Dos de mayo

Daoiz, el capitán artillero al que Sevilla reverencia

El héroe del levantamiento contra el invasor francés el 2 de mayo de 1808 se queda este sábado sin el homenaje anual del Ejército y la ciudad que lo vio nacer

Imagen de archivo de un homenaje a Daoiz ABC

Javier Rubio

Cada Dos de Mayo, fecha inaugural de la moderna noción de España nacida al calor de la insurrección contra el francés invasor, una compañía rinde honores con estandarte, escuadra de batidores y música. El acto castrense se había ido enriqueciendo cada año con una entrega de condecoraciones y premios escolares y un panegírico en el que se exaltaban las virtudes del militar sevillano que capitaneó el levantamiento armado del Parque de Artillería con su inseparable Pedro Velarde Santillán en 1808.

Sevilla tiene a Daoiz como uno de sus hijos más preclaros en la milicia, compartiendo podio en el olimpo de los uniformados con los almirantes Antonio de Ulloa (el de la expedición que midió el Ecuador con Jorge Juan) y López Pintado , almirante de la Carrera de Indias. Para los artilleros, en especial, se trata de una figura reverenciada.

Luis Daoiz nació el 10 de febrero de 1767 en el seno de una familia de la aristocracia de Sevilla. Había nacido en la calle del Horno –precisamente junto a la Gavidia– en el palacio de los condes de Miraflores de los Ángeles . Su origen nobiliario lo enfocó a la milicia, en cuyo Real Colegio de Artillería de Segovia ingresó como cadete para obtener el grado de segundo teniente con sólo veinte años de edad.

Daoiz se había curtido en la guerra antes de su valerosa acción alzándose en armas contra el orden establecido por el invasor galo. Había defendido las plazas de Ceuta (bajo bandera española desde la anexión de Portugal de finales del XVI) y Orán (actual Argelia), donde fue condecorado, entre 1790 y 1792. Pero en su biografía destaca su participación en la guerra de la Convención contra la Francia revolucionaria en 1794. Allí fue hecho prisionero.

De vuelta en España tras su liberación, tomó parte en 1797 en la defensa de Cádiz contra la armada inglesa y luego, como artillero embarcado, en la guerra marítima que enfrentó a Francia y España contra Inglaterra, un servicio durísimo a bordo del navío de línea «San Ildefonso» con dos andanas y 74 cañones capturado en la batalla de Trafalgar.

Eso ocurrió en 1805. Más tarde, fue destinado al Tercer Regimiento de Artillería de Sevilla , comisionado en la Real Fábrica de Artillería. Daoiz estaba considerado como hombre experimentado de acción, valor acreditado y conocida capacidad científico-técnica al que le faltaba, no obstante, ese sexto sentido en el manejo de la tropa que distingue a un militar extraordinario.

En 1807 fue destinado a Madrid al mando de la batería de cañones del Parque de Artillería al cargo del coronel Navarro Falcón . El 2 de mayo de 1808, Daoiz se decide a sacar tres piezas a las puertas del cuartel y desde allí ordena abrir fuego contra el regimiento imperial de Westfalia que iba a hacerse con el parque artillero y al que rechaza, causándole numerosas bajas en una segunda acometida y hasta en una tercera, detenida para entablar negociaciones tras un cese del fuego.

Pero un cañonazo a destiempo rompe el parlamento entre militares españoles y franceses y al desatarse de nuevo las hostilidades, Velarde es tiroteado por la espalda y Daoiz cae acuchillado por las bayonetas de los soldados franceses mientras, herido en una pierna, se apoyaba en un cañón. De resultas de esas heridas, murió aquella misma madrugada, a las dos, en la casa del marqués de Mejorada en la calle de la Ternera a la que había sido evacuado. Ahí acabó su vida pero arrancó su figura legendaria.

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