Trasplante estrella

Apenas han pasado dos años desde que el Ministerio de Sanidad emitiera las acreditaciones para realizar trasplantes cruzados de riñón y desde entonces parecía un sueño a largo plazo que el hospital de Cádiz, al sur del sur, pudiera jugar en esa liga. Pero para sorpresa de todos, el volumen de donaciones entre vivos superó el límite exigido y tanto el equipo como el equipamiento estuvieron a la altura. La acreditación se hizo efectiva y llegó la hora de demostrar que el Puerta del Mar, con su pequeño edificio, su falta de espacio y su localización periférica, podía colocarse entre los primeros.

Y después de todo ese tiempo de intenso trabajo, prueba a prueba, paciente a paciente, el centro se ha ganado el respeto de los grandes, como la Fundación Puigvert de Barcelona, que ha colaborado con el equipo gaditano para un trasplante pionero en España en el que uno de los riñones no era completamente compatible con el receptor. Han sido meses de estudios, cruces entre pacientes y donantes de toda España para encontrar a los adecuados y dar una oportunidad a aquellos que ya habían agotado todas las vías.

Esta difícil tarea de encontrar a las parejas adecuadas y programar cirugías simultáneas, a veces en quirófanos entre los que median 1.000 kilómetros de distancia, es en la que empieza a despuntar el equipo de trasplantes de Cádiz, que ha presentado a una comisión nacional el mayor número de candidatos posibles. Antes de la colaboración con la clínica catalana ya habían llevado a cabo cirugías con cuatro parejas más que se han intercambiado los órganos.

Y en el fondo de todo ello está una nueva esperanza para miles de pacientes renales, atados a un sillón de diálisis, que esperan sin fecha la llegada de un órgano. Cuando las donaciones se reducen, gracias al descenso de accidentes de tráfico, hay que buscar alternativas y, al menos en nuestra provincia, la generosidad parece estar por encima del miedo a la anestesia, a vivir con un solo riñón e incluso al bisturí.