Las escalas de cruceros crecen un 43% en Sevilla en cinco años

El crucero «Sirena» recaló ayer por primera vez en Sevilla. Este buque de lujo atracó sobre las diez de la mañana con algo más de un millar de personas a bordo –395 tripulantes y 635 pasajeros– para pasar casi dos jornadas en el Muelle de las Delicias. El Puerto quiso darle la bienvenida con la entrega de la metopa conmemorativa al capitán, una distinción que podrá lucir con orgullo en la sala de mandos.

Esta parada del «Sirena», de la naviera Oceania Cruises, contribuye a sostener una senda de crecimiento para el negocio de cruceros que todavía es demasiado tímido y está lejos de generar un efecto real en la economía de la ciudad. Sin embargo, tanto la Autoridad Portuaria como el Ayuntamiento de Sevilla trabajan para fortalecerlo.

Y parece que el esfuerzo no cae en saco roto. Desde 2012 el número de escalas ha crecido un 43,4%, pasando de 53 a las 76 previstas para este año, como informó ayer la Autoridad Portuaria.

Más de las mitad de las que están programadas corresponden al crucero fluvial «La Belle de Cadix», que limita su travesía al cauce del río hasta llegar a la capital gaditana. El resto son buques de pequeño y mediano tamaño, muchos pertenecientes al segmento de lujo. Ese es el caso del que llegó ayer a la terminal de pasajeros procedente de Málaga. A bordo transporta visitantes de Estados Unidos, Canadá y México, así como de países del centro de Europa, turistas más lejanos que suelen tener un alto poder adquisitivo.

Puerto base

A pesar del mínimo impacto y de las limitaciones del río para la llegada de barcos de más envergadura, ni la Autoridad Portuaria ni el Ayuntamiento han renunciado a reforzar este sector, vendiendo la oferta sevillana en las principales ferias internacionales. Entre los objetivos del Consorcio municipal de Turismo está convertir la ciudad en puerto base de cruceros medianos por su ubicación privilegiada y por su patrimonio.

Tímido impacto económico

La ciudad todavía espera esa eclosión del segmento de buques turístico que aún tiene recorrido por delante. Más que la hostelería, que es un servicio que ya se les presta en el buque, el primer sector que se vería beneficiado es el comercio, pero de momento no tiene ningún peso en la facturación. Lo confirma Tomás González, presidente de la patronal (Aprocom), que ve este negocio todavía demasiado verde. «Tal vez si vinieran dos o tres cruceros por semana y se quedaran más de un día podríamos tener beneficios», considera. González recalca que «son muy pocos al año y, por lo general, el pasaje dedica el tiempo a visitar los principales atractivos». Recuerda que «Sevilla es una ciudad muy monumental y el circuito se encuentra demasiado alejado de la zona comercial como para que las tiendas sean una parada obligada». Como contrapunto pone el ejemplo de Barcelona, Málaga o Cádiz, donde sus puertos se encuentran mucho más cerca de los establecimientos y reciben buques que triplican la capacidad de los que vienen al muelle de la ciudad.