ENTREVISTA

El cura de Los Pajaritos: «Se informa mucho más de un abuso sexual que de la muerte de un misionero»

Manuel Sánchez lo comprende porque a que a la Iglesia se le exige «santidad», pero opina que la pederastia se da con más intensidad en otros ámbitos de la sociedad

Manuel Sánchez en su parroquia de Los Pajaritos Juan Flores

Jesús Álvarez

Manuel Sánchez Sánchez (Sevilla, 1969) es licenciado en Estudios Eclesiásticos por la Universidad de Granada y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, por la que obtuvo el doctorado europeo con la calificación de «sobresaliente cum laude».

Este canónigo es también profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación y autor de numerosas publicaciones y de varios libros sobre teología y filosofía. Desde hace más de un año ejerce de párroco en Los Pajaritos, uno de los barrios más pobres de España.

¿Cómo le llegó la vocación?

Mi vocación surgió de pequeño. En la adolescencia tuve la crisis propia de esa edad cuando empieza uno a salir con chicas y a tomar litronas . Pero cuando llegue al COU, lo tenía completamente claro.

De no ser cura, ¿qué habría sido?

Tal vez, maestro. O inversor en bolsa . Tenía buenas intuiciones y creo que me hubiera forrado pero el Señor no lo quiso.

¿Había antecedentes religiosos en su familia?

No, mi familia no era demasiado religiosa. Mi abuelo se hubiera llevado las manos a la cabeza si le hubiera salido un hijo cura. Él era un hombre de fe sencilla.

¿Le gusta que le digan cura?

Sí, aunque a mí me dicen «maestro» en este barrio. Me gusta la palabra «cura» porque tiene un sentido curativo. Somos curadores de almas.

¿Las cosas de palacio van despacio?

Sí, las de todos los palacios, pero el arzobispo ha sido muy generoso con nosotros porque pedimos mucho.

Hay dos noticias internacionales muy recientes que se sucedieron en el mismo día: la expulsión del sacerdocio de Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, y el asesinato del misionero español César Fernández Fernández en Burkina Faso. A la primera, por cierto, se le ha dado, mucha más publicidad que a la segunda.

El demonio se nos mete por donde más débiles podemos ser y ocurren estas cosas pero hay miles de misioneros como César Fernández y hay muchos menos casos como el del arzobispo estadounidense . Se le da mucha visibilidady se informa mucho más de ellos pero la pederastia se da en otros ámbitos de la sociedad con mucha más intensidad que en la Iglesia. Lo que pasa es que a la Iglesia se le exige más, se le exige santidad y le hacen mucho daño estos casos. El pastor no se puede comer a las ovejas.

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