CÁDIZ
Los aficionados a la pesca recreativa de Cádiz, más que indignados: «Solo quieren vigilarnos»
La nueva normativa, con una aplicación que «busca controlar lo que hacemos», y la imposibilidad de pescar en los espigones, motivos para la frustración de muchos pescadores: «Nos están quitando las ganas»
La Autoridad Portuaria estudia habilitar zonas seguras para pescar tras el cierre de los espigones
Nueva normativa de pesca recreativa: Dorada, pargo, urta o borriquete, las especies de Cádiz que habrá que registrar
Cádiz
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Iniciar sesiónUna mañana por la Avenida de la Bahía, con su maravilloso paseo marítimo mirando los dos puentes que abrazan Cádiz y el Río San Pedro enfrente, es pasear por uno de los enclaves más bellos y tranquilos de la ciudad gaditana. La amplia acera de la zona permite pasear, hacer deporte y por supuesto pescar. Porque si de algo se ha caracterizado siempre esta zona es porque en su paisaje las cañas ya sean del país o no, reinan lanzadas al horizonte.
No hay que irse muy lejos, mucho antes de llegar al restaurante del Lulu, conocido carnavalero, son varios los aficionados a la pesca que tratan en una mañana nublada de viernes de pescar algo. «La cosa está chunga hoy, vamos como siempre», dice Antonio, un pescador que si algo tiene, como el resto de sus compañeros, es paciencia. Porque si de algo va la pesca es de tener paciencia y disfrutar de la calma hasta que la caña comience a moverse.
La tertulia pesquera de los gaditanos, de diferentes edades, que a esa hora de la mañana tienen echadas sus cañas en aguas de la Bahía tiene un denominador común, la nueva normativa que se pretende aplicar «para vigilarnos y tenernos complicados». Y es que partir de ahora todo aficionado a la pesca recreativa tendrá que dar cuenta de todo lo que pesca, aunque lo vuelva a lanzar al mar, a través de una aplicación. «Vamos que ahora encima tenemos que estar pendientes del móvil, tiene guasa la cosa», dice otro pescador presente en la tertulia y que muestra su enorme enfado: «Nos quieren cansar y quitar las ganas, y no hacemos daño a nadie», insiste.
Una de las nuevas obligaciones para quienes quieran hacer pesca recreativa es registrar algunas de las especies que pesquen si éstas están dentro del listado que la norma ha establecido así. En los próximos días, el Ministerio de Pesca, Agricultura y Alimentación activará la aplicación móvil obligatoria 'PescaREC' para comunicar capturas.
«Mira, esto lo acabo yo de pescar y lo he vuelto a lanzar al mar porque yo hago pesca deportiva, no me llevo el 'pescao' ni para mi casa», asegura Javier, un joven pescador que compite precisamente y que lleva esta afición «en la sangre, desde que era muy pequeño». Mirando a sus compañeros insiste: «Pregunta al resto que nos parece lo de la aplicación. Es una vergüenza, lo que quieren es tenernos vigilados y controlados».
Asimismo, Javier da un paso más en cuanto a la obligatoriedad de dar fe de todo lo que se pesque. «Ahora voy yo y pongo en la aplicación que he cogido 5 doradas. Te aseguro que al día siguiente hay 20 pescadores en el sitio donde yo estaba pescando el día anterior, y eso no puede ser», reconoce.
«No vivimos de esto, lo hacemos por afición»
Otro de los temas fruto de los debates entre los aficionados a la pesca es la prohibición, en Cádiz, de lanzar la caña en algunos lugares. El fallecimiento hace unos meses de un pescador de manera fortuita en el espigón del Club Náutico de Levante ha hecho que la Autoridad Portuaria haya prohibido pescar en cualquier espigón de la ciudad, ya seas los de la Bahía o incluso los de la playa Santa María del Mar.
«En ese espigón», dice un pescador indicando el del Club Náutico Viento de Levante, «se coge muchísimo, es de los lugares de Cádiz donde más se pesca». Zona que ya está prohibida, a la espera de que la Autoridad Portuaria determine en qué lugares se puede lanzar el anzuelo. Ante el cierre de los espigones, la Autoridad Portuaria se comprometió a «estudiar la posibilidad de habilitar zonas seguras para la práctica de la pesca recreativa». «Los espigones no son espacios que reúnan las condiciones de seguridad necesarias para poder pescar, pero sí que puede haber otros, en estudio, que garanticen la seguridad de los usuarios», apuntan estas mismas fuentes de administración.
Con todo, zozobra, incertidumbre, cansancio son algunos de los adjetivos que mejor definen el estado de ánimo de muchos pescadores que no viven de esto ni mucho menos. «Nosotros hacemos esto por afición, para no quedarnos en casa. El que tenga un barco puede ser más afortunado y a lo mejor puede vender 'pescao' pero el que está en el paseo lo hace por afición», reconoce otro pescador. «De esto no se vive, como mucho puedes pescar un par de doradas y llevártelas a casa pero otros días no llegas siquiera a pesar nada«. Asimismo, tanto él como otros piden que se eche la mirada en otras cuestiones: »Que se fijen más en el trasmallo, muchos de ellos no cumplen la normativa y hacen que los peces no lleguen a la muralla«.
Y es que entre las cuestiones normativas y burocráticas, los impedimentos de espacio y la escasez de especies, muchos pescadores reconocen su pesar. «Nos están cansando y quitando las ganas de todo», concluyen.
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