Editorial

Programa de evaluación

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La pacificación y democratización de un país tan cuarteado por poderes armados como Afganistán constituye toda una quimera para el esfuerzo internacional comprometido en que, tras más de una década de intervención militar, no acabe bajo el dominio absoluto de los talibán y de nuevos 'señores de la guerra'. Programas como el de 'Paz y Reintegración', con el que se pretende la desmovilización de personas hoy encuadradas en grupos violentos que se dedican al terrorismo y al bandidaje, amplían el abanico de oportunidades que puede ofrecerse al futuro de los afganos. La concesión determinante de una ayuda de 120 dólares durante tres meses para quienes opten por regresar a la vida civil está sujeta a prueba, dado que la experiencia es aun reciente. Aunque el programa, auspiciado también por España, servirá para predecir en qué situación quedará Afganistán a medida que las tropas internacionales se retiren. Porque si el uso sectario o tribal de la violencia extrema sigue constituyendo un modo de vida y de socialización para un número elevado de afganos el futuro de aquel país se volverá tenebroso.