Sociedad

Una de cada dos mujeres que aborta en Sevilla ya lo hizo antes

En 2016 hubo 513 menores de 20 años que interrumpieron el embarazo; la más joven fue una niña de 12 años

En 2016 más de 4.200 mujeres abortaron en Sevilla ABC

MERCEDES BENÍTEZ

Los abortos permanecen estables en Sevilla. Igual que está ocurriendo en los últimos años en España, las cifras oficiales, revelan que el número del año 2016, el último del que hay registro, sigue igual o ligeramente a la baja. Los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad revelan que durante ese año abortaron en la provincia de Sevilla un total de 4.218 mujeres. Se trata de unas intervenciones que en Sevilla se realizan en la inmensa mayoría de las ocasiones en centros públicos , aunque también se llevan a cabo en dos clínicas, financiados por la sanidad pública.

Como ocurre desde hace varios años, los datos de interrupciones voluntarias de embarazado se han estabilizado con una ligera tendencia a la baja, ya que el año anterior lo habían hecho 4.295 mujeres.

¿El motivo por el que siguen abortando las mujeres? Tampoco han cambiado las razones respecto a años anteriores, ya que la mayoría (3.639 casos) se sometieron a estas intervenciones a petición de la mujer. Sólo en 365 casos fueron abortos realizados porque había grave riesgo para la salud de la mujer, en 211 casos por riesgo de graves anomalías en el feto y en tres casos anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave o incurable.

Pero ese no es el dato más llamativo. Si se miran las estadísticas hay otros más reveladores, como el elevado número de reincidentes en la interrupción voluntaria del embarazo. De hecho hubo 1.831 mujeres que ya se habían sometido a abortos anteriores . Un 43 por ciento de las que decidieron acabar con su gestación ya lo habían hecho en anteriores ocasiones. Las cifras oficiales dicen que 1.047 habían abortado una vez anterior; 411 en dos ocasiones, 180 en tres ocasiones; 76 cuatro veces y 117 cinco o más de cinco.

Del total de abortos, 1.735 casos (el 41%) correspondían a mujeres que no tenían hijos anteriores , pero también hubo otras 1.160 que ya tenían uno; 910 que tenían dos; 313 que tenían tres; 74 que tenían ya cuatro hijos y 26 que tenía cinco o más de cinco.

Los datos también revelan que hay mujeres muy jóvenes que deciden someterse a estas prácticas. Concretamente hubo 513 menores de 20 años. La más joven que abortó fue una niña de 12 años; 4 que tenían 13; 21 a los 14 años; y 39 a los 16 años. De 17 años hubo 85 abortos; 138 que ya habían cumplido los 18 años y 151 que tenían 19 años.

La mayoría de las menores de 20 que abortaron se informaron en un centro sanitario público frente a unas pocas (las cifras son insignificantes) que lo hicieron en uno centroprivado o a través de amigos y familiares, internet o los medios de comunicación.

La mayoría de las mujeres que abortan siguen siendo jóvenes con estudios de primer grado o ESO y equivalentes mientras que siguen siendo una minoría las que interrumpen su embarazo que tienen formación universitaria.

En cuanto a las semanas de gestación a la que realizaron el aborto, la mayoría, 3.025 mujeres, lo hicieron antes de las ocho primeras semanas; 859 abortaron cuando estaban de entre 9 y 14 semanas; 331 entre 15 y 22 semana de gestación y tres cuando habían pasado las 23 semanas de gestación.

Si al mirar las cifras destaca el número de embarazos juveniles, sólo hay que mirar las estadísticas de métodos anticonceptivos para hacerse una idea de cuáles son los motivos de esos embarazos no deseados. Casi la mitad de las menores de 20 utilizó métodos de barrera (preservativos) para evitar el embarazo. Pero también hay otra cifra que llama la atención: al menos 109 no utilizó ningún medio para evitar el embarazo. Y otras 96 usó métodos naturales. Sólo 53 echó mano de métodos hormonales (pastillas).

Adolfo López, jefe del servicio de Ginecología del Hospital Quirón Sagrado Corazón, deja muy claro que el aborto es una intervención quirúrgica «invasiva y agresiva» y que, por tanto, está expuesta a riesgos como cualquier otra operación.

Aunque, según admite, en la mayoría de los casos, las posibles infecciones que puede provocar el aborto son leves y «se curan con antibióticos», a veces también les llegan otras incidencias más graves procedentes de las clínicas de interrupción voluntaria del embarazo. Pero, en cualquier caso, reitera que son pocas las que suelen tener complicaciones.

El ginecólogo recuerda también que estas intervenciones pueden tener otras secuelas importantes a nivel psicológico, y que, incluso pueden tener consecuencias para futuros embarazos. «Hay mujeres que acaban teniendo un rechazo al embarazo de forma indefinida», dice. En cuanto a la píldora del día después, López explica que si se usa de forma reiterativa puede provocar problemas. Y que, por ejemplo, pocos saben que puede tener efectos nocivos sobre el hígado. Por ello el médico asegura que hay que incidir en la planificación familiar , ya que no sólo se están produciendo embarazos no deseados sino también un repunte de algunas enfermedades de transmisión sexual.

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