Sevilla

José Luis Comellas: «He preferido ser cicerone de la historia»

El humanista recibió a los 90 años un emotivo homenaje en el salón de actos de la sede del Ateneo de Sevilla

Homenaje a José Luis Comellas este martes en el Ateneo de Sevilla J. M. Serrano

Pedro Ybarra Bores

El salón de actos de la sede del Ateneo de Sevilla acogió este martes un homenaje al profesor José Luis Comellas García-Llera «en reconocimiento a sus relevantes méritos en el campo de la cultura humanística y científica».

Llegó a la sede de la calle Orfila acompañado por María Jesús Aguirrezabala (su mujer) y dos de sus cuatro hijas. Previamente firmó en el libro de oro de la institución, lugar «en el cual he vivido tantas jornadas memorables», escribió. El presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero dijo del homenajeado que «es y será siempre un ateneísta. Una persona maravillosa, hombre sabio y bueno».

La presentación del acto corrió a cargo del profesor Juan Ortiz Villalba , quien recordó la etapa en la que fue su alumno en el Colegio Universitario de Córdoba, donde destacaba como «hombre extraordinariamente puntual y cumplidor», dijo.

Intervino a continuación el profesor José Manuel Cuenca Toribio , quien definió el homenaje como «un acto lleno de sentimentalidad, sin abandonar los cánones de los actos académicos», repasando sus recuerdos con «el humanista de más amplio espectro» desde que se doctoró hasta la actualidad, de quien dijo ser «uno de los cuatro o cinco intelectuales que ha dado la España de la posguerra» y «tuvo siempre acceso a las grandes editoriales españolas. Desde los 60 cada año publicó una biografía espléndida como la de Cánovas o Isabel II, que la compaginaba con otros estudios. Su conversación era un remanso de paz, se tonificaba el alma y se ensanchaba la mente», añadió

Salón de actos del Ateneo de Sevilla J. M. Serrano

Rafael Sánchez Mantero habló como «discípulo. El primer doctor que salió de sus sabia dirección», para reivindicar su papel como «auténtico maestro» que formaba parte de aquella generación. Recordó como fue proyectada su figura con la «Historia general de España Moderna y Contemporánea», que se convertiría en «libro de cabecera» para los alumnos de las facultades de España y del extranjero. Tras mencionar algunas de las obras «de un hombre con muchas virtudes pero con un defecto: su excesiva modestia. Persona extraordinariamente reconocida en los ámbitos que ha tocado: historia, astronomía y música».

Leandro Álvarez Rey recordó que «tiene un gran sentido del humor, a pesar de que tenía fama de ser una persona muy seria». Recordó que «era tan tímido que necesitaba interpretar las clases. Intrepretación tan didáctíca que hoy se echa tanto de menos en las aulas a pesar de tanta tecnología», dijo. «Ha sido tan feliz haciendo las cosas que nunca le preocupó la modestia, siempre ha sido una persona muy honesta intelectualmente». Citó algunos de sus consejos, como que «la historia no hace falta que la adjetives, que el lector saque sus propias conclusiones», añadió de quien pertenece a la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y a la Real Academia de la Historia.

Para concluir, José Luis Comellas confesó sentirse «inmensamente feliz» y recordó que Sevilla es la ciudad del mundo en la que más años ha vivido (56), y «desde esta actitud de cariño a esta ciudad, a esta institución que me acogió desde el primer momento, dar las gracias por este homenaje. Ahora me siento más ateneísta que nunca, más sevillano que nunca y más historiador. Un sevillano de adopción con muchísimos amigos», dijo emocionado.

Mesa del acto homenaje a José Luis Comellas celebrado este martes en el Ateneo J. M. Serrano

«Mi vida ha sido dirigida a muchas aficiones, la principal la historia, por profesión, vocación y deseo, y por una tendencia especial a comprender la historia. El que no comprende la historia no puede ser nunca un buen historiador. No se trata de repetir hechos, sino de profundizar para comprender que pasó, para contarlo de forma que los demás lo entiendan. Quizá me ha faltado profundidad, pero he preferido ser cicerone de la historia, ya que la explicación comprensiva de lo que ocurrió es para mí lo más importante de la ciencia histórica», dijo.

«El comprender algo hace a uno más feliz y yo he sido muy feliz explicando historia, música, astronomía o navegación», dijo antes de que le fuera entregado el diploma que diseñó José García Ramos con el que la institución rinde homenaje a grandes personalidades.

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