Música

Concierto de los Hermanos Domínguez en compañía de Fran Rivera

Los jóvenes conectan en directo a las 19 horas con el torero para celebrar su segundo concierto de Feria

Francisco Rivera Ordóñez J.J. Úbeda

L.Y.R.

No es un domingo cualquiera. La calle del infierno no suena como telón de fondo ni una marabunta de personas se dirige hacia Los Remedios vestida con trajes de chaqueta y de flamenca, es cierto. Pero en el ambiente está que ayer fue un sábado de pescaíto extraño y casero y que, durante toda la semana, la fiesta de la primavera, de una forma u otra, permanecerá en el pensamiento del conjunto. Hoy, tras la inauguración de la Feria más familiar de nuestras vidas, los Hermanos Domínguez vuelven a hacernos compañía con un concierto de una hora de duración en el que participa Fran Rivera. En directo, a las 19 horas, pueden seguirlo desde aquí.

La idea es sencilla. En las casetas, no se canta y se baila, o, mejor dicho, no solo se hace eso. Hay copas y ruidosas conversaciones, hay comida y risas. De todo. Y esta iniciativa solidaria que destinará lo que recaude al Banco de Alimentos tiene por objetivo echar en cada hogar una loneta a rayas rojiblancas o verdiblancas, a gusto del consumidor, y exportar la característica amalgama de olores que ahora añoramos: guitarra, caramelo, fritos, caballos, humo. Ese es el reto: a través de la música, revivir lo que antaño sucedía más allá de la portada, pero desde el salón de casa.

El torero Fran Rivera es uno de esos rostros conocidos con el que esperan atraer a una audiencia dispuesta a disfrutar tanto de él como de ellos. Junto a Jesús Quintero, presentó el programa «El sol, la sal, el son», en el que compartió escenario con numerosos artistas del flamenco. Conoce los ruedos desde dentro y también lo que ocurre cada año, a excepción de este, en el Real. En esta ocasión, sin embargo, tendrá que conformarse como todos con la posibilidad de recordar sus vivencias en voz alta .

Los Hermanos Domínguez han hecho de la música folclórica su bandera. N unca imaginaron lo bien que sonarían sus instrumentos en este espacio fronterizo entre mayo y abril . Con calidad, sin ecos estentóreos ni interrupciones por parte del público, sin niños bostezando a una esquina ni parejas arrastrando sillas para ganar terreno y realizar sus braceos con mayor holgura, amenizan con aquello que más les gusta hacer. Voces, toques, charlas y palmas.

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