Obama se dirige a las delegaciones rusa y estadounidense presentes en la reunión que mantuvo con Medvédev durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico de Singapur. / AP
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Obama impulsa a Rusia contra Irán

El mandatario norteamericano consigue tras su encuentro en la cumbre de APEC que Medvédev endurezca su tono hacia Teherán por dilatar la negociación nuclear

PEKÍN Actualizado: Guardar
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Mientras Estados Unidos y Rusia negocian reducir sus arsenales nucleares para finales de año, el programa atómico de Irán sigue manteniendo en vilo a la comunidad internacional. Por ese motivo, el presidente norteamericano, Barack Obama, aprovechó ayer su presencia en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) de Singapur para reunirse con su homólogo de Moscú, Dmitri Medvédev, y lanzar un nuevo aviso al régimen teocrático de Teherán.

Según el mandatario afroamericano, a la República Islámica se le está «acabando el tiempo» para firmar un acuerdo que le permita enriquecer uranio fuera del país, por ejemplo en Rusia, para utilizarlo en un reactor con fines civiles, no militares. «Se nos agota el tiempo de la negociación diplomática», advirtió el inquilino de la Casa Blanca, a quien parece que la reciente concesión del Premio Nobel de la Paz no le impide proferir, al menos de vez en cuando, serias advertencias contra las aspiraciones nucleares iraníes.

Sin embargo, fue el jefe del Kremlin quien se mostró más enérgico al mostrar su «descontento» por el lento ritmo de las conversaciones con Teherán. Aunque Medvédev confía en convencer a Irán para enriquecer en Rusia uranio que pueda hacer funcionar luego un viejo reactor médico, también dejó claro que se barajan «otras opciones sobre la mesa» si este plan fracasa. Entre ellas, destacan nuevas sanciones al régimen islámico si no abre sus centrales a los inspectores internacionales para demostrar que no está fabricando una bomba atómica.

En su primera gira por Extremo Oriente, Obama tuvo el papel protagonista, como era de esperar, en la cumbre de APEC , donde sus veintiún países miembros rechazaron el proteccionismo y apostaron por un nuevo modelo de crecimiento más sostenible y duradero. «Buscaremos concluir la Ronda de Doha, de la Organización Mundial del Comercio, en 2010 y rechazamos con firmeza toda forma de proteccionismo en busca de un nuevo paradigma de crecimiento y un modelo fresco de integración económica», rezaba la declaración final del importante encuentro.

Tras pedir a los países asiáticos, especialmente a China, su ayuda para seguir saliendo de la crisis financiera global, Obama volvió a distanciarse de la Administración Bush al asegurar en su discurso que «el mundo no puede seguir con las mismas políticas que han liderado un crecimiento desequilibrado».

Gran mercado común

A largo plazo, el objetivo de APEC es la creación de un gran mercado común transoceánico que incluiría, a ambas orillas del Pacífico, a países tan importantes y diversos como EE UU, China, Japón, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Vietnam, Canadá, Australia, México o Chile. En total, las naciones de esta organización, que celebró su primera cumbre en 1993, suman 2.300 millones de consumidores (40,5% de la población del planeta), el 54,2% del Producto Interior Bruto (PIB) del mundo y el 43,7% del comercio internacional.

Menos avances hubo, en cambio, en cuanto a la reducción en 2020 de las emisiones contaminantes de dióxido de carbono (CO2) dentro de la lucha contra el calentamiento global. Incapaces de alcanzar un consenso de cara a la cita de Copenhague de diciembre, los países de APEC confían en que, al menos, dicha reunión sirva como primer paso hacia «un acuerdo internacional legal vinculante» que debería ser alcanzado más adelante.

«Se ha constatado que no es realista aguardar que se negocie un acuerdo completo y legalmente vinculante entre este momento y el inicio de la reunión de Copenhague dentro de veintidós días», reconoció con gesto de fracaso el consejero adjunto estadounidense para Seguridad Nacional, Mike Forman, echando tierra sobre las expectativas que había generado el cónclave de Singapur y abriendo así la posibilidad a un proceso en dos tiempos.

Tras la conferencia de APEC, el presidente de EE UU voló anoche a Shanghai donde dará comienzo a un periplo de tres días por territorio chino, la escala más importante de la gira asiática dado el papel emergente en materia económica e internacional que protagoniza el régimen de Pekín.

El miércoles, Obama concluirá su viaje en Seúl, donde abordará la reciente escalada de la tensión en la península coreana después de la escaramuza naval del martes pasado entre una patrullera del Sur capitalista y otra del Norte comunista.