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El naufragio de una patera frente a Tarifa deja al menos 16 muertos

Una lancha neumática de reducidas dimensiones volcó en aguas de Marruecos con unas 40 personas a bordo, según el testimonio de los supervivientes

| TARIFA Actualizado: Guardar
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El naufragio de una patera en aguas de Marruecos devolvió ayer el drama de la inmigración clandestina a la costa gaditana, hasta donde llegaron los supervivientes de un accidente que ha dejado un número indeterminado y dramático de fallecidos.

Al cierre de esta edición, los datos oficiales hablaban de 22 tripulantes rescatados y, al menos, 16 desaparecidos. Todos ellos viajaban en una pequeña lancha neumática que volcó en la madrugada de ayer frente a la Bahía de Tánger -a unas cuatro millas del país africano- y a unas diez al suroeste de Tarifa. La cifra de fallecidos es provisional y se ha elaborado en función de los testimonios de los supervivientes, los cuales llegaron a dar datos no coincidentes sobre el total de pasajeros.

El primer aviso de que se había producido el naufragio lo recibió Salvamento Marítimo minutos antes de las cinco y media de la madrugada. El servicio de emergencias 112 acababa de atender una llamada anónima desde Sevilla, que alertaba de que una embarcación que se dirigía hacia Tarifa había volcado y que podía haber supervivientes en el agua.

De manera inmediata se puso en marcha el dispositivo de socorro compuesto por una embarcación y el helicóptero Helimer 209 de Salvamento y una patrullera de la Guardia Civil. El Helimer 209 divisó la lancha, con la quilla al sol y numerosas personas agarradas a la nave, poco antes de las nueve de la mañana.

Un golpe de mar, propiciado por el fuerte viento de poniente que sopló ayer en la zona, fue el causante del vuelco cuando la nave aún no había abandonado las aguas jurisdiccionales de Marruecos. El exceso de pasaje de una lancha de reducidas dimensiones también favoreció la inestabilidad.

A partir de la localización de la patera y la puesta a salvo de los 22 supervivientes, que fueron llevados al puerto de Tarifa, los esfuerzos se centraron en localizar a los desaparecidos, entre los que podría haber varios menores, según indicaron los inmigrantes rescatados: once hombres y once mujeres (una de ellas embarazada).

Mientras el helicóptero de rescate sobrevolaba la zona, poco antes de las once de la mañana la veintena de voluntarios de Cruz Roja de Tarifa y Algeciras recibían a los supervivientes. Su tarea principal fue, nada más llegar al puesto principal de la localidad tarifeña, realizarles reconocimientos médicos y facilitarles agua, alimentos y ropa seca.

La mayoría de los inmigrantes, de origen subsahariano, llegaron en buen estado físico, pero evidenciaban haber sufrido un fuerte choque emocional al ver morir a sus compañeros de travesía. De hecho, el responsable de la Agrupación de la Cruz Roja en Tarifa, Daniel Iglesias, resaltaba lo «duro» que estaba siendo la asistencia de unas personas que necesitaron «incluso atención psicológica».

Familias rotas

Y es que la mayoría de los supervivientes narraron al traductor de la Guardia Civil y a los servicios médicos que habían perdido en el mar a hermanos, maridos, esposas e hijos. Algunos de ellos presenciaron, tras el vuelco de la embarcación, cómo se hundían sus seres queridos. Especialmente duro fue descubrir cómo uno de los supervivientes, un hombre de mediana edad, había perdido a su mujer y a dos de sus hijos.

Las escenas que se estaban viviendo acaparó la atención de decenas de curiosos: «Ellos son el rostro del sufrimiento, son muy jóvenes, se ve que han pasado una odisea, es una verdadera lástima», decía un vecino; al tiempo que otro le respondía: «El calvario que habrán tenido que pasar en su viaje».

Acostumbrados al desembarco de pateras, tanto sanitarios como voluntarios y guardias coincidían en una misma impresión: «Es durísimo atender a alguien que acaba de ver a su hijo ahogarse en el mar», decía uno de los agentes del Instituto Armado.

Los signos de la tragedia vivida se podían ver en los rostros de los sin papeles. La mayoría no superaban los 30 años y no cesaban de llorar mientras eran conducidos uno a uno hasta el interior del furgón policial. La Guardia Civil los llevó hasta la Comandancia de la Benemérita en Algeciras para tramitar unas órdenes de expulsión, que en el caso de los subsaharianos, en muchos casos no se cumplen por falta de convenios de colaboración entre el estado español y los países emisores de inmigrantes.

La búsqueda de los desaparecidos continuará durante los próximos días. Entrada ya la tarde, fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirmaron que «no había aparecido ningún cuerpo flotando en las aguas».

ciudadanos@lavozdigital.es