Editorial

Rehuir el acuerdo

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Las declaraciones realizadas por los dirigentes de CiU Artur Mas y Durán i Lleida, abogando por un pacto de Estado en materia económica, volvieron a ser desoídas ayer por los dos actores principales de la política española, el Gobierno y el primer partido de la oposición. Las palabras pronunciadas por el presidente Rodríguez Zapatero a finales del pasado mes de diciembre, explicando la imposibilidad del acuerdo con el PP por tratarse de una cuestión ideológica, fueron reveladoras de la indisposición del Gobierno a buscar la coincidencia expresa con los populares. Sin duda debido a la obsesiva convicción de que ese eventual entendimiento ofrecería la imagen de un Ejecutivo necesitado de apoyos, y revalorizaría el papel de su más directo adversario. Como si la solitaria y nominal asunción de toda la responsabilidad política ante una crisis que tanto costó admitir a Rodríguez Zapatero fuese sinónimo de liderazgo. Frente a circunstancias excepcionales el liderazgo significa, ante todo, capacidad para aunar criterios y esfuerzos. Una responsabilidad que, como ayer apuntó Durán i Lleida, corresponde al Gobierno, y sólo en segundo término a la oposición.