El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en un acto en el Ayuntamiento
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en un acto en el Ayuntamiento - ROCÍO RUZ

Espadas ejecuta el presupuesto al mismo nivel que Zoido

A pesar de gobernar en minoría, el PSOE ha logrado cumplir el 85 por ciento del gasto previsto y el 91 por ciento de los ingresos

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Las cuentas del Ayuntamiento no tienen margen de maniobra. Esa es la principal conclusión que puede extraerse del informe de la Intervención Municipal sobre la liquidación del presupuesto del año pasado por parte del gobierno socialista de Juan Espadas. Los datos son casi idénticos a los de los dos últimos ejercicios del mandato de Juan Ignacio Zoido. Es decir, el presupuesto municipal actual está tan condicionado por la deuda heredada y el tamaño de su burocracia que los alcaldes están prácticamente maniatados a la hora de tomar decisiones de calado. Hay muy poco espacio para las inversiones, aunque la rebaja de la deuda llevada a cabo en estos años permitirá a Juan Espadas empezar a pedir créditos a los bancos porque el Ayuntamiento ya cumple los principios de estabilidad presupuestaria.

El avance en este sentido no es menor. El anterior alcalde hizo una labor muy contundente en este terreno que el actual ha continuado a sabiendas de que era el único camino para salir de la trampa. La diferencia es que Zoido tenía 20 concejales y Espadas sólo puede contar con once para llevar a cabo la tarea.

Lo que delata el informe del interventor es que el primer ejercicio completo de Juan Espadas ha cumplido las expectativas hasta alcanzar niveles muy parecidos a los de su antecesor, aunque para ello haya tenido que llevar a cabo una política que él mismo criticó duramente cuando estaba en la oposición. El último presupuesto del PP, el de 2015, alcanzó una liquidación del 87 por ciento en el apartado de gastos y del 91 en el de ingresos. El primero de Espadas iguala la ejecución de ingresos y baja dos puntos, hasta el 85,4 en el de gastos.

Esto quiere decir que en 2016 se ha cumplido el principio de estabilidad presupuestaria, la sostenibilidad del objetivo de deuda y el principio de sostenibilidad de deuda comercial. Además, según el interventor, en esta ocasión sí se ha cumplido la regla de gasto, algo que venía vulnerándose desde hace casi una década como consecuencia de la gestión del tándem Monteseirín-Torrijos.

Esta tendencia de reducción de deuda y ejecución del presupuesto ha permitido que se pase de tener una capacidad de financiación de 45 millones de euros en 2015 a 97 millones en 2016. El superávit, por tanto, ha aumentado en más de 40 millones de euros.

También es positivo el dato de evolución de la deuda municipal, ya que a lo largo de 2016 se han amortizado más de 50 millones, de modo que al cierre de 2016 la deuda pública consolidada del Ayuntamiento se situaba en 371 millones, representando un 40 por ciento de los ingresos corrientes del ejercicio. Además, el interventor certifica que el período medio de pago a proveedores en el mes de diciembre de 2016, mes que se toma como referencia a efectos de la liquidación del presupuesto, era de 13,60 días en el caso del Ayuntamiento y de 17,70 días en el caso del resto de las empresas municipales.

No obstante, y a pesar del superávit, el remanente de tesorería sigue siendo negativo, aunque se ha reducido en un 58 por ciento. Concretamente, hay 4,5 millones de euros en números rojos en la Corporación, pero si se le suman los demás entes municipales el resultado es de 15 millones de euros en positivo, sobre todo gracias a los beneficios que genera el Real Alcázar.

Una de las principales losas sigue siendo la carga financiera. Los créditos firmados por los bancos en el pasado obligan al Ayuntamiento a pagar anualmente 55,6 millones en cuotas. Esta partida se incluye dentro de los llamados gastos ordinarios, que son los de personal y los necesarios para prestar los servicios municipales cotidianos. Estos gastos suponen 788,4 millones de euros de un total de 827,9. Esto quiere decir que para inversiones apenas quedan 40 millones de euros, cifra que ilustra la actuación de los gobernantes, ya que el resto de gastos ya viene determinado por la propia maquinaria municipal.

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