El Vaporcito sobrevive a la crisis gracias a las subvenciones públicas

En algunos sectores, la actual crisis económica afecta menos a aquellos que ya tenían ciertas dificultades de financiación antes de que llegara. Al menos así lo expresa Andrés Fernández, el gerente del Vaporcito de El Puerto desde hace años: «Vamos al mínimo desde hace ya tanto tiempo que la crisis para nosotros está pasando de puntillas, difícilmente nos podría hundir más, a no ser que nos hunda definitivamente».

Para que un viaje sea rentable, el Vaporcito debería ir lleno cada vez que sale del muelle y esto «ocurre en muy raras ocasiones, por no decir ninguna», afirma Fernández. El Adriano III sobrevive a su propia crisis, aunque sobrevive «de momento». Ésta es la principal advertencia del gerente del tradicional medio de transporte, «cuando desaparezca, todos lo lamentarán, pero nosotros llevamos años pidiendo auxilio, gritando socorro a los portuenses y turistas y solicitando ayuda a las administraciones».

No obstante, si la embarcación aún sigue surcando las aguas de la Bahía es gracias a diferentes convenios suscritos con algunas administraciones. Desde la Concejalía de Turismo del Consistorio portuense se le aportan anualmente 12.000 euros.

El Ayuntamiento gaditano, a través del Área de Fomento, contribuye con 30.000 euros, a cambio de un espacio en la embarcación para publicidad de la marca Cádiz, la ciudad que sonríe, y de una serie de pasajes de ida y vuelta y de paseos que se organizan en los meses de julio y agosto.

Por último, la Oficina del Bicentenario de la Diputación de Cádiz prevé suscribir este año un convenio similar al del pasado ejercicio para desarrollar una serie de viajes dentro de un programa que permite conocer la Bahía desde el mar. Aunque el acuerdo no ha sido suscrito aún por las partes, se prevé que se rubrique a lo largo de este mes de abril, y se prevé que será en términos similares a los de 2008, por el que el Vaporcito recibió otros 30.000 euros.

A pesar de estas ayudas, Andrés Fernández insiste en que «estas colaboraciones son necesarias, pero no suficientes, porque nos comemos la mitad de ese dinero en gasóleo, en horas extras y en que no entran otros viajeros en esos pasajes».

Aparte de estos convenios con las administraciones, la otra fuente de ingresos del Vaporcito son los viajes concertados desde hoteles o agencias de viajes, y tampoco en este frente tienen demasiadas esperanzas puestas. «La crisis está afectando a ese tipo de empresas turísticas con las que nosotros trabajamos, ellos y nosotros notamos que hay menos gente haciendo turismo, y que los que hay se gastan menos», señala el empresario.

El gerente de esta tradicional embarcación explica que «ya hay varias empresas con las que se lleva años trabajando y que han declarado suspensión de pagos, y otras no se atreven a operar en esta zona». Y según se acerque el verano, el Vaporcito espera recibir más de estas malas noticias, «porque todavía es pronto para evaluar los daños de la crisis actual en nuestra actividad».

El Vaporcito cumplirá este verano sus 80 años navegando de El Puerto a Cádiz y de vuelta, pero «no sabemos si podremos seguir haciéndolo mucho más», concluye -abatido- el gerente de tan veterana embarcación.