La interminable factura de las Setas: Sevilla se gasta 200.000 euros más en alquilar otra sede de Hacienda

El Ayuntamiento de Sevilla va a gastar de nuevo más de 200.000 euros en el alquiler de una oficina para su Agencia Tributaria , que carece de espacios suficientes tras la venta a la constructora Sacyr de su sede en la esquina de la plaza de la Encarnación con la calle Puente y Pellón en aquel contrato leonino que firmó el alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín en 2004 y que incluía la cesión de ese edificio en el paquete de la operación por la que se pagaba a esa compañía por la construcción y la concesión administrativa por 45 años del complejo Metropol-Parasol, las famosas Setas de Sevilla . Las necesidades operativas obligan a esta agencia, dependiente del Área de Hacienda y Administración Pública, a licitar un contrato para arrendar un local «destinado a Oficina de Información y Atención al Contribuyente de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de Sevilla», según reza el expediente, al que ha tenido acceso este periódico y que supone la renovación de un alquiler que ya se venía produciendo desde 2015 y que ahora ha vencido.

Esta licitación supone una inversión, como se indica en la documentación, de 108.000 euros para los ejercicios 2020 y 2021 , aunque se contempla una «posible prórroga» por el mismo periodo, esos 24 meses, y el mismo importe, de modo que el coste de este alquiler para informar a los contribuyentes ascendería a más de 215.000 euros . En la memoria justificativa se expone que el inmueble debe tener un máximo de 310 metros cuadrados y que se busca ese local «ante la necesidad de ubicar una Oficina de Atención al Contribuyente próxima a los servicios centrales de la Agencia Tributaria de Sevilla, para que dicha dependencia aglutine la información demandada por los ciudadanos en materia tributaria y de recaudación local, ya que se trata de un modelo implantado en otras zonas de la ciudad que funciona de forma satisfactoria», de ahí que se realice la contratación. Ésta se ejecuta mediante un contrato privado y por procedimiento negociado, esto es, adjudicación directa a la entidad o propietario de un inmueble (Comercial Hispalis S.A.) que reúne los requisitos que se exigían de cercanía, metros, fisonomía del local y precio del alquiler mensual más bajo. El espacio está ubicado junto a la propia sede central, de hecho.

Esos servicios centrales de la Agencia Tributaria se encuentran en el edificio Metrocentro , de nueva planta erigido en la avenida de Málaga junto a las cocheras del tranvía cuando este medio de transporte se estrenó en 2007 por parte del gobierno local de Monteseirín. Se tuvieron que redistribuir servicios municipales y el Área de Hacienda ubicó allí la agencia. Y lo hizo después de que el Ayuntamiento incluyera la cesión del antiguo edificio de la Encarnación en la operación de las Setas y que Sacyr pasara a ser su dueño. El contrato global por Metropol-Parasol supuso a las arcas sevillanas un coste superior a los 135 millones de euros , cifra verdaderamente escandalosa que incluyó pleitos perdidos con la constructora e incluso pago por demoras en la entrega del citado edificio donde se situaba Hacienda, que por cuestiones de funcionalidad y disponibilidad de otras ubicaciones tardó meses en desalojarse con respecto a lo que se había previsto. La empresa se hizo con el inmueble en enero de 2014, aunque han pasado varios años sin que le dé uso hasta que ahora, al fin, Sacyr se haya decidido por la construcción de un hotel.

Los litigios entre la constructora y el Ayuntamiento acapararon la atención durante este periodo mucho más que los planes para este equipamiento. El último enfrentamiento judicial tuvo como escenario una sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), donde Sacyr reclamó al Ayuntamiento el pago del mantenimiento de la estructura y de las entradas bonificadas para subir al mirador. La Justicia determinó que se indemnizara a la empresa con 2,9 millones de euros y el pago anual de los servicios para su funcionamiento. Dinero sobre dinero en un montante escandaloso procedente de aquella operación urbanística de las Setas.