Apuntes

El eterno ejemplo de la solidaridad

El aniversario de la asociación 'Calor en la Noche' recuerda que la conciencia social es imprescindible ahora pero que siempre fue necesaria

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Las mejores iniciativas suelen pasar inadvertidas, solapadas por una montaña de comportamientos reprobables, casos de corrupción, episodios de la crisis económica y sucesos escabrosos. Pero su capacidad para sobrevivir en el silencio nunca debe merecer indiferencia de los ciudadanos. El caso de la asociación 'Calor en la Noche' es uno de los ejemplos palmarios que demuestran cómo una labor callada y efectiva pasa desapercibida bajo una montaña de casos que, a menudo, apenas importan a nadie ni tienen la menor consecuencia.

Este grupo de voluntarios, de personas comunes y desconocidas pero con una conciencia bien desarrollada, se planteó la necesidad de atender a los que más lo necesitan, a los que carecen de todo y pernoctan en la calle sin la menor ayuda, expuestos a todo. Hace diez años que dieron ese paso y ahora celebran con orgullo una década de trabajo por los más necesitados. Durante ese tiempo, han salido a las calles a dar alimento, cobijo físico, compañía, ánimo y conversación a los que ni siquiera quieren refugiarse en los albergues sociales.

El hecho de que hayan tenido diez años de fructífera trayectoria demuestra que la solidaridad, que ahora es fundamental cuando más familias se caen del nivel de las necesidades básicas, siempre fue necesario. Siempre hubo desheredados, abandonados, por los demás o por sí mismos, a los que poner una manta, llevar un caldo y tratar de alegrar o convencer para que acudieran a un centro a pasar la noche. La pobreza, aunque alcance niveles desconocidos en lustros, no es nueva, ni desapareció nunca.

Grupos como 'Calor en la Noche' lo recuerdan y son la prueba de que siempre será necesaria la solidaridad. Cuando pase esta racha negra, también.