La Junta de Andalucía niega a una madre ver a su hijo el día de su boda

La Junta de Andalucía ha prohibido a Ana María Andrés, vecina de la barriada de Juan XXIII, ver a su hijo Telmo el día de su boda. «No tenía otro deseo que tener a la familia reunida, pero no ha sido posible. Era mi sueño», contaba este viernes tras la celebración de su enlace matrimonial. «Pedimos reiteradamente que mi hijo viniera, incluso si lo consideraban conveniente, acompañado de sus actuales acogedores. Sin embargo obtuvimos el 'no' rotundo por respuesta».

No es la primera vez que ABC se hace eco del caso de Ana María. Cabe recordar que hace seis años, la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales retiró a esta madre la custodia de su hijo Telmo (nombre ficticio para proteger la identidad del menor), declarando su desamparo provisional -cuestión que aún está por determinar en los tribunales-.

Fue el 27 de mayo de 2010. Todo ello, tal y como aclara el abogado de Anda María, Gabriel Velamazán, basándose en denuncias falsas de maltrato que la expareja de Ana María había interpuesto. Aunque lo más flagrante es que, la que realmente sufrió malos tratos (hechos probados) fue Ana María por parte de su expareja. «A todas luces es un caso claro de venganza, pero la Junta de Andalucía, sin hacer ningún tipo de investigación, le retiró la custodia sin más», apunta Velamazán.

Desde entonces, Ana María sólo puede ver a su hijo una hora al mes, en una sala acompañada de una técnico de Asuntos Sociales, que le prohibe hablar con su hijo tanto de la familia materna como de la paterna. «Ni siquiera puedo responderle si él propio niño me pregunta por sus abuelos, tíos o primos porque me amenazan con no volver a verlo», apunta Ana María.

Otra cuestión a la que alude el abogado de Ana María, es al hecho de que ésta, con su nueva pareja, ha tenido dos hijas más (de 4 y 2 años). «Si fuera tan mala madre, tal y como alega la Junta de Andalucía, también le hubieran quitado las dos hijas menores a Ana María, es lógico pensarlo. Pero no es así, porque las hijas de Ana María están perfectamente atendidas, al igual que lo estaba en su día Telmo».

Ana, que niega categóricamente las acusaciones de maltrato hacia su hijo, desea que su caso no se convierta en otro como el de Carmen Benítez, cuyos hijos Iván y Sara nunca pudieron disfrutar de su madre biológica. Por lo que pide a la administración que reconozca el error cometido y comience el retorno de su hijo, para que Telmo, que hoy tiene nueve años vuelva a jugar con sus hermanas en casa y no en un desangelado cuarto acompañado de una técnico de Asuntos Sociales, «que eso sí que no es bueno para el niño».