José Antonio Griñán conversa con Javier Arenas, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el secretario general del PP-A, Antonio Sanz. :: VIDAL.EFE
ANDALUCÍA

Tregua antes de la batalla final

Griñán reivindica los 30 años de gobiernos socialistas, el estado de las autonomías y el del bienestar social en su discursoLos candidatos a la presidencia de la Junta aparcan la confrontación para celebrar el día de Andalucía

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La conmemoración del 28F, Día de Andalucía, ha servido muchas veces de escenario de tensión entre los políticos. Los plantes y las malas caras han sonado tanto como los acordes del himno andaluz. No ocurrió ayer. Pese a la cercanía de las elecciones autonómicas, los dirigentes políticos, especialmente los más enfrentados, los del PSOE y PP, aparcaron la confrontación y se dejaron ver en extraña sintonía. Todos vivieron una tregua -al menos en apariencia- antes de la batalla final, la el 25M, cuya campaña comienza la próxima semana.

El primer acto del 28F es el de la izada de bandera blanquiverde delante del edificio del Parlamento. Este año no hubo discurso de Fuensanta Coves, por estar disuelta la Cámara por las elecciones. Fuera del recinto, un centenar de trabajadores protestaban con bastante alboroto. Pero en los jardines acordonados por policías nadie parecía prestarles atención. La principal atención estaba en torno al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, recién anunciadas las cifras del déficit que dejan a Andalucía como incumplidora del tope establecido. El nuevo poder del PP se dejó ver también con la delegada del Gobierno, Carmen Crespo.

El déficit -sobre el que discrepan Gobierno y Junta- y las encuestas conocidas ayer que dan la victoria al PP el 25M centraron los temas de conversación. Sobre ello se vio departiendo de forma distendida al presidente de la Junta y candidato del PSOE, José Antonio Griñán, con Montoro y el presidente del PP-A, Javier Arenas, o a este con Diego Valderas (IU). No fueron los únicos candidatos. También estuvo Alejandro de la Herrán, de UPyD, que se presentó él mismo a Griñán.

Como es su costumbre, Javier Arenas no asistió a la entrega de las medallas de Andalucía en el teatro Maestranza, una hora después. El PP andaluz contraprogramó este acto con un mitin de su candidato en Alcalá de Guadaíra. Pero sí estuvo en el Maestranza la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, con lo que el PP salvaba la cordialidad institucional. También acudió Diego Valderas. IU solía otras veces contraprogramar el acto de las medallas. Ayer no.

En este ambiente de formas tan exquisitas, el discurso de Griñán fue de lo más institucional. El presidente de la Junta hizo varias reivindicaciones históricas para defender los valores de libertad y el modelo político del estado del bienestar y no dejar que los mercados impongan «decisiones que afectan a nuestra convivencia». Para ello apeló a lo que significó de lucha por la libertad la Constitución de Cádiz de 1812 en un escenario con un gran panel que recordaba su 200 aniversario. También a las conquistas sociales y de igualdad de oportunidades que supusieron la de 1978 y el Estatuto andaluz de 1981.

No es ninguna novedad que defienda el estado de las autonomías. Ayer lo hizo con un mensaje de advertencia. En clara referencia al Gobierno del PP, Griñán se mostró de acuerdo en reformas que eviten «duplicidades», pero alertó de que estas no pueden derivar en «un nuevo centralismo».

Sin mencionarlo a las claras, Griñán también reivindicó los 30 años de gobiernos socialistas. «En el espacio de una sola generación Andalucía ha cambiado radicalmente», dijo, recordando que hace tres décadas, esta «era una tierra desarticulada, sin apenas infraestructuras del transporte ni equipamientos sociales» y con altos índices de analfabetismo. De los logros destacó la igualdad entre hombres y mujeres.

Mención a expresidentes

En esta reivindicación hizo una alusión especial a los que le precedieron en el cargo. Todos socialistas y todos allí presentes. Mencionó a José Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves y cerró su alocución con una larga frase de Rafael Escuredo. Algunos quisieron ver un mensaje de despedida, por si las encuestas se cumplen y hay cambio político el 25M.

Quien sí anunció que su vida política está a punto de terminar es Manuel Chaves. En el refrigerio después de las medallas confirmó que volverá a la docencia en la Universidad de Córdoba. Será en septiembre. Piensa, por ahora, compaginar la Universidad con su escaño de diputado en el Congreso.