Una abuela de Rochelambert denuncia que lleva meses sin ver a sus nietas, ingresadas en un centro

Josefa Pérez crió a las menores, de seis y 15 años, hasta que en 2016 una denuncia anónima propició la intervención de asuntos sociales por supuesto desamparo de las niñas; ella y los vecinos lo niegan

La abuela llora al mostrar a los periodistas algunos de los dibujos que hicieron sus nietas Rocío Ruz

Silvia Tubio

Josefa Pérez es una costurera jubilada que vive con su hijo y hasta hace tres años con sus dos nietas. Las niñas son fruto de dos relaciones que tuvo su hija, de la que prefiere no hablar. Las pequeñas llegaron a su casa con apenas meses de vida y desde entonces, la abuela y el tío materno se hicieron cargo de la guarda y custodia de las menores de facto y sin que mediara resolución judicial.

Este hogar saltó por los aires el 11 de febrero de 2016 cuando la Policía acudió al colegio de las niñas, en el barrio de Rochelambert , y las sacó de su entorno por orden de la Junta de Andalucía, que asumía la tutela de las pequeñas. Detrás de esta decisión está una denuncia anónima que aseguraba que las pequeñas estaban mal cuidadas y en riesgo de desamparo. Algo que Josefa niega y también sus vecinos. Decenas de ellos han firmado a favor del regreso de las niñas a la vivienda de la calle Puerto de los Alazores.

La anciana abría este jueves las puertas de su casa a la prensa para denunciar que lleva tres meses sin ver a su nieta pequeña; sin saber nada de la mayor desde verano de 2017 y lo que es peor, según relata a los periodistas a través de su abogado, «desconoce si están en el mismo centro o dónde se encuentran ahora». Esta abuela reclama que al menos la Administración le permita restablecer las visitas «que poco a poco y sin previo aviso ni argumentación, fueron restringiendo».

El abogado lee algunos documentos que forman parte del expediente de las niñas Rocío Ruz

Su abogado es Gabriel Velamazán , especialista en asuntos de menores tutelados por la Administración andaluza. Asegura que en este caso, como otros que ha llevado, se repite «la mala praxis de una consejería que no estudia los expedientes y acuerda medidas que no favorecen precisamente el interés de los menores».

La Justicia no les da la custodia

La Justicia no les ha dado la razón por ahora, en cuanto a la petición de guarda y custodia. Pero Velamazán asegura que la sentencia de primera instancia reconoce que las menores se habían criado con su abuela y su tío, que se debían restablecer unas relaciones normalizadas y que la Administración, que mantiene la tutela, debía intentar no separar a las hermanas.

La sentencia ya ha sido recurrida , pero mientras llega una nueva resolución, esta abuela clama que se cumplan todos los términos de la primera «y que permitan ver a las niñas». Su letrado lamenta que en el juicio celebrado en marzo no se tuvieran en cuenta las pruebas mostradas este jueves a la prensa como los dibujos que hicieron las niñas al poco de llegar al centro de menores donde pedían regresar con Josefa. Velamazán leyó el informe que los técnicos hicieron sobre la evolución de la más pequeña y en el que relatan cómo la niña lloraba todas las noches porque echaba de menos a su tío y a su abuela.

El abogado lamenta que no se hayan tenido en cuenta pruebas como los dibujos que hizo la más pequeña al poco de ingresar en el centro de protección y en los que pedía regresar con su abuela

En el expediente de la nieta mayor sí se recoge que poco antes de celebrarse el juicio, manifestó que no quería regresar a la que había sido su casa a través de un escrito. Un psicólogo forense que ha elaborado varios informes a petición de la familia sostiene que las expresiones usadas no corresponden a una niña que, además, presenta un retraso madurativo . A esa negación se suma una profesora que le daba clases particulares a la menor y que ha llegado a ofrecerse como familia de acogida tras la sentencia que no le da la razón a la abuela. «Es incomprensible lo que han hecho con esta familia».

Durante estos últimos tres años, la nieta mayor estuvo un tiempo con sus abuelos paternos en Cataluña , «pero esa medida acordada por la Administración fracasó porque ella quería regresar a su casa». Su hermana está en estos momentos en proceso de adopción; lo que ha hecho que esta vecina de Rochelambert acuda hasta el Defensor del Pueblo para que «pongan fin a este proceso que tanto está afectando a las menores». El letrado quiso aprovechar el encuentro para pedirle a la nueva Administración andaluza, gobernada por el PP y CS, que «revierta este penoso legado que deja el anterior Gobierno de la Junta y restablezca de inmediato los contactos de esta familia y de otros tantos abuelos que están en la misma situación».

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