Sevilla

Adán Vázquez: Del patrullero a los éxitos en el tatami

Este sevillano, policía nacional de profesión, acaba de sumar una nueva medalla de oro a un laureado palmarés obtenido con las dificultades de quien compatibiliza deporte de alto rendimiento con un trabajo muy exigente

Adán Vázquez tras ganar la medalla de oro en el Master de Houston ABC

Silvia Tubio

Atiende al teléfono desde Nueva York donde este pasado viernes iba a a tomar el vuelo de regreso a Sevilla tras disputar la US Master Cup Taekwondo Championship en Houston . En su estantería, Adolfo Adán Vázquez Rivero tiene que hacerle hueco a una nueva medalla de oro. Este sevillano (1979) está sumando éxitos deportivos en el tatami como kilómetros hace al año en su patrullero. Este deportista de alto rendimiento conjuga su pasión deportiva que le lleva a competir por todo el mundo con su trabajo como policía nacional adscrito a la Brigada de Seguridad Ciudadana . Su destino habitual, las calles del Polígono Sur: «El deporte me da muchas cosas positivas. Pero mi trabajo, me pone los pies en el suelo».

Este taekwondista policía ha sido dos veces campeón del mundo en los certámenes que reúne a policías y bomberos, además de campeón de Europa; también ha cosechado otras victorias en otros torneos como el Open Internacional de Andalucía Senior. Sus días, admite, tienen más de 24 horas y sólo se salta el entrenamiento cuando el trabajo se lo impide. No tiene una profesión fácil y para cumplir con la agenda internacional tiene que tirar de días de vacaciones, permisos y favores de los compañeros. En este punto llega su única reivindicación o reproche. «Yo sólo pido que me ayuden a conciliar mi carrera profesional y deportiva. Con mis logros estoy llevando también por todo el mundo el nombre del Cuerpo. Y ha habido campeonatos a los que no he podido asistir porque no me han querido dar los días». Por el contrario, se siente muy agradecido a la Federación Andaluza por el apoyo constante.

La afición de este sevillano por el taekwondo nació a una temprana edad, como muchos niños que dan sus primeros pasos en el tatami como una actividad extraescolar más. Pero Adán estaba especialmente enganchado al universo de las artes marciales, que empezó a seguir a través de las películas de Bruce Lee . «Desde muy chico me gustaba ese mundillo. Me quedaba embobado viendo las pelis». En su casa no había referentes directos. «Mi padre había jugado en el Sevilla cuando era muy joven. Ese era el deporte que había entrado en casa».

Con nueve años, su madre lo apuntó a taekwondo en el Colegio Jorge Juan de Amate . Su primer entrenador fue Paco Esquivel . Y de ahí al Club Santa Aurelia donde de la mano de Antonio Tejada pegó el salto cualitativo definitivo. «Ha sido mi gran maestro». En 2001 rozó el deporte profesional cuando fue seleccionado como candidato a ingresar en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat . «Pero los recortes económicos nos dejaron fuera a ocho de los nueve aspirantes».

Adán, en el centro de la imagen, posa con la bandera nacional ABC

A partir de entonces, como otros tantos deportistas que carecen de apoyo institucional, siguió en el tatami pero redirigiendo su carrera profesional, la que tenía que darle de comer. Estudió Educación Física y en 2007 se sacó a la primera las oposiciones al Cuerpo Nacional de Policía. ¿Cómo fue ese giro? «A mi siempre me han podido las injusticias y qué mejor manera de combatirlas que siendo policía. Es verdad que estuve entre esas oposiciones y las de profesión de Educación Física porque también me gusta la docencia . Pero al final salieron primero las de policía«.

Vestido de uniforme , su labor es mucho más discreta por razones obvias aunque algunas de sus intervenciones han sido sonadas, saltando incluso a las páginas de los medios de comunicación. El año pasado, por ejemplo, evitó que un joven cayera al vacío desde un tercer piso de un edificio en Los Pajaritos. «Cuando conseguimos acceder a la casa para poder hablar con él, fue vernos dentro y se tiró. Lo cogí prácticamente en el aire».

Este martes entra de noche con la cabeza puesta en sus obligaciones profesionales pero también en su siguiente reto deportivo. Admite que no es fácil lo que ve a diario cuando se adentra en la zona más castigada del Polígono Sur, pero a pesar de ello no quiere cambiar de destino. «Me gusta mucho mi trabajo y donde más falta haga, allí quiero estar». Tampoco ve cerca su final deportivo. «Voy a competiciones donde hay deportistas con 50 años. Yo espero seguir unos cuantos años más».

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