El cantautor Isamel Serrano, con su gira 'La Llamada', en Cádiz
El cantautor Isamel Serrano, con su gira 'La Llamada', en Cádiz
entrevista

Ismael Serrano: «La vida de un músico actual es como la de tantos otros, de un trabajador precario»

'La Llamada' es el nombre de la gira del artista madrileño que esta noche cantará en el Baluarte de la Candelaria, en Cádiz

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De Vallecas y enamorado de Madrid y Latinoamérica, Ismael Serrano llega esta noche a Cádiz con su gira 'La Llamada', donde además de letras reivindicativas, trae consigo un nuevo toque de música con ritmos latinos. Producto de una generación de cantautores que surgió en los noventa, es consciente de que la música cargada de mensaje crítico ni llena estadios ni suena en la radio. Aún así, él y su guitarra no están dispuestos a rendirse.

–Siempre ha destacado por ser un guerrillero en las letras, con un toque romántico. ¿Qué es lo que hace diferente a 'La llamada'?

–Esta gira tiene varias cosas diferentes. Las canciones de este disco nacen de otro lugar, a veces uno compone desde la melodía y estas canciones nacen más del ritmo.

Acudo a los ritmos tradicionales latinoamericanos para construir, como la bachata, por ejemplo. Esta gira y este disco son más plural en ese sentido. Quizá esta puesta en escena no es tan discursiva como otras, me baso más en lo audiovisual, en esos ritmos, otra forma de estar en el escenario. Uno trata de darle a las canciones suficiente carácter de escenografía que tiene este directo.

–En sus álbumes, siempre suele convertir algunos cuentos tradicionales en canciones para reivindicar algún tema social, ¿entra mejor la crítica así que de forma directa?

–Los cuentos y las fabulas encierran mensajes universales, con vigencias absolutas, sirven para ejemplificar conductas que hoy se siguen repitiendo. A veces trato de darle un vuelo poético y esas historias simbolizan un mecanismo, un vehículo que hace el mensaje más natural.

–'Papá cuéntame otra vez' es la canción que siempre le ha acompañado. ¿Es por qué es la mejor que has compuesto?

–No creo que fuera la mejor, fue la primera. La primera de mi primer disco, la que mas se ha escuchado y difundido. Salió en un momento en que los cantautores todavía sonaban en la radio, algo que hoy es casi imposible. Además, tiene un corte muy generacional, que también la hizo muy conocida. No sé si he hecho mejores canciones, pero si igual de buenas y que me suelen pedir en los conciertos. No estoy de acuerdo con que la que mas te pidan sea la mejor canción.

–Alguna vez ha comentado que el mensaje de ‘Papá cuéntame otra vez’ sigue latente. Abroncas a una generación de no pelear como lo hicieron sus padres, ¿sigues pensando así?

–Ahora sí estamos viviendo un periodo de cambio, Grecia es un ejemplo. Mi generación no fue capaz de contar un relato propio como lo hicieron nuestros padres. Hoy los jóvenes sí lo están haciendo y nosotros podemos contribuir. Se está escribiendo una historia, o al menos el prólogo que supongo contaremos a nuestro hijos y ellos nos reprocharan. Están saliendo nuevo liderazgos y movimientos políticos que te hacen pensar que las cosas pueden cambiar, que se puede hacer un relato propio repleto de épica dorada y que contará la historia de aquellos que cambiaron el mundo.

–Da la impresión de que quedan pocos 'cantautores-protesta'.

–Se ha eliminado cualquier espacio para la música con mensaje, es repudiada, apartada. Todo lo que no sean objetos de usar y tirar no vale, los cantautores hemos sufrido esa tendencia.

–¿Se puede vivir exclusivamente de las giras?

–Es muy difícil porque en el bolsillo del ciudadano, por desgracia, la cultura no entran en sus prioridades, tienen otras necesidades. Si a eso le añadimos el desamparo de las instituciones, como el IVAdesorbitado, y el desprecio hacia el mundo de la cultura, es muy difícil. La vida de un músico, como la de tantos otros, es de un trabajo precario.

–'Tierna y dulce historia de amor' es una canción en la que un político sufre una fuerte presión social por salir con una adolescente. ¿Está basada en algún hecho real?

–No es un hecho real en sí, pero la escribí cuando Álvarez Cascos dejó a su mujer y se enrollaba con una chica más joven. Me hacía gracia esa élite política que siempre se había jactado de dar lecciones de moral. A mí me da igual lo que hagan con su vida privada, siempre que lo hagan sin juzgar a los demás. Vi la oportunidad para reírme de esa clase política que parecía intocable.

–A parte de las canciones, un aspecto muy importante en tus conciertos son tus narraciones, para explicar el porqué de una canción, un viejo recuerdo o una historia.

–Me gusta mucho pensar en el concierto como una experiencia casi teatral más que una sucesión de canciones. Me gusta mucho contar historias. Cuando empecé en los bares compartía escenario con cuentacuentos en algunas ocasiones, que tienen mucho que ver con la tradición del juglar. Contribuye a darle cierta complicidad. Entiendo los concierto como unos diálogos en los que uno cuenta historias, no solo canta. Lo hago porque me divierte, tiene que ver con mi forma de entender la música.

–Madrileño orgulloso, tienes varias canciones dedicadas a Latinoamérica.

–Soy un enamorado de América Latina, que me ha hecho vivir grandes experiencias. Compuse ‘Vine del Norte’ como forma de rescatar y plasmar en una canción esas vivencias. Uno de los momentos más espectaculares de mi carrera es cantar en cualquier lugar de allí esta canción.

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