. Ese pequeño fue creciendo, empapándose de las lecciones que viven los hijos del Cuerpo e ingresó en la Academia General Militar. Su destino podría decirse que venía ya definido por sus orígenes familiares. Pero «¿quién podría pensar?», se preguntó el actual director general de la Guardia Civil, José Manuel Holgado, que aquel infante llegaría a estar al frente del Instituto Armado de su tierra. Tras una hora y media de entrevista con el general Manuel Contreras también uno se pregunta cómo un piloto de helicópteros, afable y cercano sigue manteniendo ese carácter a pesar de la estrella de cuatro puntas, el sable y el bastón de su divisa.

—¿En 1989 aterrizó por primera vez en la Comandancia de Sevilla, ¿qué ha quedado de aquella ciudad y ese destino que encontró entonces?

—Llegué en verano de 1989 y era la época de la preExpo. Viví la transformación de Sevilla. Y ahora me he encontrado con un Centro transformado, moderno, aunque con el mismo encanto. Si hay que poner una pega, la encuentro en las infraestructuras, en las que no se ha avanzado mucho. En cuanto al destino, yo llegué para crear la unidad de helicópteros del sur, tenía una parcela muy delimitada y ahora como general la responsabilidad es completamente distinta.

—¿Y qué ha quedado de aquel capitán? Porque la experiencia curte..

—Hoy en día tengo un conocimiento más amplio de la Guardia Civil. Gracias a que he pasado por distintas unidades, he podido ganar en conocimiento de la institución. ¿Y qué queda de aquel capitán? Pues la misma ilusión por llegar al sur.

—¿Este destino es un regalo o una prueba difícil?

—A los que nos gusta el mando de las unidades es el mejor destino por la complejidad, la extensión y la problemática del territorio... Si a esto le añadimos el plus de ser de aquí, es el destino soñado.

—¿Ha colmado sus aspiraciones profesionales en la Benemérita dirigir la IV Zona a la que pertenece como jiennense de cuna?

—Yo diría que sí. A los que nos gustan las unidades y el contacto con los guardias civiles, mandar la zona de Andalucía es lo más que uno puede conseguir. En lo personal, además, hemos conseguido reunir a la familia, que en los últimos cinco años hemos estado desperdigados. Estamos muy felices.

Un momento de la entrevista concedida por el general en su despacho de Eritaña
Un momento de la entrevista concedida por el general en su despacho de Eritaña - J. M. Serrano

—¿Como máximo responsable del Instituto Armado en Andalucía, que es frontera sur de Europa, ¿qué realidades delictivas le quitan el sueño?

—Nuestros objetivos son los mismos que les pueden preocupar al ciudadano: la evolución de una delincuencia organizada cada vez más sofisticada, la amenaza del terrorismo yihadista que mantiene a todo Occidente en alerta y otro tema que nos preocupa muchísimo es la violencia de género. En España se han hecho muchas cosas en los últimos años pero hasta que no lleguemos al nivel cero de muertes no estaremos satisfechos. Los cuerpos policiales estamos muy implicados en la lucha, pero creo que se necesita una mayor implicación de otros sectores como Asuntos Sociales o la educación para detectar a tiempo el problema y así anticiparnos.

—Las cifras oficiales hablan de la tasa de criminalidad más baja de los últimos doce años en la región, pero el trabajo policial no cesa para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada, ¿cómo se compatibiliza esto?

—El ciudadano de a pie percibe la inseguridad en los pequeños delitos: hurtos, robos en viviendas... Y es verdad, ese tipo de delitos ha disminuido. Pero también tenemos la delincuencia organizada, que aquí en el sur de España, que es frontera, maneja mucho dinero, grandes cantidades de droga y se ha perfeccionado. Cuenta con medios mejores y entramados financieros enrevesados. Pero ese efecto de la gran delincuencia no la percibe en el día a día el ciudadano.

«Tenemos la Guardia Civil mejor preparada de la historia»

—Habla constantemente de la tecnificación, la especialización y el avance de la delincuencia organizada, ¿están bien preparados los grupos operativos que luchan contra estas mafias? ¿Tienen recursos suficientes? Porque hay unidades de pocos efectivos que, por ejemplo, trabajan en complicadas investigaciones de blanqueo.

—Todo es mejorable. Sí es verdad que la formación de nuestros especialistas ha mejorado mucho. Tenemos la Guardia Civil mejor preparada de la historia, no sólo por el nivel académico de nuestros especialistas. Pero todo es mejorable en cuanto a número de agentes y a la calidad de los medios que tenemos. Aunque es cierto que tradicionalmente siempre hemos ido un poquito por detrás de los delincuentes.

—En su discurso de toma de posesión fue muy comentada su alusión a los agentes corruptos y la tolerancia cero que va a aplicar. Estaba muy reciente la operación que descabezó el cuartel de Isla Mayor, ¿quiso lanzar un mensaje?

—Sí, el mensaje que quise transmitir es que estas conductas traicionan muchas cosas como la confianza que el ciudadano deposita en nosotros. También traicionan a todos esos compañeros honrados que han pasado épocas de penurias económicas como nuestros padres. Se traiciona la historia de nuestro predecesores y de los compañeros que se juegan la vida a diario. Y en el caso de Isla Mayor, recuperar la confianza de los vecinos en la institución va a tardar.

—La asociación profesional mayoritaria en el cuerpo (AUGC) estuvo presente en su toma de posesión como muestra de su disposición al diálogo ¿va a tender la mano y a escuchar las demandas de los guardias?

«En Isla Mayor se va a tardar en recupera la confianza de los vecinos en sus guardias civiles»

—Las asociaciones tienen un papel y pueden aportar muchas cosas buenas. Voy a oírlos, hablar con ellos, recoger sus propuestas porque el fin de ellas y el fin del mando es el mismo: mejorar la institución y las condiciones de vida de los que prestamos servicio en ella y si podemos hacerlo de la mano y juntos, mucho mejor.

—Pero reconocerá que esa actitud y esa visión de las asociaciones no es habitual en el generalato.

—Cada uno tenemos un estilo de mando que hemos ido forjando a lo largo de nuestra vida profesional. Yo no puedo traicionar mi manera de mandar. La cercanía y el diálogo nunca lo he visto reñido con la disciplina y el principio de autoridad.

—¿Cuáles cree que son las parcelas en las que se podría mejorar las condiciones de la plantilla a corto y medio plazo y teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias?

—El nuevo equipo ministerial está perfectamente enterado de nuestras necesidades. Hemos vivido unos años de importantes restricciones presupuestarias que se ha notado en el tema personal. Somos optimistas porque parece que la oferta de empleo pública se va a recuperar y se va a incrementar algo más que la tasa de reposición para ir paliendo el déficit que hay. También hay varios proyectos de nuevas tecnologías, de movilidad para que el guardia interactúe mejor con el ciudadano, que se pueden poner en marcha en un plazo no muy largo.

—En su carrera profesional ha tocado distintas especialidades. Podría definirse como un mando multidisciplinar. ¿Con cuál se quedaría si acabara de salir de la academia?

—He tenido la oportunidad de disfrutar doblemente volando y ayudando a la gente. Como dice el general Ceña los que somos pilotos nunca dejaremos de serlo. Aunque también el mando de comandancia es apasionante porque te permite tener un contacto directo con las unidades territoriales y sentir que puedes resolver los problemas de la gente.

—En el caso de la especialidad de Información, ¿cuénteme cómo han conseguido los servicios españoles ser referentes en Europa en la lucha contra el yihadismo?

—El 11 M, para los servicios de Información, supuso un cambio en los procedimientos de trabajo. Hasta la fecha teníamos mucha experiencia en la lucha contra organizaciones terroristas como ETA o Grapo y a raíz de ese brutal atentado entramos en una situación distinta. Tanto Policía Nacional como Guardia Civil hicimos los deberes cambiando las técnicas de investigación. También se ha legislado para que estas investigaciones puedan llegar a buen puerto y de eso tenemos que estar muy orgullosos los españoles porque nos consideran un país serio en esta materia.

«Fue dramático escuchar al sargento que tiró del herido para salvarlo y cómo describía la mirada de su compañero cayendo al barranco»

—¿Su momento más duro vivido en la Guardia Civil, del que no se olvidará jamás?

—Recuerdo dos momentos muy duros. Desde el 83 al 89 estaba destinado en la unidad de helicópteros con base en Logroño, pero casi a diario íbamos al País Vasco. Fueron años en los que cayeron muchos compañeros. Recuerdo con mucha amargura la muerte de un amigo mío, el teniente Mateu, que fue asesinado en un atentado en Arechavaleta (Guipúzcoa). ETA había matado antes a su padre, que fue presidente del tribunal de Orden Público. Teníamos muy buena relación, compartíamos aficiones y salíamos juntos. Fue trágico.

Otro momento fue ya de coronel en el servicio aéreo, cuando recibí la noticia de la muerte de dos pilotos y un especialista de montaña del Greim en León, en 2014, durante un rescate en los Picos de Europa. Los dos pilotos eran unas bellísimas personas y una semana antes había estado con ellos tomando una cerveza y unas tapas. En ese tipo de unidades los miembros somos como una pequeña gran familia y fue muy doloroso.

—El accidente se produjo cuando auxiliaban a un corredor que participaba en un raid de montaña, ¿qué ocurrió exactamente?

—El mundo aeronáutico es muy serio y cuando se produce un accidente siempre se abre de manera inmediata una investigación. Ésta concluyó que una piedra cayó en una pala, la rompió y desestabilizó el aparato. Los pilotos eran muy veteranos y no pudieron hacer nada. Fue dramático escuchar al sargento que tiró del herido para salvarlo y cómo describía la mirada de su compañero cayendo al barranco.

—Ha estado muchos años destinado en Sevilla, confiese: ¿es más de Semana Santa o de Feria? ¿del Betis o del Sevilla?

—Hay que disfrutar de las dos citas. A mí me gusta mucho la Semana Santa de Andalucía. Pero ahora que no nos escucha nadie, soy un poquito más de Feria. Y sobre el fútbol, cada vez me gusta menos, pero tengo que reconocer que siempre he sido del Real Madrid y en mi casa son más del Sevilla.

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